18.- Ensoñaciones.

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Casi creía que la estrategia de "quedarme dormida" en el sofá del estudio de Taehyung me iba a salir mal cuando Namjoon entró, que seguramente mi jefe iba a despertarme para mandarme a casa. Pero como en el fondo es un angelito (si me olvido por un momento que me ha usado como una vulgar piel de prácticas para el coloso), me cogió en brazos y me llevó escaleras arriba hasta el cuarto de Picasso, que le dijo que no le importaba dormir en la cama supletoria para que yo pudiese quedarme en la suya. En ese momento me extrañó, pero claro, caí en cuestión de segundos en por qué no podía quedarme en el cuarto libre del desván: esa debe ser su habitación.

Me costó mucho no sonreír con satisfacción por haberme enterado con tanta facilidad de dónde se quedaba Jungkook, ya que me evitaba tener que buscarle por los cuartos de la segunda planta. Porque sí, con esa misma intención me he hecho la dormida, con esa misma intención he querido quedarme aquí esta noche: para tirármelo. Después del consejo de Taehyung lo tengo muy claro, y como no puedo pensar en otra cosa desde que he visto la luz al final del túnel para toda esta frustrante situación, tengo que acabar con esto hoy mismo.

Esta misma noche se acaba por fin el maldito juego del coloso.

Como estoy tan emocionada me ha costado bastante no moverme un solo milímetro mientras reposo en esta cama, haciendo como la que duerme plácidamente a unos metros de donde Taehyung parece hacerlo de verdad. Me he pasado bastante tiempo fingiendo, lo suficiente como para que no se oiga un solo alma en toda la casa. Mi momento ha llegado, y ya era hora, que parece que me va a dar un chungo por mantener la fachada relajada a pesar de la excitación que recorre mi organismo.

Retiro la manta con la que me había tapado Namjoon lentamente, manteniendo los ojos fijos en el cuerpo inerte de Taehyung, que reposa sobre la cama supletoria de espaldas a mí. Me levanto y camino a hurtadillas hacia la salida; es fácil moverse en silencio descalza como estoy, y dado que sé perfectamente que la habitación al final del pasillo es la de Nam y que las demás deben ser las del resto de aprendices, voy sin pensármelo hacia las escaleras junto al despacho de mi jefe para subir a la tercera planta: la del desván.

Subir los escalones es bastante fácil incluso aún siendo noche cerrada en el exterior, ya que tras la puerta que da al baño junto a las escaleras de la segunda planta hay luz. Debe haber alguien dentro, por lo que me tengo que dar prisa; no vaya a ser que se den cuenta de lo que estoy a punto de hacer. Lo malo es que alejarme de ese único punto de luz me deja, como es natural, completamente a oscuras una vez llego a la tercera planta de la casa. Aunque no debería tener pérdida: el desván lo compone una única habitación muy grande y abierta, si tanteo un poco encontraré la cama... y, más importante que eso: encontraré al tío que la ocupa.

Con el corazón acelerado, mordiéndome los labios y controlando la sonrisa nerviosa que esbozo, voy tanteando a ciegas por la pared junto a la escaleras, abriendo los ojos de forma desmedida en un intento por vislumbrar el más mínimo haz de luz que me guíe hacia la cama del coloso. Y, pasados unos segundos en los que mis pupilas se adaptan a la oscuridad, la ventana que da a la calle arroja por fin algo de iluminación a esta profunda tiniebla. En la penumbra logro ver una silueta que se alza del suelo por un par de patas gruesas de madera; el resto del espacio está lleno de bultos desiguales que no consigo identificar bien, supongo que serán todos los trastos que Namjoon guarda aquí, pero como solo me interesa la cama, es hacia ahí donde camino. Encima de ella distingo un solo bulto, que se forma bajo las mantas y que se mueve suavemente una vez me quedo a los pies de la estructura.

Es sorprendente haber llegado tan lejos; la verdad es que pensaba que en cualquier momento iba a cagarla haciendo algún ruido que me delatase y que mandara mi plan a tomar por culo, pero he llegado aquí... Estoy a un par de pasos de meterme en la cama con el coloso y desquitarme de una vez por todas con él.

Inked KnockoutWhere stories live. Discover now