Estoy orgulloso de ti

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—Tae, pásame la sal. —pidió Jimin desde la otra punta de la mesa.

—Jimin, ya le puse sal. —gritó Jungkook desde la cocina, asomando su cabeza por la puerta.

—¡No lo suficiente! No siento el sabor.

—Tae está comiendo lo mismo y sí siente el sabor. Tú estás excediéndote con la sal. —el ceño de Jungkook se frunció mientras llevaba las manos a sus caderas.

La casa de los Kim desprendía un olor exquisito a comida, aunque no fuera nada muy elaborado, los primos habían colocado los cubiertos como si esperaran a alguien importante. Simplemente estaban felices por comer algo rico y gratis, que era hecho por Jungkook en un acto de bondad de su parte al enterarse que los padres de Jimin y Taehyung no estarían para el almuerzo. Los padres debían asistir al Consejo por temas legales y para discutir lo que había sucedido con el clan Yen.

—Con ese delantal y la actitud ya pareces mi mamá. —dijo Taehyung, alcanzándole la sal al rubio.

—Estoy cuidando su dieta, porque come todo lo que ve con una gran cantidad innecesaria de sal. —se quejó el pelinegro, retirando el delantal de su cuerpo y dejándolo sobre el respaldar de la silla.

—Está bien, papi. —Jimin revoleó los ojos, dejando el salero a un lado.

—Uy, ¡le gusto el apodo! —se burló Taehyung, señalando al pelinegro. Su boca llena de comida soltó una risotada ante las mejillas rojas de su amigo.

—No es cierto. —refunfuñó Jungkook, sirviéndose la pasta en su plato.

—Estás llenos de secretos, papi. —Jimin le guiñó un ojo al mismo tiempo que metía la comida a su boca.

—¡Ves lo que haces, Kim Taehyung! Ahora él no dejará de joderme los sesos. —Jungkook le tiró un bollo de servilleta al rostro, que luego cayó al suelo.

—No hablen de joder. Estoy traumado con ustedes dos. Ay. —se lamentó el castaño, enroscando los fideos y devorándolos como un desesperado.

—¡Ay, el pobre niño casto! No te cree ni la Luna. —Jimin le sacó la lengua y siguió comiendo.

—Jungkook, sé que esto es pasta nada más, pero la salsa... —Taehyung gimió y negó con la cabeza, arrugando el rostro — Una maravilla. Una Delicia.

—Pues claro que una delicia, la he hecho yo.

—Pues mira nada más ese ego. —el castaño apludió, y Jimin sonrió, pareciendo realmente complacido.

—Desde que su alfa volvió hace cinco días él no deja de pavonearse como si fuera el rey. —dijo Jimin. Esta vez fue su turno para tirar un papel a la cara de Jungkook.

—¡Es culpa de mi alfa! Él me hace ser así de repente. —levantó las manos para justificarse, como si fuera totalmente inocente.

—No me estoy quejando. Eres realmente sexy en modo alfa.

—¡No, paren! Justo enfrente de mi comida. —lloriqueó Taehyung, metiéndose otro bocado con pesar.

La pareja rio y procedió a comer. Lo cierto es que habían bromeado porque era su manera de evitar hablar sobre lo que estaba sucediendo afuera, en el Consejo.

Luego de lo ocurrido, Jeon Seung, Park Baek y Kim Taeyang habían aparecido para rescatar a sus cachorros. En el medio del monte, se tuvieron que hacer cargo de un chico agonizante; lo cargaron en el auto, a pesar de que querían dejarlo tirado luego de que Taehyung les contó brevemente todo lo acontecido. También tuvieron que luchar contra un alfa en modo territorial, que protegía al omega en sus brazos; mientras Baek prácticamente soltaba espuma por la boca debido a la rabia que le provocaba que ese niño le gruñera a su propio suegro. Solo cuando Jimin, quien había recuperado la consciencia después de unas horas, pudo convencer a Jungkook de que no iban a hacerle daño, ellos lograron acercarse con cuidado.

Without Stereotypes ♡Kookmin♡Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt