Capítulo 26

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—¿Recuerdas el cuadro que encontraste en el restaurante?

Pregunta de repente mi padre mientras que escucho el sonido del agua corriendo y el sonido de lo que parece cristal chocándose entre sí. Seguramente esté limpiando los platos sucios que se dejó sin recoger en la hora de la comida.

—Mmm... ¿El que ponía sapore di gloria? — pregunto tumbada sobre la cama con la vista clavada en el techo.

—El mismo. ¿Crees que puedes traerlo cuando vengas?

—Claro — cojo el bolso y rebusco con insistencia. ¿Dónde narices he metido las llaves? —Iré a por el en cuanto pueda, tranquilo. Sabía que te ibas a alegrar de ver ese cuadro.

Escucho su risa al otro lado de la línea.

—Es un bonito recuerdo.

Concuerdo con él. Ese restaurante significa mucho para nosotros y por consiguiente todo lo que hay en su interior. Son recuerdos que las personas que han ocupado nuestra vida nos han dejado y que lamentablemente nunca más volveremos a revivir. Termino la conversación con papá tras unos minutos más de charla. En cuanto cuelgo y dejo el móvil sobre la cama, una videollamada de Angy me hace sonreír. Descuelgo inmediatamente y me apunto con la cámara frontal.

—¡Por fin! Llevo llamándote desde hace veinte minutos.

—Hablaba con mi padre, lo siento — me fijo en la cantidad de ropa revuelta que tiene sobre la cama —¿Estás haciendo limpieza o estás volviéndote loca encontrando el atuendo perfecto?

—Lo segundo. ¡No sé lo que ponerme! Estoy entre este y este, ¿qué opinas?

Me enseña un vestido negro sencillo y luego un conjunto de falda y camisa que me encanta.

—La falda y la camisa. Llévalo sin medias, que te conozco — Angy mira directamente a la cámara y me guiña el ojo —¿Te vas de fiesta?

—Si, me ha invitado Brad.

—¿Brad? ¿No decías que le querías bien lejos? — sonrío de lado

—Y lo sigo diciendo, pero ya había confirmado mi asistencia hace semanas y sabes que no me gusta quedar mal.

—¿Dónde vive?

—Cerca de la cafetería. Tiene un piso alquilado gracias al dinero que sus padres le pasan cada mes, te paso la ubicación por si luego te animas.

—Ten cuidado, ¿vale? Y si me necesitas solo tienes que enviarme un mensaje o llamarme. Estaré enseguida.

—Lo sé, eres la mejor.

Paso la tarde en videollamada con Angy. Ayudándola y aconsejándola con el peinado y el maquillaje mientras hablamos de cosas varias. Cuando nos despedimos ya es por la noche y la puerta de casa acaba de cerrarse dejándome saber que alguien ha llegado.

Bajo con la idea de ver a Olivia y a Dylan, pero me sorprendo al descubrir que son Mike y Tyler. Están en la cocina cogiendo algunas cervezas y la luz del jardín exterior está encendida.

—¡Hey! — me saludan al verme entrar en la cocina.

Abrazo a Mike y a Tyler le acaricio el brazo a modo de saludo y les sonrío.

—Que pronto has llegado hoy — le digo a Tyler —No te esperaba.

Desde hace varios meses Tyler tendía a venir de madrugada prácticamente todos los días. Hasta Olivia había dejado de prepararle la cena. Supongo que se quedaba en casa de sus amigos, salía por ahí con sus amigos o tocaba en algún que otro local.

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