8.- Tíos malos; encuentros peores

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Yoongi no me llama... es que no me llama, el pedazo de cabrón.

Debería estar aliviada porque haya dejado de hacerlo, ya que eso me evita volver a sus brazos como una damisela en apuros. Debería... pero... no... puedo.

Desde que le pedí que viniera a recogerme, en vez de cumplir con su palabra y ayudarme, desapareció; esto es otra muestra más de que estoy mucho mejor sin él, de que es un egoísta al que, en realidad, no le intereso una mierda... Pero es que ese planteamiento hace que me entren ganas de llorar, porque a mí sí que me importa él... Yo sí que le echo de menos.

Podría estar con la cabeza más ocupada (sin que Yoongi ocupe el noventa y nueve por ciento de mis pensamientos) si hubiera podido entretenerme un poco con la movida de la denuncia, el coloso y todo eso, pero hace una semana que no sé nada de él. Me llevó a mi apartamento... hablamos (creo) y se fue. De lo único que me acuerdo de forma más que nítida es de que me puso de los putos nervios cuando le enganché del brazo; eso no era carne ni músculo, eso era adamantium.

Como hoy no llevo los cascos puestos le estoy dando mucha más carga de la normal a todo lo que va mal en mi vida; normalmente voy muy entretenidita escuchando música durante todo el camino al estudio, pero hoy toca rayarse. Y como ya he gastado los cartuchos del tema de mi "ex" y del coloso, ahora se viene el nuevo, el que lleva los últimos siete días teniéndome alerta todo el rato: juro por mi vida que me están siguiendo. Al principio pensaba que era una locura, que estaba exagerando, que quién me iba querer seguir a mí... Pues bien, a medida que han ido pasando los días, me queda claro que no estoy alucinando. Puede ser una casualidad enorme que los mismos tres tíos vayan en el mismo vagón de metro que yo... a la misma hora que yo... Se bajen en la misma parada que yo y... cojan el mismo bus que yo —sería extraño, pero posible, sí—. Pero que hagan EXACTAMENTE lo mismo cuando vuelvo a mi casa... ahí ya sí que no.

Me he acojonado mucho con este tema; me he vuelto paranoica al nivel de un espía yanquee en los años sesenta, e incluso he ido cambiando mis horarios de forma aleatoria para comprobar si esos gorilas me siguen realmente... Sorprendentemente, cuando altero la hora nadie me sigue, lo que quiero pensar que significa que solo estoy lo loca de siempre.

Con lo tranquilita que estaba yo solo rayada solo por Yoongi y los cuernos que no sé si lo fueron.

Me he pasado el día en automático; he tatuado por costumbre, he bebido café por lo mismo, y creo que he hablado con Picasso así por encima de que acabó rechazando a la clienta que se le acercó en el club por la regla de Nam de "nada de acostarse con clientes". Para mi desgracia, la noche ha llegado ya, lo que me deja mal... muy mal. Ya da bastante miedo volver sola de noche a casa siendo mujer como para unirle el tema de esos tres pirados que creo que me siguen.

Este mundo es una puta mierda si tienes coño.

Nam parece de lo más amargado mientras mira en el ordenador en el que apunta las citas que tenemos; no tiene alma de recepcionista, y debe estar hasta los huevos de hacer este tipo de cosas, porque cada vez se lo encasqueta más a los demás; aunque como tenemos que tatuar, al final se tiene que hacer cargo él... A mí no me lo pide nunca, porque dice que no tengo habilidades sociales, y doy gracias todos los días de ser una auténtica borde antisocial (comúnmente conocida como capulla a secas).

Rebusco en mi bolso justo en la entrada, o hago como que rebusco, porque lo que hago en realidad es mirar hacia fuera del terreno para ver si esos tíos aparecen de entre alguna sombra.

—Sonie, ¿me explicas ya qué te pasa? —pregunta la voz masculina y sosegada de Nam, justo a mi espalda, lo que me hace saltar del susto—. Dios... estás tensísima últimamente, me tienes preocupado —murmura, efectivamente, con una expresión de absoluta intranquilidad—. Sonie, sea lo que sea que te está pasando: cuéntamelo. No va a ser la primera vez que te ayudo, ni será la última, ¿vale?

Inked KnockoutWhere stories live. Discover now