Cachorro

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Jungkook había obtenido su respiro cuando Jimin cayó dormido a su lado. Así, sin avisar, el omega cerró los ojos ante el sueño luego de tres rondas más. El pelinegro se quedó mirando al techo, sorprendido de su propio aguante. Un orgullo vergonzoso se instaló en él al comprender que había hecho todo eso, incluso sin un lobo que lo acompañara.

Bueno, siendo sincero, no podía complacer totalmente al omega, ya que Jimin quería el nudo y Jungkook no era capaz de darle uno en esas condiciones. Pero estaba bien, quiso pensar, él mejoraría con el tiempo. Su lobo asomaría la cabeza fuera de la madriguera y podría ser el alfa que Jimin necesitaba, o al menos en parte. Porque ¿Jimin siquiera necesitaba un alfa para cuidar de él? Parecía hacerlo bien sólo. 

Y no quería sonar como un egoísta, pero quería sentir que el omega en algún punto requería de su protección y cuidados. Le gustaba Jimin como era, independiente y con su autoritario control sobre todo, pero a veces se encontraba pensando en que el omega hacía todo el trabajo mientras él era un simple espectador.

Miró una vez más el cuerpo dormido a su lado, ahora bañado por los diminutos rayos de luz que provenían de la ventana. Jungkook llevó los ojos inconscientemente hacia los glúteos bien formados, y aunque estaba físicamente agotado, no se contuvo de apreciar las hermosas curvas.

Por un lado, se sintió afortunado de haber podido tocar ese cuerpo, y por otro, la inseguridad lo comió vivo al verse a él mismo. De inmediato, buscó sus prendas para vestirse. A pesar de que Jimin no había comentado sobre su físico, había dicho que Jungkook era lo que necesitaba, así que ¿por qué se sentía tan incómodo de repente?

Se halló pegajoso y sudado, por lo que arrugó la nariz con disgusto. No podría estar mucho tiempo así, pero aplazó la ducha por un poco de comida porque estaba famélico. No obstante, sí fue a hacer sus necesidades y a mojarse la cara con un poco de agua al baño, que estaba justo al lado del dormitorio.

Decidió dejar dormir a Jimin un rato más y luego despertarlo para desayunar cuando todo estuviera listo.

No esperó hallar la alacena llena de provisiones, pero lo estaba. Eligió creer que su padre compró todo esto apenas ayer a que era comida vieja. Tenía sentido, su padre era una alfa muy controlador, y haber pensado de antemano sobre la comida era muy su estilo.

Encontró galletas, dulces, fideos, y más comida perecedera que se le podría ocurrir. La heladera también estaba llena, y a pesar de que aún recordaba la bofetada que le había dado Seung, se sintió muy agradecido con él. Un alfa debía quedarse todo el tiempo al lado de su omega en celo, y no sabría cómo habría hecho si tuviera que ir por comida al clan.

Preparó el desayuno, cuestionándose más de la cuenta sobre si era suficiente esa comida o debía preparar más, porque ¿cuánto comían los omegas en celo? No lo sabía. Jimin tampoco había dicho mucho al respecto sobre sus gustos cuando se encontraron, pero no lo culpaba, porque en ese momento era otra la urgencia. Así que ahora estaba caminando sobre piedras puntiagudas al tratar de adivinar.

Puso las cosas en la pequeña mesa antes de ir en busca de Jimin. Lo encontró en la misma posición en que lo había dejado. Con una caricia suave en su espalda, Jimin se removió en su lugar. No parecía contento de despertar, a juzgar por el puchero que formó.

-Vamos a comer, Jimin. -murmuró Jungkook, con el corazón derretido por la docilidad del rubio esa mañana.

Los ojos mieles se abrieron con parsimonia, recorriendo el lugar. Jungkook podría irse olvidando de esa docilidad efímera apenas fue derribado por el omega. Cayó en la cama mientras Jimin lo envolvía como un pulpo salvaje. Escuchó al omega gruñir en su cuello, y se ahogó con saliva cuando un poco del fuego que sentía Jimin le fue transmitido por el vínculo.

Without Stereotypes ♡Kookmin♡Where stories live. Discover now