XXI

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NADÍN:

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NADÍN:

Esa noche mantuvimos guardia hasta altas horas de la madrugada. Lorverd estuvo hablando conmigo de lo qué podríamos encontrar más allá del entendimiento natural de las cosas terrenales. Harley dormía incomodamente, y sin embargo se adapto rápido a las inclemencias que nos aquejaban. Harley posee mucha valentía, a pesar de provenir de una cómoda familia de provincia. Seré sincero, la idea que tenía sobre ella a cambiado.

«¿Por qué?»

Harley sufre de afecto emocional. Logré deducirlo en la conversación donde ella se negó a revelar detalles acerca de su personalidad. Sus mejillas no pueden ocultar cuando algo le afectaba, es así como logré darme cuenta que no tiene el apoyo necesario de sus padres —sentimentalmente hablando—, razón principal por la que ella forma escudos a su alrededor tratando de ocultar las deficiencias. Sus amigas (según su forma de expresión) son un escape de su realidad y no llegan a copar la rendija que ella había formado en su corazón desde la infancia. Harley maneja buenos modales cuando se lo propone, pero las inseguridades afectan su motricidad y la hacen activar defensas para intentar fingir que nada podía afectarle.

Desde que nos conocimos inició una discordia entre ambos, inclusive llegué a creer que ella era la peor persona del universo. Sin embargo, es de humanos equivocarse y de sabios retractarse. También admito que Harley poseé cierta belleza interior, por más que se empeñe en ocultarlo.

—Siempre he soñado que llegará la ocasión donde muchos podrán ver mi reflejo en la infinidad del cielo —declaró Lorverd, haciendo alejar mis pensamientos de Harley. Éste se hallaba posado sobre un arbusto, contemplando la hermosura de la luna que filtraba sus rayos plateados sobre aquel bosque taciturno.

—Pretendes marcharse sin despedirte.

El cielo de Terrabasta refleja el rostro de quienes parten contra su voluntad, según la esencia de cada ser, muestra una última despedida para aquellos que extrañaran a sus seres queridos. A eso se refería Lorverd con sus frases metódicas de razonamiento.

—El más allá siempre nos espera, Nadín. Nunca se cansa, es paciente. Acecha el momento preciso para reclamar un huésped más a sus dominios.

Mire a mi alrededor, Harley dormía abrazando a Maullende. Frifi había construido una especie de madriguera donde moraba, plácido, pues en pocas horas le tocaría el turno de vigilar.

«¿Hasta dónde nos había arrastrado el destino?»

Nos arrojó a un lugar que siglos atrás fue contaminado por humanos, con una civilización que todavía cree en la posiblidad de una reconquista. Y en medio de todo eso, siendo apenas dos adolescentes con problemas de adaptación, nos tocaba que intervenir en un asunto sociopolítico.

—Yo creo que el más allá es solo una visicitud con miedo a revelarse, por eso utiliza el aire del misticismo a su favor todo el tiempo. —Esa es mi opinión sobre el misterio de la existencia. Nadie sabe con exactitud el día y la hora que nace, y mucho menos el día que partirá hacia un lugar del que nadie puede asegurar si en verdad existe. Porque no somos más que motas de vida con límite de caducidad.

El Espejo PERDIDO: y la Corona de EstrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora