✪Encuentros y noches de pasión (p.1)✪

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Los días habían vuelto a pasar desde aquel alocado día, la pareja estaba en el estado de "luna de miel", cuando una relación comenzaba y sin duda todo parecía ser de color de rosas.
Desde hacía unas semanas preferían aprovechar todo el tiempo que podían estar juntos, disfrutaban por cada instante en el que no habían podido estar unidos, disfrutando de la compañía, disfrutando de aquellos instantes que parecían ser efímeros, ya que, para ellos, el tiempo transcurría demasiado rápido cuando se trataba de pasar tiempo juntos.

Ahora mismo, se encontraban paseando por las calles semivacías de Nueva York, algo raro debido a que normalmente aquella, era reconocida como la ciudad que nunca duerme, pero... se encontraban en una zona donde solamente salían parejas que deseaban pasar sus ratos libres juntos.
Estaba atardeciendo, y la imagen que se producía era simplemente hermosa.
La de cabello moreno, se agarró al brazo de su pareja -quien estaba disfrazado con su forma humana Tom d'Olivo-, que le sacaba un poco más de una cabeza. Lo miraba con una suave sonrisa en sus tiernos y perfectos labios. Y cuando conectaron sus miradas, ella sintió un escalofrío recorrer su cuerpo y sus mejillas obtuvieron un tono rojizo. Estaba feliz, muy feliz. Porque por fin, podía estar con él, haciendo cualquier estupidez que se les ocurriese.

Pero... estaba realmente preocupada, puesto que había días en los que el demonio debía marcharse a la batalla, días en los que ella estaba preocupada por él, por sus amigos, por su madre, puesto que ahora, la actividad paranormal en su vida, había parecido aumentar, gracias a los regalos de protección que Tom les había dado, no tenía que estar tan preocupada por ella y sus más allegados, el problema, era su pareja, que se iba a luchar, y volvía realmente herido, aunque él no lo decía, por las noches, la fémina podía notar las marcas del cuerpo ajeno -que le parecían ciertamente atractivas junto a los tatuajes grabados en el cuerpo del demonio-, aunque, le hacía preguntarse en cuantas batallas había llegado a meterse para tener marcas y cicatrices tan notorias.

A parte de esas cicatrices que tendrían mil y una historias, seguía preguntándose demasiadas cosas. Sobre todo, el hecho de que más seres oscuros habían empezado a acecharla. Ellos no se acercaban porque la fémina no se quitaba los elementos de protección. Pero... podía verlos en la lejanía y eso hacía que escalofríos de miedo recorriesen su cuerpo.

Por suerte, esas semanas con el azabache a su lado, los seres tenebrosos se alejaban mucho más.
Caeli siempre intentó preguntarle a Tom el por qué esos seres estaban al acecho, pero él parecía evadir el tema, de esa característica y eficaz manera que poseía. Siempre cortándola, y no dejándole ni siquiera acabar sus preguntas.

La morena sabía que él lo hacía para protegerle, aun así, no dejaba de molestarle y perturbarle un poco que le ocultase información, ya que a ella le incumbía saber la verdad, no solo por su propia seguridad, sino también por la de sus amigos y de su familia.

En ese momento, el susurro del tráfico en la lejanía, el susurro de la ciudad y también de sus habitantes, le hizo quedarse más callada y más absorta en sus profundos pensamientos, cada vez, con una expresión más preocupada.
Pero gracias al apretón del demonio, la fémina se sorprendió en su lugar y giró su rostro para ver al hombre, el cual le miraba con curiosidad, y un deje tristón en su atractivo rostro.

― ¿Qué es lo que ocurre angioletto? ―le preguntó deteniéndose, y poniéndose justo frente a ella, tomando con delicadeza el rostro de la más bajita entre sus manos.

La chica parpadeó, y solo pudo soltar una pequeña carcajada, todo al imaginar cómo se vería de tierno el azabache en su forma de demonio, con sus orejitas agachadas cual cachorrito perdido o entristecido. Tras unos instantes negó. Tratando de calmar a aquel diablillo, tomó sus manos entre las suyas propias y las acarició con cuidado.

My Demon ©Where stories live. Discover now