Omega

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Jungkook acarició la piel suave de la cintura de Jimin, mientras éste se dedicaba a besar su cuello. El pelinegro notó la piel caliente bajo sus palmas y el vínculo que se sentía abrasador. Recorrer con sus manos aquel cuerpo había sido una fantasía que mantuvo oculta mucho tiempo, y era difícil creer que realmente estaba sucediendo. Rozó con las yemas de los dedos la espalda baja del omega, haciéndolo estremecer.

Apenas había recuperado la respiración cuando Jimin comenzó a mover levemente sus caderas. Jungkook no tuvo ningún problema en despertar nuevamente, ayudado por las sensaciones que le trasmitía Jimin a través de la unión, además de la marca en su cuello. La única molestia que tuvo fue sentir el pantalón de Jimin rozar su piel. Se le hizo injusto el estar descubierto a la vista, pero que Jimin sólo hubiera revelado su torso.

Se alejó un poco de él, tratando de buscar sus ojos. Una mirada de color miel se posó en la suya. El omega de Jimin estaba ganando territorio, y el rubio parecía cada vez más el pecado en persona. ¿Cómo podía verse tan bien en ese instante? Jungkook seguro era un tomate rojo y sudado a su lado. El pelinegro hizo una mueca, esperando no verse tan horrible como pensaba que lo estaba.

Los labios hinchados de Jimin captaron su atención. Sofocado al recordar lo que había pasado hace un momento, llevó su mano para delinear esos belfos rosados con gentileza. Pero no esperaba que Jimin atrapara su dedo entre ellos y succionara suavemente.

El omega sabía qué botones apretar para hacer de Jungkook un lío agitado.

Jimin abandonó su dedo, pero no se alejó por completo, agachando la cabeza para pellizcar con sus dientes su muñeca. Al parecer, al omega le agradaba marcarlo.

Jungkook recordó lo que le había dicho su padre antes de dejarlo en la cabaña. "Si vuelvo a verte con una de esas marcas otra vez, me conocerás enojado, realmente." El pelinegro alejó su mano, algo alarmado.

-No, Jimin. No puedes marcarme de nuevo.

Jimin frunció el ceño, viéndose descontento. Y, sorprendiendo a Jungkook, se distanció de él yéndose al otro lado de la cama. Le dio la espalda, acostándose de lado.

Jungkook lo miró con la boca entreabierta. ¿Lo iba a dejar así? ¿Lo había provocado por nada? Jungkook se colocó la ropa interior y su camiseta, mientras observaba estupefacto el panorama. No iba a quedarse desnudo en medio de la rabieta del rubio, por más apremio que tuviera por bajar la excitación.

-¿Te enojaste? -Jungkook se acercó, susurrando en su nuca.

Jimin se encogió todavía más, acurrucándose en sí mismo. Jungkook no daba crédito a la forma en que Jimin lo empujó con el codo, alejándolo.

-Hey, no es que me desagrade que me marques. No me importa que lo hagas. Pero a mi padre no le gusta. -Jungkook intentó aproximarse de nuevo, sin ser muy brusco porque corría el riesgo ser empujado- Sabes que un alfa debe verse fuerte, y yo ni siquiera... soy como un alfa común. Imagínate si me ven con mordidas.

Jungkook acarició el brazo de Jimin, sin perder la esperanza en cuanto vio los vellos erizarse. El omega actuaba así conforme al celo, y el pelinegro podría volver a encantarlo. Un omega en esa situación era fácil de complacer.

Sin embargo, su brazo fue apartado de un manotazo. Jungkook bufó. Debería haber supuesto que con Jimin no sería tan sencillo.

-Bien. Hagamos un trato. -sentándose en la cama, intentó nuevamente llamar su atención- Si quieres morder, hazlo. ¡Pero! -advirtió, justo después de que el omega se diera la vuelta, interesado en la propuesta- Debe ser en lugares que no se vean con la ropa. Nada de clavículas ni brazos, ¿entendido?

Without Stereotypes ♡Kookmin♡Where stories live. Discover now