✪Una cita✪

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Tras aquella dulce noche en la que comenzó aquel tierno romance entre un demonio, y una humana. La encantadora pareja se encontraba en una burbuja para ellos solos, los días parecían más relajados, el sol parecía brillar más, los corazones galopaban desenfrenados.
Y muchas cursilerías más que quizás sería excesivo contar por amenaza de diabetes.
Los días habían pasado, y aunque los sucesos paranormales seguían ocurriendo cuando la chica salía de su hogar, ninguno de esos seres se había vuelto a acercar a ella desde que el azabache estaba protegiéndola como si fuese su sombra.

Y el día de la cita llegó tras esos tranquilos días, la chica se estaba preparando para salir, puesto que su chico le había dicho que pasaba a por ella a las seis de la tarde.
Por eso, observó los dos conjuntos que había escogido y pronto tomó con calma el conjunto que más le gustaba de los dos, y comenzó a ponérselo, ya que no estaba allí el demonio no tenía vergüenza en poder desnudarse, y también, estaba despreocupada, ya que Tom le había dicho que había puesto un sello para proteger la casa de aquellos seres oscuros que estaban acechando a la morena.

Tras unos minutos de arreglos -entre maquillaje, perfume y arreglar su conjunto para verse lo mejor posible-, la artista se vio de pies a cabeza, y pronto sonrió dulcemente, y encantada por su elección.

― A ver si con esto te dejo sin habla gatito ―susurró con calma la chica para dar una vuelta en su lugar y pronto asentir suavemente mientras suspiraba y cuando abrieron la puerta, la madre de la chica jadeó sorprendida―. ¿Qué tal me veo? ―susurró con calma mientras que su madre comenzaba a hacerle un montón de fotografías―. Lo tomaré como un sí, juju.

―Te ves increíble cariño, ¿esta es vuestra primera cita? ―le preguntó la mayor mientras arreglaba un poco el recogido que la menor se había hecho.

―Sí, ésta será nuestra primera cita ―asintió con calma mientras tomaba el pequeño bolso que llevaba―. Estoy un poco nerviosa la verdad, no sé qué tiene planeado para nada.

―Seguro que te sorprende, y para bien, debes confiar... aunque sea un demonio, claro ―dijo la mujer rascándose la nuca, aún no estaba acostumbrada a la realidad que le había sido mostrada.

―Tienes razón... ―asintió suavemente y pronto se rascó la nuca para suspirar y pronto negar―. "No, no debo tener malos pensamientos sobre él... No"

Y tras esa idea las dos mujeres escucharon el timbre sonar y las dos bajaron casi corriendo, y cuando llegaron, Caeli, con ciertos temblores, se detuvo en la puerta y abrió.
Nada más hacerlo, una delicada brisa atravesó la puerta, junto a una fragancia que hizo temblar sutilmente a la menor, y en ese momento, no solo los ojos de la morena se abrieron sorprendidos, los del demonio -una vez más en su forma humana-, por igual se habían abierto.

Ambos magnificados por cómo se había vestido el otro para su primera cita.
Los dos se quedaron mirándose, y los dos se quedaron enmudecidos nada más sus ojos se habían encontrado.
Chiara, por su parte, solo se había encargado de hacerles una foto ante la sorpresa. Y cuando salieron del trance, muchas más fueron hechas por la madre de la morena.

Quien no tardó nada en ver la hora y comenzar a empujar a la joven pareja para que saliese de la casa y se fueran, puesto que no tenían tiempo que perder. Debían disfrutarlo.

Y cuando los dos se marcharon, Chiara sonrió viendo una foto de su marido, y besando sus dedos índice y corazón, los acercó a los labios del hombre de la fotografía, y pronto asintió.

―Esta vez estará bien. Seguro que la cita les va de lujo ―susurró para si misma y pronto rio para comenzar a recoger las cosas, pues ella también debía volver a trabajar.

My Demon ©Where stories live. Discover now