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Capítulo 28

Caliente bajo las sábanas escucho pisadas silenciosas y la cremallera proveniente de alguna ropa. Noto que a mi lado ya no hay nadie y que el hueco está vacío y frío. Abro los ojos y me encuentro a Angy con el vestido que llevaba ayer ya puesto y en proceso de ponerse las botas.

—¿A dónde vas? — bostezo mirando por la ventana —¿Qué hora es?

Angy da un respingo en su sitio y se lleva la mano en el corazón cuando se vuelve y me encuentra mirándola.

—Lo siento, ¿he hecho mucho ruido? — niego despedazándome —Son las siete. Quiero estar en mi casa antes de que mis padres se despierten.

—¿Y por qué no te quedas y luego les llamamos? Puedes decir que te quedas a pasar el día conmigo.

—Ojalá, pero hoy hay turno doble en la cafetería. ¿Recuerdas?

Me llevo la palma a la frente y maldigo.

—Nada de llegar tarde. Ya te cubrí cuando estuviste enferma.

—Te prometo que estaré puntual.

Me sonríe y se mira al espejo para recogerse en un moño alto su cabello rojizo. Me levanto y le presto algo de abrigo.

—Si me das un momento te acompaño.

—No hace falta, Litzy — deja el espejo y me mira —Gracias otra vez, por todo.

—No tienes por qué darme las gracias. Para eso estamos las amigas, ¿no? Si no nos cubrimos las espaldas entre nosotras quién lo hará sino.

Me abraza y la acompaño hasta la puerta. La obligo a que me envíe un mensaje cuando llegue a su casa. Aunque vive a tan solo unas pocas calles después de lo ocurrido no está de más.

Cuando vuelvo a mi habitación la casa sigue en completo silencio así que todos siguen durmiendo. Me hago una coleta alta y echo un vistazo al móvil. Tengo llamadas de Brad, o eso creo porque Angy, al igual que ella, me obligó ayer por la noche a borrar su nombre y número de la lista de contactos. Y otras dos llamadas de Wade. En ese mismo momento recibo el mensaje de Angy diciendo que ha llegado bien y que se vuelve a meter en la cama antes de que sus padres la pillen.

Sonrío y bloqueo la pantalla del móvil. Lo tiro encima de la cama y suspiro. Estoy completamente despierta y Olivia todavía no se ha despertado. Opto por ir al baño para lavarme los dientes y la cara, una vez termino vuelvo a mi habitación, pero mis pies se quedan pegados al suelo cuando paso por delante de la puerta de Tyler. Está cerrada.

Me muerdo el labio y de puntillas me acerco y la abro con cuidado. Me cuelo dentro y cierro la puerta con pestillo. Todo está oscuro a excepción de la poca claridad que entra de fuera. Apenas logro vislumbrar cada parte de la habitación. Sin embargo, me las ingenio para llegar hasta la cama de Tyler. Está durmiendo profundamente. Boca abajo, con su cabello esparcido por la almohada y con los labios algo abiertos. Me quedo durante unos segundos... O puede que sean minutos mirándole hasta que levanto las sábanas y me meto dentro. Su olor me inunda pronto, es la primera vez que estoy con Tyler compartiendo cama y mi corazón lo sabe de sobra. Sin despertarle, acerco mi cuerpo al suyo y antes de apoyar la cabeza sobre la almohada cerca de la suya, beso su mejilla dejándole una suave caricia.

Cierro los ojos y me relajo con una maldita sonrisa en los labios que se pronuncia cuando al rato y casi ya dormida siento el brazo de Tyler envolviéndome y noto sus cálidos labios en mi frente. Eso es lo último que hace falta para acabar durmiéndome plácidamente entre sus brazos.

**

Vuelvo a abrir los ojos y esta vez lo que veo es completamente diferente a lo de hace unas horas. Estoy echada encima de Tyler, tengo la cabeza sobre su pecho y mi pierna está enlazada con la suya mientras noto su mano descansando en mi cadera. No consigo ver la cara de Tyler, no sé si sigue dormido o por el contrario está despierto.