Inexperto

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Jungkook no esperaba que las cosas cambiaran radicalmente. Cuando había besado a Jimin, no se le pasó por la cabeza que tal vez era un gran avance en su -inexistente- relación, y que su acción conllevaría a más roces.

Pasaban más tiempo juntos de lo que antes hacían. Como Seung había vuelto al trabajo, Jimin aprovechaba a ir a su casa desde la mañana temprano, hasta entrada la noche. Solían inventar juegos o mirar películas. Jungkook descubrió que Jimin amaba verlo cocinar, un día en que lo encontró escondido tras la puerta mirándolo ir y venir para hacerle unos panqueques; el azabache había parecido un semáforo en rojo de lo sonrojado que estaba cuando lo pilló. En cambio Jimin, descarado por naturaleza, aprovechó ese desliz para molestarlo por su timidez. Y si antes Jungkook consideraba que el rubio era un atrevido, era porque no había visto esta faceta de Jimin.

Se habían vuelto frecuentes los halagos, y Jungkook no sabía cómo manejar la situación sin tartamudear. Deseaba poder devolverle el piropo, pero su lengua se contraía a tal punto de ahogarse con la saliva por los nervios. Al menos lograba controlar la circunstancia cuando las caricias inocentes no eran tan inocentes. Jimin había demostrado ser fan de sentarse a horcajadas, y el pelinegro apenas podía detener sus manos cuando intentaban colarse por la camiseta que traía.

No es que le desagradara, en absoluto. Le gustaba la personalidad que el omega le demostraba, y la desenvoltura con que lo trataba. Lo hacía sentirse deseado, y al tímido y retraído Jeon Jungkook ese hecho lo emocionaba, ya que nunca fue destino de la apreciación de otra persona. Sin embargo, por más satisfacción que le traía ser el centro de atención de Jimin, no podía ignorar el pánico que esto le causaba.

Desacostumbrado como estaba de ser tocado de esa manera, no era de extrañar que retrocediera antes de ceder. Jimin no le reprochaba nada, ni siquiera lo presionaba; sólo que Jungkook tampoco le había comentado su miedo, así que el omega actuaba sin saber que el otro estaba sufriendo una crisis de ansiedad.

Jungkook no se animaba a hablarle de su problema, porque consideraba que estaba siendo melodramático. ¿Qué muchacho de su edad no había pasado a mayores con otra persona? No podía revelarle aquello a Jimin; se moriría de vergüenza. Ya era suficiente con su cobardía que arruinaba el momento, a eso, no le agregaría la incomodidad que traería su revelación.

Y tampoco podía conversar con su amigo de su conflicto porque, al parecer, Taehyung vivía ocupado. Y el gran vínculo de amistad ya no parecía ser el fuerte pilar que lo sostenía en ocasiones difíciles. El castaño se había alejado sin dar razones, y Jungkook, por más intentos que hacía, no podía averiguar con certeza qué sucedía. Sinceramente, estaba un poco cansado de esa situación.

Escuchó un ronquido a su lado y se dio la vuelta, sorprendido. Jimin dormía con la boca abierta. Ignorando la película que se reproducía, se contentó con observar al omega.

No lo culpaba. Él también se hubiera dormido si su mente no estuviera tan activa ese día. El filme era aburrido y soso, pero lo había elegido porque parecía interesante la sinopsis.

Jimin tenía el cuello doblado en una posición incómoda, con su cabeza apoyada en el respaldar del sillón. De sus labios salió otro pequeño ronquido y Jungkook no pudo evitar sonreír cuando Jimin boqueó como un pecesito. Apagó el televisor, con una pregunta rondando en su cabeza. ¿Y si lo cargaba hasta su habitación? Tendría una contractura si seguía durmiendo de esa forma. Lo mejor sería acostarlo en su cama.

Así que se detuvo unos segundos meditando de dónde podría sujetarlo. Se decantó por tomarlo debajo de las rodillas y detrás de la cabeza, como si fuera un bebé gigante.

No le costó mucho llegar a su cuarto y posarlo en el colchón. Iba a volver a la sala a acomodar un poco cuando algo lo detuvo.

-Kwan... -el susurro de un nombre salió de los labios rellenos.

Without Stereotypes ♡Kookmin♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora