Capítulo 10

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Es sábado.

Lejos de quedarme en casa o poder dormir un poco más estoy en la academia, terminando la última clase de baile clásico. Cuando la profesora para la música, es una clara señal de que el día de aprendizaje ha llegado a su fin y me tengo que contener para no soltar un grito repleto de felicidad.

—¿Con resaca? Hoy no has estado muy fina con los pasos — dice Angy poniéndose a mi lado.

Ambas vamos a recoger nuestras cosas al final de sala, sobre un banco alargado de madera tenemos están nuestras mochilas abiertas. De la mía sobresale una toalla pequeña que uso para sacarme el sudor de la frente.

—Solo tengo ganas de dormir y de no salir de la cama en lo que queda de día — hago una mueca mientras cogemos las mochilas y nos vamos a los vestuarios —Esos cócteles estaban buenísimos, pero me han dejado en la mierda.

—¿Hacía mucho que no bebías?

—Hacía meses que no salía de fiesta, la próxima vez no le haré caso a nada de lo que me recomiende tu amigo Wade.

—Hablando de amigos... ¿El resto de tu noche fue movidita? — pregunta elevando la ceja de forma sugerente.

—¿A qué te refieres?

—A Tyler Reed y a ti. Os vi cogidos de la mano... Y te fuiste con él. No me digas que no pasó nada porque no te voy a creer.

Suspiro humedeciendo mis labios y entonces decido ser sincera con ella.

—Angy, vivo con Tyler — su reacción es de pura perplejidad y desconcierto —Le conocí cuando éramos pequeños. Alguna vez fuimos una especie de familia, por así decirlo. Y ahora años más tarde su madre me ha ofrecido quedarme en su casa durante el año que duran las clases aquí.

Su boca se abre tanto que temo que se la descuelgue.

—¿Compartes las mismas paredes que él? ¿Te sientas dónde él pone su bonito culo? ¿Respiras su mismo aire? — asiento haciendo un mohín a todas las locuras que salen por su boca.

—Compartimos habitación, eso es todo.

—¿Y por qué no me lo dijiste ayer? Hiciste como que no le conocías de nada.

—No soy de dar explicaciones sobre mi vida, tampoco quería que nuestra noche se basara en hablar sobre él y apuesto que, si te lo hubiera dicho anoche, hubieses enloquecido... Como ahora.

—¡Ahí lo has clavado! Me vas conociendo cada vez más.

Se lleva la mano al corazón al mismo tiempo que me guiña el ojo haciéndome reír. Una vez en los vestuarios, nos cambiamos y nos metemos en las duchas. Salgo antes que Angy, ella tarda como diez minutos más por costumbre. En ese rato me da tiempo a vestirme con un sencillo vestido blanco de manga larga, a secarme el pelo y a peinarlo. Cuando mi amiga por fin sale de la ducha, la estoy esperando sentada encima del lavabo. Es entonces cuando mi móvil recibe una llamada.

Enseguida lo cojo al ver de quién se trata.

—¡Olivia! ¿Qué? Espera, no estoy oyendo nada. ¡Angy! Te espero fuera — le hago un gesto y salgo fuera para poder escuchar mejor —Perdona, ahora mejor.

—Te decía que si puedes ir a recoger a Dylan a casa de su amigo. No puedo llegar a tiempo, iré un poco más tarde y Tyler todavía no ha llegado a casa.

—Claro, tranquila. Me pasaré a por Dylan, solo envíame la dirección.

—Te la acabo de mandar. Gracias cielo, no sabes el gran favor que me haces — sonrío apoyándome en la pared —Nos vemos luego en casa, un beso.

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