Las diez familias

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Después de las clases de la tarde el campus se torna un tanto lúgubre, en el momento que el bello atardecer abandonaba el cielo la oscuridad es alumbrada por las luces de los faroles que dan una extraña sensación de miedo, además de la tensión que recorre el cuerpo.

Recorrer todo el campus después del toque de queda, para los alumnos que se quedan en los dormitorios, es importante ir con el máximo cuidado, si uno no va con cautela por los grandes jardines puede ser castigado por los guardias nocturnos.

Es una regla en este lugar que si acumulas tres castigos durante toda tu estadía serás expulsado, sin excepciones.

Además de ser castigados, ¿A qué más le tendrían miedo?

Eso es muy sencillo de responder...

Las historias de terror, algunas leyendas que son contadas de generación a generación, por parte de los estudiantes, no ayudan para los novatos que son llevados a la parte trasera de la montaña para comprobar su valentía.

Por los pasillos se pueden escuchar alaridos, algunos atribuyen que la mayoría de estos se escuchan cerca de la enfermería y siendo lógicos, puede que sean aquellos que se encuentren enfermos sean los que se quejen en las noches.

También, hay rumores referentes a un extraño ente que baja por la zona protegida atrás de la montaña, algunos la describen como una bestia enorme de cuatro patas y dos colas, colmillos gigantes y filosos, ojos rojos como la sangre tan mortales y feroces.

Otros describen a este ser como una mitológica hada, resplandeciente y tierna, incapaz de hacer daño a quien camina por ahí, pero unos pocos sugieren que lo que llegaron a ver fue la proyección de sus corazones, el castigo que tendrían si continúan por ese camino.

Hua Cheng junto a Luo Binghe son los que usualmente se ríen de los nuevos que caen con las tontas y nada coherentes de sus relatos, la mayoría son inventados por ellos, asi que no es de extrañar que a veces exageren con sus narraciones.

Como aquella vez que asustaron a un par de niños que pasaban por el lugar, diciéndoles que en el campus había un asesino y que si llegabas a salir de su habitación pasadas las once de la noche serias capaz de ver la silueta de ese maniaco pasear libremente. Si por algún motivo lo topas de frente tendrás que arrodillarte y pedir perdón por ser tan idiota e inútil.

Esa vez, retaron a los incautos que temblorosos mojaron sus pantalones. Solo era un disfraz, pero el color rojo sangre que provenía de esa sombra daba pavor, en pánico se arrodillaron y poco después uno termino cediendo por el terror perdiendo el conocimiento.

Esa vez al regresar a casa, rieron hasta que las lágrimas salieron y las costillas ardían en dolor. Victoriosos se regodearon de orgullo, una buena broma, una pequeña travesura inofensiva.

- Este año cambiemos de estrategia – Dijo Luo Binghe mientras observaba a las señoritas del equipo de voleibol practicar.

Desde aquella broma hace ya dos años, no se han superado a ellos mismos, esta vez debe ser algo más grande y los tontos deben ser aún más que solo un par.

Hua Cheng alzo a ceja en señal de curiosidad antes de decir – Quieres aumentar de rango en travesuras solo porque ahora eres preparatoriano, que no basta con las miradas de los cobardes que creyeron las tantas historias que cuentas –

Luo Binghe pensó un momento, le encanta molestar a los compañeros ya sean de grados inferiores o del mismo que él, incluso una vez lograron que un chico mayor terminara huyendo del miedo. Sus favoritos son los escurridizos, los consentidos hijos de nuevos ricos o de familias asociadas con las grandes empresas del país.

Pequeña travesuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora