...a cambio de...

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A Jimin se le escapó un jadeo de la impresión. Creyó que sus ojos lo estaban engañando. Ahí, parado entre la maleza, sólo podía observar perplejo, al igual que los demás, cómo se desataba la pelea. Los gruñidos inundaron el aire, al igual que el sonido de huesos romperse y transformarse. Ahora había dos lobos furiosos en el bosque, que peleaban como si su vida dependiera de ello.

Vio a Mark intentando morderle el cuello al azabache, pero éste fue más rápido y pudo protegerse enseguida, evitando una mordedura que le costaría el vencer la lucha. Era el venir de dientes afilados aquí y allá, tratando de rasgar la carne contraria. El pelaje negro relucía cada vez que un rayo de Luna impactaba contra su lomo, y ojos rojos bañados en ira refulgían entre la oscuridad. El lobo negro estaba fuera de sí, y se notaba en cada ataque que propinaba. Jimin no podía creer que el animal era el mismo que estuvo cuidando por días, que tan frágil y lastimado se pretendía, que no hubiera podido moverse de la cama una vez que despertara, sin embargo, aquí estaba, luchando contra otro que sí sabía lo que hacía, al parecer. Porque Mark se hallaba centrado, a pesar de que el enojo recorría sus venas con cada mordisco, calculaba los posibles puntos débiles y atacaba en cuanto veía oportunidad, llegando a lastimar a Jungkook en algunas ocasiones. El azabache no tenía experiencia, y, sinceramente, llevaba las de perder.

El sollozo de su omega lo hizo despertar de su estupor, y se encontró avanzado pasos inconscientemente, sin importarle el dolor en su muñeca y brazo. Qué más daba que él estuviera herido cuando Jungkook estaba a punto de serlo gravemente.

-¡Basta! ¡Paren! -gritó, y eso también pareció sacar de la ensoñación a las otras personas, que, como él, habían estado estupefactas a lo que ocurría.

No obstante, los lobos no hicieron caso. Parecían dos máquinas de lucha, y no fue hasta que Jimin les tiró con una piedra, como distración, que se separaron momentaneamente. Jimin aprovechó para acercarse, pero lo aprisionaron por su brazo sano.

-¡Jimin, no! ¡Saldrás lastimado! -le gritó Tae, tironeándolo hacia atrás.

-¡Jungkook no puede pelear así! ¡No sabe lo que hace!

-¡No puedes hacer nada tú tampoco! Como omega, saldrías muy herido si Mark la toma contra ti, incluso Jungkook. -dijo el castaño, con los ojos bien abiertos y la piel extremadamente pálida. Jimin seguro tenía el mismo aspecto.

Mientras, dos pares de ojos rojos se observaban atentamente, esperando el movimiento contrario, e ignorando todo a su alrededor. Jungkook gruñó, y Mark lo hizo más fuerte. Dieron vueltas en círculos, y avanzaban y retrocedían sin atacar, buscando el momento adecuado.

Hasta que Mark lo encontró. Jungkook había dado un paso en falso, y enterró la pata en un hueco con raíces, que lo hicieron trastabillar, momento que aprovechó el lobo cobrizo para saltarle encima. La pelea volvió a cobrar vida, pero parecía más fuerte aún, los dos alfas rodaban por el pasto y gruñían audiblemente.

Jimin fue detenido, esta vez, por Hoseok, que lo tomó del hombro. Su corazón tronaba en sus propios oídos, y lágrimas de impotencia se le acumularon en las pestañas, haciendo el paisaje un tanto borroso.

-¡Paren! -volvió a gritar, pero no servía de nada.

La gente respetaba la pelea entre lobos como algo normal. Si el problema no era suyo, dejaban que las cosas fluyesen. Los clanes tenían ese pensamiento; consideraban que en este momento Jungkook sólo estaba protegiendo a su omega del otro alfa, y las peleas entre alfas no podían ser interrumpidas sólo hasta que alguno terminara gravemente herido.

Y, por obvias razones, eso claramente sucedió. Jungkook estiró el hocico hacia el lomo del otro animal, enganchando sus dientes alrededor de la piel. Sólo que sus cálculos fallaron. Si bien se había escuchado el gruñido de dolor provenir de Mark, éste no se rindió, y dirigió su última mordida hacia uno de los muslos de Jungkook, logrando enterrar profundamente sus colmillos.

Without Stereotypes ♡Kookmin♡Where stories live. Discover now