BARATRO

CULPA

EN ALGUN LUGAR DE ESPAÑA...

Un auto negro aparca a las afueras de la ciudad frente a un edificio abandonado, de repente de este baja un hombre furioso él cual sujeta fuerte del cabello a una hermosa chica la cual grita mientras las lágrimas ruedan de sus ojos. El hombre la arrastra al interior del edifico donde la lleva hasta una habitación donde la suelta antes de abofetearla.
- Eres una estúpida – dice él realmente furioso volviendo a golpearla – acabas de firmar mi sentencia de muerte.
- No entiendo – habla ella con los ojos llenos de lágrimas mientras de su labio sale sangre.

- Me hiciste atacar a los demonios – dice él tomándola del cabello haciéndola gritar.
- No sé de qué hablas – la suelta bruscamente haciendo que ella caiga al suelo mientras él comienza a caminar de un lado a otro.
- Porque eres una estúpida y yo un imbécil – habla él al tiempo que uno de sus hombres llega hasta donde se encuentran. – quiero que investigues qué relación tienen los demonios con los Rivera y los Wang, además organiza nuestro viaje – dice observando a la chica tirada en el suelo llorando – necesitamos salir de aquí lo antes posible.

SANTIAGO...

- ¡DIEGO! – escucho a mi hermana gritar al tiempo que corre hasta nuestro hermano haciéndome reaccionar, por lo que voy hasta ellos quedando perplejo ante la imagen frente a mí. Mi hermana sostiene en sus brazos el cuerpo sin vida de nuestro hermano mientras ella llora abrazándolo.
- Lo siento – dice Seri parándose junto a mi viendo como Gabriel trata de apartar a Katrina del cuerpo de nuestro hermano.

- Sáquenlo de aquí – ordeno viendo a mis cuñados consolar a mis hermanos, siento un nudo en la garganta viendo como nuestros hombres levantan el cuerpo de mi hermano.
- Alek, reúne a todos nuestros hombres y los de los Rivera – comienza hablar Akemy poniéndose junto a mí – búsquenlos, bloqueen todas las posibles salidas del país.
- Gabriel, encárgate de que nuestros hombres apoyen a los hombres de los Sokolov – habla Antonio abrazado a su esposa.
- Voy con ellos – dice Miguel con los ojos llenos de lagrimas
- Y yo – habla Baek observándonos – salvo a mis sobrinos y como dijo Akemy, somos una familia.
- No los maten, cuando los encuentren avísennos – habla Seri a lo que ellos asienten con la cabeza antes de irse. Los demás entramos a la casa con un mal sabor en la boca. Veo que Inna toma su celular antes de comenzar hablar supongo que con Sebastián.
De repente Seri rompe en llanto haciendo que todos nos volvamos a verla, rápidamente la abrazo antes de tomarla en brazos para llevarla a mi habitación acostándola en la cama.
- Lo siento – habla ella llorando antes de abrazarme por el cuello – no quería que esto sucediera.
- No es tu culpa – hablo abrazándola pegándola a mi cuerpo.
- Es mi guerra, traje esa guerra a ustedes, ese disparo iba para mis hijos y tu hermano los salvo – vuelve a decir y yo beso su cabeza.
- Somos una familia, daríamos la vida sin dudarlo un instante por proteger la de los demás, tu eres parte de esta familia y nuestros hijos aún más, cualquiera de mis hermanos habría hecho, porque yo haría lo mismo por mis sobrinos Antonia y Piero – respondo a lo que ella me observa a los ojos.
- Juro que voy a matarlos – dice ella a lo que asiento con la cabeza limpiando sus lágrimas.
- Todos, vamos hacerlo – respondo a lo que ella sonríe – ¿un baño? – asiente con la cabeza haciendo que me ponga de pie caminando al cuarto de baño donde pongo a llenar la bañera. Vuelvo con ella tomándola en brazos llevándola al cuarto de baño sentándola en el lavao desnudándola antes de sumergirla en el agua.
- Acompáñame – dice observándome a lo que yo asiento con la cabeza, me desnudo rápidamente antes de entrar al agua quedando frente a ella. – gracias – dice ella sentándose a horcajadas sobre mi abrazándome por el cuello.
- No hay nada que agradecer – hablo apartándome un poco para observarla a los ojos – yo debería darte a ti las gracias, me diste fuerte razones para fortalecerme.
- ¿aun te gusto? – pregunta ella observándome con una hermosa sonrisa a lo que yo niego con la cabeza lo que borra de golpe su sonrisa.
- Yo te amo – respondo a lo que Seri sonríe ampliamente acelerando mi pulso – casémonos – la veo abrir los ojos como platos y cuando esta por responder pongo un dedo en sus labios evitándolo – no tienes que responderme ahora.
Un rato después salgo de la bañera tomando una toalla enrollándola en mi cintura para luego tomar un albornoz para ella. La ayudo a salir a lo que Seri toma el albornoz poniéndoselo. Caminamos hasta la habitación donde ella se sienta en el borde de la cama, la veo pasarse las manos por el cabello preocupada por lo que me hinco frente a ella tomando su mano.
- Descansa un rato – digo a lo que ella se vuelve a verme – en cualquier momento sabremos donde están y debemos partir.
- Voy a llamar a Sebastián, necesito saber dónde están nuestros hijos – habla a lo que yo niego con la cabeza.
- Duerme, conociendo a Sebastián ellos están bien – respondo a lo que ella asiente con la cabeza acostándose, bajo la iluminación de la habitacion mientras ella se acomoda sobre la cama. Voy al closet donde me enfundo en un traje negro de Kevlar preparándome para lo que viene. Al salir la veo dormida, así que me acerco besando su cabeza antes de salir de la habitacion hasta el salón donde se encuentran los Sokolov, mis hermanos, incluyendo a Sebastián, mis cuñadas y cuñado, Pavel, Baek y Alek.

Todos vestidos con trajes parecidos al mío y del mismo color lo que enciende mis alarmas. - ¿Qué pasa?
- Cerramos toda salida que pudieran utilizar – habla Pavel observándome – tanto legal como ilegal.
- Además, que ofrecimos dinero para quien los entregue – habla Baek a lo que yo asiento con la cabeza.
- También los dejamos sin recursos y estando en nuestro territorio, están en desventaja – habla Sebastián a lo que todos asentimos con la cabeza – mientras las ratas salen de su escondite, debemos hacer algo que jamás espere hacer.
- No podrán con nosotros – habla Inna ganándose una mirada cargada de amor de mi hermano.
- Espero nos disculpen – habla Katrina en un tono de voz que me parte el alma poniéndose de pie – mis hermanos y yo debemos hacer algo que solo nosotros podemos hacer – veo que mis demás hermanos también se ponen de pie y lo entiendo. Debemos hablar con nuestros padres de la muerte de Diego