BARATRO

CASUALIDAD

me observo en el espejo viendo mi atuendo para ir a ver a los demonios sintiéndome satisfecha con el resultado. Elegí un vestido negro, medias y tacones del mismo color. Me peine con un semi recogido con la mitad de mi cabello dejando el resto suelto. Una vez lista salgo a encontrarme con mi hermano que se encuentra enfundado en un traje de tres piezas negro a juego conmigo.

- ¿lista? – pregunta a lo que yo asiento antes de ir a la habitación donde se encuentra mi hijo leyendo.
- Amor – llamo su atención – ya nos vamos, recuerda que si vas a salir debes avisarme.
- Lo se mamá – responde mientras yo me acerco a él besando su cabeza - ¡mamá! – me riñe y yo vuelvo a besarlo.
- Te amo – digo a lo que él asiente con la cabeza volviendo su atención al libro. Sonrió saliendo de allí caminando hasta la entrada donde ya se encuentra Baek.
Al llegar a la entrada del edificio vemos que ya Pavel nos espera. Rápidamente nos subimos a las camionetas las cuales nos llevan hasta la mansión de los Sokolov a las afueras de la ciudad. Al llegar observo la magnífica estructura del lugar, bajamos de la camioneta. Pavel nos guía por el lugar al interior de la mansión hasta un salón donde se encuentran los demonios.
- Buenas tardes – saludamos al unísono mi hermano y yo mientras vemos como Pavel se sienta junto a ellos.
- Es un placer conocerlos – dice Akemy haciendo una señal para que nos sentemos frente a ellos.
Comenzamos con la reunión por la cual nos encontramos en Moscú y es que Jing On nos contó sobre el material que solo los demonios manejan. No se por cuánto tiempo hablamos hasta que los demonios aceptan vendernos algunos trajes hechos con este material para cada miembro de mi familia. Hablamos también de otros temas de negocio.
- Luego de que nos indiquen las medidas, los trajes estarán listos en una semana – dice Nikolay poniéndonos de pie – pueden quedarse durante ese tiempo aquí en Moscú.
- Por nosotros no hay problema – responde mi hermano observándome a lo que yo asiento con la cabeza. Veo que Pavel sale del estudio antes de que nosotros también lo hagamos. Atravesamos de nuevo la casa en dirección a la entrada mientras hablamos con ellos hasta que observo a ¿Sebastián Rivera? Frente a nosotros, abre los ojos como platos al verme lo que me confunde porque hace unas horas nos vimos.
- Sebastián Rivera – digo enarcando una ceja. ¿Qué hace aquí? Me pregunto observándolo.
- ¿se conocen? – pregunta Akemy sorprendida a lo que Sebastián, mi hermano y yo asentimos con la cabeza. Siento un escalofrió recorrerme el cuerpo y un instante después aparece mi infierno personal más atractivo e imponente que la última vez que lo vi. Él abre los ojos al verme lo que me hace sonreír.
- Hola Santiago – digo desviando la mirada a la hermosa mujer que tiene tomada de la mano. Siento celos de ella por lo que camino molesta hasta ellos observándola con superioridad. – un gusto en verte – observo a Santiago a los ojos viendo en ellos por un instante el brillo que me enamoro desde la primera vez que los vi.
Sin más salgo de allí furiosa por lo que acabo de sentir. Han pasado quince años desde que él se marchó y no puede ser posible que mi cuerpo continúe reaccionando a su presencia. Cuando estoy por subirme a la camioneta siento que me toman del brazo por lo que al darme vuelta lo veo frente a mí.

- ¿Qué quieres? – pregunto molesta soltándome bruscamente sintiendo mi pulso acelerarse.
- Realmente no lo sé – responde a lo que yo sonrió mientras niego con la cabeza.
- Mantente alejado de mi – respondo mirándolo a los ojos.
- Seri... - comienza a decir, pero yo niego con la cabeza mientras extiendo mi mano hasta su brazo y la subo lentamente por este hasta su cuello atrayéndolo a mi quedando muy cerca el uno del otro.

- Te fuiste sin mirar atrás, quiero que hoy hagas lo mismo – sin más lo empujo lejos de mi antes de subirme a la camioneta respirando profundamente. Un instante después llega mi hermano, salimos de allí rápidamente, durante el camino solo observo por la ventana.
- Sebastián está casado con Inna Pavlok – dice mi hermano lo que me sorprende haciendo que me vuelva a verlo.
- Envíalo con papá – digo a lo que asiente con la cabeza.

Cuando llegamos al apartamento veo que mi hijo ya no se encuentra aquí lo que me tranquiliza. Camino hasta el minibar que hay en el salón principal sirviéndome un trago que me bebo de golpe antes de dejarme caer en uno de los sofás.
- ¿estás bien? – pregunta mi hermano sentándose a mi lado a lo que yo niego con la cabeza.
- No estaba preparada para esto – respondo negando con la cabeza – de todos los lugares en los que imagine encontrármelo por casualidad, la mansión de los demonios no era uno de estos.
- Son familia – dice mi hermano haciendo que estalle en una sonora carcajada, negando con la cabeza.
- Familia – digo poniéndome de pie yendo de nuevo al minibar – son familia de los demonios. ¡FAMILIA! – lanzo fuerte el vaso contra la pared.
- Seri cálmate, lo de ustedes sucedió hace mucho tiempo – dice mi hermano a lo que rio sarcástica.
- Mucho tiempo – repito sirviéndome un trago que me bebo de golpe – ¿sabes que es lo más cruel? – pregunto a mi hermano sintiendo las lágrimas acumularse en mis ojos – ámame hasta el punto que destruirías el mundo solo por mí. – me bebo otro trago – sigo esperando que cumpla su promesa...