BARATRO

PROMESA

Observo a mi cuñada dormida luego de que tuviéramos que sedarla ya que estaba perdiendo el control luego de enterarnos de la desaparición de su esposo y hermano. Desde que llegamos estamos buscándolos porque es muy extraño que hayan desaparecido ya que si los hubiera secuestrado ya lo sabríamos.
- ¿Qué crees que haya sucedido? – escucho la voz de Seri junto a mi tomando mi mano.
- Realmente quiero saberlo – respondo volviéndome a verla – no creo que mis padres y hermanos soporten otra perdida, además – señalo a la muñeca rusa – esta ella, que perdería no solo a su esposo, sino a su hermano y única familia.
- Todo va a estar bien – responde ella mirándome a los ojos haciendo que todos mis problemas en este momento se esfumen. – salgamos, dejemos que descanse – asiento con la cabeza dándole una última mirada a Inna antes de salir de la habitación.
- Presten atención a todo lo que mi cuñada pueda necesitar – hablo a los dos hombres que asigne para que la cuiden.
Caminamos tomados de la mano hasta mi habitación donde comenzamos a quitarnos el traje quedando en ropa interior, Seri viene hasta mi observándome con preocupación.
- ¿te duele? – pregunta tocando con delicadeza mi vientre, sonrió tomándola de la mano llevándola al closet deteniéndonos frente al espejo. la giro para que vea su cuerpo.
- ¿y a ti? – pregunto viendo con dolor los hematomas de que dejaron los impactos de bala. – date una ducha mientras voy por algo para que no te duela. – digo a lo que ella asiente con la cabeza.
Salgo del closet poniéndome un chándal antes de salir de la habitación, camino por la casa que se encuentra en silencio, voy hasta la cocina tomando una botella de agua antes de ir a mi estudio para tomar analgésicos y la crema para hematomas que siempre usamos. Cuando salgo me encuentro de frente con Nikolay vestido igualo a mí.
- ¿se sabe algo? – pregunto deteniéndome un momento.
- Aun no, Pavel y Miguel está investigando que sucedió – responde a lo que yo asiento con la cabeza – voy con Inna, en este momento me necesita me necesita más que nunca.
- Espero que estén vivos – respondo a lo que él asiente con cabeza.
- Alek es mi hermano y si están muertos será un fuerte golpe para nosotros – asiento con la cabeza antes de continuar con mi camino, al entrar a la habitación me detengo un momento observando la imagen frente a mí.
Seri se encuentra acostada bocabajo enfundada en una bata de seda rosa mientras sostiene el celular en su mano frente a ella. Paso saliva escaneando su cuerpo con la mirada haciendo que mi cuerpo reaccione y más cuando ella levanta lentamente la mirada.

- ¿Qué? – pregunta ella sonriendo dejando el celular mientras me acerco sentándome en el borde de la cama.
- Tomate esto – digo entregándole un analgésico y luego la botella de agua, ella sonríe bebiendo lo que le di, la veo ponerse de rodillas sobre la cama quitándose la bata quedando desnuda frente a mi haciéndome pasar saliva.
- ¿me pones crema? – pregunta ella mirándome a los ojos.
- No me hagas esto – digo al tiempo que ella se sienta a horcajadas sobre mi abrazándome por el cuello.
- Es solo crema para los hematomas – habla ella moviendo lentamente su cadera haciéndome estremecer, sin poderme controlar la tomo de la cintura girándola rápidamente hasta acostarla en la cama comenzando a besarla.
Siento sus manos recorrer mi cuerpo hasta mientras nos besamos olvidándome de todo y más cuando ella me abraza presionándome fuerte contra su cuerpo. Me aparto un poco de ella observándola a los ojos.
- Eres mi vida entera – digo a lo que ella sonríe ampliamente.
- Quiero que cumplas tu promesa – habla ella bajando una de sus manos por mi cuerpo hasta mi miembro – quiero que me ames hasta el punto que destruirías el mundo solo por mí.
- Hace años fui un cobarde, pero ahora sé lo que quiero. Quiero estar en tu vida, a tu lado hasta el último día de mi vida – respondo a lo que ella asiente con la cabeza.
- ¿dejarías la organización de tu familia? – pregunta ella mirándome a los ojos dejándome perplejo y cuando estoy por responder tocan la puerta.
- Santiago – escucho a mi hermano Antonio del otro lado de la puerta – los encontramos. – nos ponemos de pie rápidamente, camino hasta la puerta abriéndola un poco para ver a mi hermano.
- ¿Dónde? – pregunto a lo que él me observa travieso.
- A una hora de aquí – responde él a lo que yo asiento con la cabeza.
- Prepara todo para que salgamos en diez minutos – asiente con la cabeza antes de irse, cierro la puerta volviéndome a ver a Seri.
- Voy contigo – habla ella girándose para ir al closet, pero la detengo.
- No quiero que vengas – ella se vuelve a verme confundida – no sabemos qué está pasando y no quiero ponerte en peligro.
- Santiago...
- No, puedo soportar la muerte de otro de mis hermanos si llega a suceder, pero no soportaría perderte – hablo acercándome a ella abrazándola por la cintura a lo que ella también lo hace.
- Más te vale regresar a salvo – dice ella besando mi pecho antes de apartarse tomándome de la mano llevándome al closet donde toma un traje de kevlar para luego ayudarme a vestir. Antes de irme la beso y abrazo haciéndola reír.

- Tenemos una conversación pendiente – digo a lo que ella asiente con la cabeza antes de darme una nalgada vuelvo a besarla antes de salir de la habitación caminando hasta la entrada donde veo a mi hermano notándose muy preocupado. - ¿Qué pasa? – pregunto a lo que él me observa sonriendo.

- El dulce infierno que es el matrimonio – responde tomando un cigarrillo poniéndolo en su boca antes de encenderlo.
- ¿te arrepientes? – pregunto a lo que él se vuelve a verme riendo un poco mientras niega.
- Aunque somos incompatibles, ella es lo mejor que me ha pasado en el vida...