Capítulo 4

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Bartholomeu

Adicto al trabajo, el término correcto. Las estadísticas de audiencia favorecen a mi productora con el ranking número uno ante el estreno de la nueva serie que recientemente salió hace dos días.

Los televidentes están expectantes y ansiosos por un capítulo más.

Agradable sensación.

Espero paciente, desesperando, acorralando, agoto todas las expectativas habidas y por haber, es entonces que suelto el paquete, la bomba, la sorpresa.

Saberme mover tanto en los negocios como en lo personal ha ayudado en los últimos diez años.

Me gusta ser espectador, observador, cálculo cada movimiento, hallando fallas, las que no, las voy detectando en el camino y haciéndolas trizas para seguir a mi objetivo.

Presiono la tecla enter en mi computador, cargando el correo electrónico en proceso de envío.

Cuando este marca que, si se ha enviado, es entonces que ingiero de la bebida sobre mi escritorio, estirando cada músculo de mi cuerpo.

El sol ya calló, la noche toma un poco de viento, estamos cerca del desierto por lo que el clima es incierto, justo ahora puede variar.

Las paredes de piedras en mi oficina son enfriadas por el aire. La túnica que todavía llevo templa la temperatura de mi cuerpo.

Acabo de dar un paso más hacia mí meta, ya ha sido el ante penúltimo movimiento.

Me he preparado durante diez años para esto, caídas, resurgir, emprender.

Hoy por hoy soy la competencia del mercado televisivo de Asia, África y Europa.

Sí, Europa, porque en este precioso instante casi he borrado una industria de años para luego adquirirla por completo, he ido cortando pedazo por pedazo, jugadas no limpias lo que no me importa, lo que sí importa es el fin de todo, el resultado.

Sin ser precipitado, hoy por hoy, casi, solo necesito un poco más de tiempo, es cuestión de días, tal vez dos semanas para absorberla por completo.

Mi nombre será desvelado en su momento, por ahora, continuaré en las sombras.

Programo la cuenta regresiva en mi reloj de mano inteligente, el oro bordea la pulsera, así como la pantalla.

Merece una celebración.

Empaco nuevamente lo esencial en el maletín, fuera espera mi chófer, siguiendo mis pasos.

Algunos quieren irse a sus casas, yo no los mandé a retrasar trabajo, acumular, cuando se necesita, deben pagar cada centavo en sus cuentas, yo no pagaré a personas irresponsable, inútiles e incompetentes.

Esto no solo es una empresa productora, es la mayor empresa fabricadora de joyas en el mercado asiático-africano-europeo.

La demanda es grande, mucha, el trabajo pesado, trabajas por algo y así eres recompensado, si trabajas mucho te ganarás de acuerdo a eso y si lo haces poco, no sueñes.

¿Por qué se sueña? Es una estupidez hacerlo, los sueños son solo eso, imaginaciones que no se concretan. Lo que vale es el trabajo duro, luchar, abrirte paso, aplastar antes de que lo hagan contigo y nunca olvidar.

El auto se mueve por las calles llevándome de vuelta a mi casa, las paredes de piedra y concreto, el tono natural, nada artificial, a cuadras hay fiesta.

Mi auto tiene placas especiales, al identificarlo, paran la música, abriéndome paso, se llevan la mano derecha justo donde late su corazón, su significado es respeto y veneración.

INFAMES ©Where stories live. Discover now