10. Gega

107 11 4
                                    

Bianca.

Por segunda vez en mi vida decidí dar el primer paso y enfrentar de frente el problema. 

No, no estaba pensando cuán mal había salido la primera vez. Seguía creyendo que teñirme había sido lo mejor o de cerca lo único que podía hacer. 

Y en ese momento ir en busca de Lara y Thiel a la práctica de animadoras era mejor y lo único que podía hacer para que esto no se saliera de control. 

Lastima que todas mis decisiones son una consecución de malas ideas con potencial para perdurar hasta la eternidad. Y sin duda este iba a ser un momento que recordaría en medio de la noche y me haría gritar contra mi almohada. 

Cuando me acerque al final de la práctica, Lara sostenía su teléfono en altavoz en una llamada con Thiel mientras que Fiona —la otra gran novia del equipo que en realidad no lo era pero tenía ese aura en ella— se lanzaba sobre el cuello de Gega, lo derribaba y empujaba su rostro contra el césped sintético. 

— ¡Olvida lo que escuchaste! ¡Olvida cada palabra que escuchaste! — decía Fiona con cierta vehemencia. 

Gega resoplaba contra el césped tratando de quitarse de encima a la chica araña. Los miré con los ojos muy abiertos.

— Gega estaba escuchando, entonces Fiona procedió a realizarle una llave de lucha libre y lanzarlo contra el suelo — narraba Lara hacia el teléfono, como si se tratase de algún evento deportivo.

Me agradaba Gega. En verdad.

— Maldición. ¿Lo tiene? — decía Thiel en cambio. 

— Oh, ella lo tiene — aseguró Lara.

Era buena observando y escuchando por lo que podía saber exactamente lo que estaba ocurriendo y que lamentablemente me involucraba. 

Dado un momento Gega logró levantar su cabeza lo suficiente para gritar:

— ¡Maldita arpía!

Pero entonces Fiona lo volvió a empujar contra el césped. 

— Olvídalooo — insistió ella.

— No creo que esto funcione, Fi — dijo Lara casi diplomáticamente. 

— Ojalá fuera así — respondió Thiel. 

Ojala todos tuviéramos un botón para olvidar, que con solo tocar pudiéramos olvidar un momento amargo o unas palabras dolorosas. En ese momento mientras los veía pelear, en cómo Gega dio un grito ahogado que decía que estaba perdiendo la paciencia e intentaría quitársela de encima como fuera, supe que la única manera similar que habían encontrado los humanos era la violencia. Podías golpear a alguien para que te recuerde pero también para que te olvide. 

Un solo golpe podría reemplazar una docena de momentos felices. 

Me estremecí. 

— Déjalo — dije. 

Lara y Fiona se giraron para mirarme con sorpresa y era absurdo cómo no se habían dado cuenta de que yo estaba allí antes. Creerías que tendrían más cuidado al hablar de un tema tan sensible para la vida de una persona en una zona abierta y con público.

— ¿Quién es? — preguntó Thiel con cautela. 

— Bianca Powell — dije cuando nadie más habló. 

Sus rostros avergonzados y adoloridos me terminaron de confirmar lo que sabía, ellas habían estado hablando de mí, de mí siendo la chica que buscaba Daniel y entonces Gega había escuchado. Ahora no sólo dos personas lo sabían, sino cuatro. 

Touchdown en tu corazón Where stories live. Discover now