10.- Proposiciones (in)decentes.

5.5K 516 581
                                    

Ahora que lo pienso (que lo pienso en frío, quiero decir) puedo llegar a entender un poquiiiiiiiiiito más a mis amigas; solo un poco. No sé qué llevaría ese vodka, pero me desestabilizó la cabeza al punto de no hacerme ver con quién me estaba besando... o de qué forma me estaba besando.

El problema de esta noche pasada, aparte del morreo pornográfico que nos dimos el coloso y yo, es que mis amigas están picadas la una con la otra. Misu se siente bastante mal por eso, pero se excusa en que hay muchas cosas turbias en todo este asunto y necesita aclararlas, y Hye (que sé que también se siente de culo, pero no piensa admitirlo), se defiende con otro punto bastante lógico, que es: "si hay cosas turbias, cuanto menos nos metamos, mejor". Hay un punto en común entre las dos, eso sí: ambas han decidido retirar la denuncia por fin, y esta misma mañana nos hemos acercado a la comisaría para hacer los trámites de retirada...

Soy libre al fin. Nada de secuestros. Nada de raptores. Nada de amenazas... Nada de coloso...

Lo reconozco: ese último punto me tiene un poco inquieta.

Hemos vuelto al piso de Misu, ya que es nuestro sitio habitual de reunión; mi apartamento es enano y Hye comparte el suyo con un par de chicos de su gimnasio, así que es obvio que esta casa enorme es la que mejor nos viene a todas. Pues mientras me sirvo un trocito de bizcocho (tengo que desayunar, que la resaca no perdona), mis amigas han aprovechado mi momentánea ausencia para volver a ponerse a discutir.

—¡¿Cómo que estáis?! —ruge Hye en dirección a Misu, que hace como que no se entera mientras teclea en su portátil.

—¿Qué me he perdi...?

—¡Que acaba de decir que no piensa dejar de investigar! —ataja Hye, contestando a mi pregunta sin dejarme formularla—. ¡Qué están haciendo muchos progresos, dice!

—"¿Están?" —repito, arrugando la nariz con confusión.

—¡Eso mismo digo yo!

—El detective y yo —murmura Misu, como si la cosa no fuera con ella—. Estamos haciendo muchos progresos en la investigación.

—Ay mi madre... —exhalo, dejando mi bizcochito sobre la servilleta, en la mesa baja, al tiempo que me dejo caer sobre el sofá.

—Tía, ¿no te enteras? ¿No pillas que tienes que dejar ese asunto ya? ¡¿Para qué coño quitamos la denuncia si vas a seguir metiendo las narices en toda esa mierda?! —inquiere Hye, de los nervios.

No le falta la razón; hemos quitado la denuncia precisamente para que todo este tira y afloja con esa gente pare, pero no creo que sirva de mucho si sigue husmeando por otro lado. Quizás ellas no han tenido tanto tiempo como yo para darse cuenta de esto, pero sé que no conviene joder a esa gente, aunque mi amiga no lo note... o no quiera notarlo.

—Si la cosa se pone fea de verdad, abandono, lo juro —suspira finalmente Misu—. Pero entendedme un poco: no puedo dejar esto así... No puedo estar tranquila si sé que hay otros chicos a los que tiran al callejón cada noche. Solo basta que uno de ellos no lo supere...

Hye me mira, esperando que le quite la razón a Misu, sin embargo...

—Hay que reconocer que tiene un buen punto —murmuro hacia mi amiga, que gruñe, echando las manos al techo—. Pero es peligroso, Missie.

—Solo me pongo en riesgo a mí misma ahora; no es como si vosotras tuvierais nada que ver en esto. De ser así, no seguiría.

—¡Ah, bueno! Como no nos pones en peligro a nosotras está bien que lo estés solo tú. Joder, me quedo mucho más tranquila, dónde va a parar. —Las dos se vuelven a enzarzar en una discusión demasiado acalorada mientras que yo solo intento que los ánimos se calmen sin conseguirlo.

Inked KnockoutTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang