Capítulo 13

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Antes de leer, bellezas. Quiero que siempre recuerden, yo dejo fluir mi imaginación y sino se tocan temas como el que se va a tratar aquí y todas las novelas hablaran de lo mismo, no tendría entonces mucho sentido leer.
No escribo temas controversiales ni duros o difíciles para ofender a nadie, ni hacer sentir mal a ninguna persona que haya llegado hasta aquí.

Sin más, espero que les guste el capítulo.

***

Bartholomeu

Hija de puta.

Se ve malditamente provocativa, debo adoptar mayor seriedad, avanzando con confianza para que no se note las reacciones de mi anatomía simplemente con su presencia.

Siempre me sucede con esta infame de mierda, ni los años quitan esa mala costumbre.

La carne es débil, el cuerpo traiciona sola, pero la mente tiene el control y la mía está cada vez peor de calculadora.

Aparenta que no estuvo internada el día anterior, con varios ataques, he tratado de saber que tiene, es complicado, manejan el expediente de Yvonne con suma privacidad y cautela, tarde o temprano descubriré que es lo que está pasando.

Total, ya le queda poco tiempo.

Kane ofrece que tome asiento, lo iba a hacer de todos modos, así que lo aprovecho mejor para disimular los constantes tirones en mi erección por la presencia de una maldita puta provocadora.

—Ethan Hamilton —extiende la mano, esto de estar saludando por apariencias ya me está cansando, ellos saludan, no yo.

Extiendo la mía y de toda la familia Hamilton el menos podrido es él, Victoria Johansson Hamilton es sólo una mujer que no tiene carácter.

Más así Ethan sea el más inocente, pertenece a esa familia, ni él ni nadie me provocan pena, tampoco remordimiento.

Sacudo su mano sin cruzar palabras, es suficiente con tanto protocolo.

—Supongo que ya tiene el contrato de ventas —volteo al gerente general del banco, la recepcionista que me acompañó solo por protocolo hasta la oficina, extiende una carpeta al susodicho.

Mantengo a Yvonne bajo mi radar, con ella nunca se sabe. La aludida se yergue en su propia figura, ante el asentimiento del ejecutivo.

Como la odio.

Esa falda le queda perfecta, se ajusta a sus glúteos, entalla aquella figura creada del mal y del pecado.

La camisa blanca, a la medida, deja una perfecta abertura de como el sostén, —a puesto a que es negro —, presiona sus tetas.

Inmoral, se atreve a usar el blanco cuando este representa pureza, lo menos que tiene es eso.

Manípulo la chaqueta del traje para que no se noten las consecuencias de estar analizándola.

Otras circunstancias, otros tiempos y la estuviera con la cara estampada en la mesa del despacho, la falda enroscada en esa estrecha cintura y los botones de la camisa rotos en lo que mis manos tirarían perfectamente de ese cabello tan bien peinado, el sudor habría dañado tan perfecto maquillaje.

Ahora en la actualidad, le tocará rogar por lo que supuestamente quiere mantener, le tocará no placer, sino dolor y sufrimiento.

—Efectivamente —Kane, abre la carpeta, girándola para que pueda alcanzarla —. Ahí está la propuesta, los terrenos necesitan una gran reconstrucción, arar, mojar la tierra, son extensos, de buena zapata, se hizo el estudio de suelo y todo queda bien si lo saben pulir, es perfecto para una gran construcción.

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