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-Secretos ocultos-

Aún estaba con la respiración agitada y el calor invadiendo de mi cara, pero tenía que reaccionar antes de que la directora descubriera el cuerpo inconsciente de Oliver

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Aún estaba con la respiración agitada y el calor invadiendo de mi cara, pero tenía que reaccionar antes de que la directora descubriera el cuerpo inconsciente de Oliver.

Nat se paro para taparme con su cuerpo y así la directora no me viera.

—¡Nada directora Besser! —Grito Nat jalando a su novio alado suyo.

Por otra parte Félix intentaba jalar el cuerpo de Oliver atrás de un automóvil donde ahora el estaba.

—¡Mi novio se le olvidó la chamarra!

Adriel frunció el ceño. El no estaba captando la mentira.

Arrastra me dirigí hacia Félix para ayudarle no sin antes confirmar que la directora estuviera sufrientemente distraída para no verme.

Con la fuerza que tenía ayude jalar el cuerpo hacia atrás del automóvil para no levantar sospechas.

No escuche que contestó la directora, sólo la vi asentir y retirarse.

Los chicos voltearon hacia nosotros.

—Mierda estamos en problemas —Exhalo Nat con cierta preocupación, era claro que estábamos en problemas.

—¿Qué haremos con el cuerpo?  —Pregunto Adriel

Lo mire con ironía.

—Podemos enterrarlo en un bosque cercano y sembrar una platita que esté en peligro de extinción encima y así cuando los policías busquen, no podrán desenterrar la plata  —sugiero Félix con alegría a su plan que creía que era asombroso.

—Eso es una estupidez, de seguro lo viste en Internet  —exclamó Nat viendo por todos lados.

—Al menos  di una opción —murmullo Félix.

Coloque mis dedos abajo de la nariz de Oliver sintiendo su respiración temblante. Por suerte estaba vivo.

Subí la mirada hacia Adriel y hable.

—Sigue respirando, podemos llevarlo a mi casa, ahí estará bien.

Al pronunciar esas palabras sentí un trago amargo sobre mi garganta. Mi casa. Se lo debía y tal vez culpabilidad sea menor. O eso sentía. 

Adriel así asintió sin decir nada más.

Junto a los cuatro metimos el cuerpo de Oliver dentro de su carro.

Suspiré.

Tenía que ayúdalo, era lo mínimo que debía ser, él era mi novio y siempre me apoya en peores situaciones y aun estando enojados, tenia que ayudarle.

—Pueden irse ya, yo hablaré con los profesores  —terminó sonriendo Nat.

Asentí.

Ella regresó a su novio agarrándolo con sus manos la cara para propinarle un beso.

Amor Por Error ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora