✪Explicaciones✪

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Allí se encontraba la morena, sentada en aquel momento con un demonio maniatado y con una mordaza en la boca en caso de que despertase, no sabía muy bien que decirle a su amiga.
Esta se encontraba preparada armada contra todo lo que tenía de ocultismo a mano, mirando con desconfianza al demonio inconsciente.

Y este estaba simplemente con una respiración tranquila, al no parecerle que haría nada, solo bufó y pronto la periodista miró a la chica.

―Bien, comienza a darme explicaciones Caeli. Que te juro por tu padre que no te dejaré sola con ese demonio.

―E-Esta bien Akane, él, bueno él es Thomirchotch. O mejor dicho, Tom ―dijo la fémina con una sonrisa nerviosa y le dio la vuelta al hombre para que la pelirroja pudiese mirarle fijamente y sorprenderse.

―Ese... ¿¡ese es Tom d'Olivo?! ―dijo señalando al azabache, quien en aquel momento gruñó con un notorio dolor de cabeza e intentó incorporarse, pero otro golpe de la más baja con la bandeja que había llevado a la habitación de la morena lo hizo caer inconsciente en la cama de nuevo.

―¡Akane! ―dijo sorprendida y la periodista solo suspiró mientras la morena bufaba y acomodaba al demonio―. Suele ser muy tranquilo y... Si, es el Tom que os presenté aquel día―asintió un tanto cohibida en su lugar la de ojos azul cielo para mirar al demonio―. Se apareció de improviso disfrazado de él y... bueno, el resto, es que es muy largo de contar.

―Tengo todo el tiempo del mundo amiga mía.

La morena allí suspiró y le hizo el gesto a su amiga para que se sentase en la silla del escritorio, intentando explicarle lo que había pasado. En ese instante, si el demonio hubiese estado consciente, habría odiado el quedarse a un lado, pero estando en aquel estado, simplemente se mantenía tranquilo.
El hecho de que una humana le hubiese dejado noqueado le iba a convertir en el hazmerreír. Si es que alguna vez se enteraban, y en su subconsciente, rezaba que no fuese así.

La pelirroja observó con desconfianza al hombre en la cama de su amiga, y tras ello, solamente negó. Tenía que centrarse.

―Bien, yo voy a hacer las preguntas y tú si o si, me vas a responder, ¿entendido? ―Tras el asentimiento de la chica, la más baja de ojos oscuros suspiró―. Bien, ¿desde cuándo conoces a ese... tipo? Tom le has llamado, ¿no?

La morena se mordió el labio inferior, mas pronto suspiró, sabía que tarde o temprano tendría que contarle a su amiga que había pasado en aquellos meses. Aunque no esperaba que sucediese de esa forma tan extraña.

―Exactamente desde hace un par de meses. ―dijo ella y miró de reojo al demonio para suspirar y acariciar su cabello calmándose―. El cómo lo invoqué fue por tu culpa. Fue cuando me diste ese estúpido papel para invocar demonios. Ahora tengo una marca con el contrato que hicimos, un anillo que no me puedo quitar. Y él quiere que le diga mi deseo para poder adueñarse de mi alma. O eso intenta.

―Espera, ¿hiciste la invocación? ¡Pero si tú no crees en los demonios! ¿Y tienes una marca? ¿¡Dónde?! ―le preguntó totalmente sorprendida sin creerse lo que le decía su amiga― ¿En serio funcionó lo que te di? ¿Por qué a ti si te funciona y a mi no? ¡Esto es injusto!

―Akane, ¡ese no es el punto, céntrate! ―le dijo la chica suspirando por lo que su amiga le había dicho y dejando el cabello del hombre, se levantó para empezar a andar de lado a lado de su habitación―. Hice la invocación creyendo que no iba a pasar absolutamente nada, porque los demonios no existen, o eso creía hasta que vi parecer a ese gato en su forma híbrida frente a mí. Y no, no creía en los demonios, pero desde que Orfeo me dejó no tenía nada que perder después de todo.

Sentenció y después suspiró para tomar el borde de la camisa para levantar esta y el borde del pantalón para comenzar a bajarlo y que allí la pelirroja jadease sorprendida de ver en la cintura de la chica aquella marca de demonio. Realmente había hecho un pacto con él.

My Demon ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora