Cara Delevingne ~Woman Woman

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Empiezas a salir más en agosto. Sales con Matilda cuando ella rompe con su novio, pero no sientes como si hubieras salido realmente hasta que Cara te envía un mensaje a las 12 diciendo que siente ganas de un bocadillo de medianoche en McDonalds.

Le dices que está loca bromeando, pero cuando ella te dice que está esperándote fuera del edificio, te das cuenta que hablaba en serio. Caminas hacia la ventana y no estaba mintiendo. Su cabello está suelto sobre los hombros, gorro rojo en la cabeza, pantalón negro y una camiseta blanca. Te recuerda a la primera vez que la viste.

"Te has vuelto loca." Decides llamarla mientras te vistes para encontrarte con ella en la planta baja.

"¡Date prisa!" Se queja: "He estado deseando McDonalds todo el puto día."

"Jesús. Bien, está bien. " Le cuelgas, te pones unos pantalones  y una camiseta vieja que tenías por ahí. Corres por las escaleras. Abres la puerta de tu edificio y ahí la ves. Su espalda está apoyada en una columna, está fumando un cigarrillo y leyendo algo en su teléfono.

"Grosera". Ella murmura, sin mirarte a los ojos.

"¿Qué?"

"Es de mala educación mirar a tus amigos de esa manera."

Ignoras las mariposas en tu estómago. Sonríes con satisfacción  y tomas el cigarrillo que está entre sus dedos. Ella se sorprende por tus acciones y comienza a protestar, lo inhalas frente a ella  y le soplas el humo en el rostro. Cruzas miradas con ella mientras lo haces, haciéndolo un momento especial. Entonces lo lanzas al suelo y pasas por encima de el, aplastándolo.

"Grosera." Dice y tú tuerces  los ojos. Te das cuenta de que lo dice en voz baja y te hace preguntarte si tal vez la hiciste sentir como ella te hace sentir a ti.

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Observas como se devora su enorme hamburguesa y piensas en voz alta a donde va toda esa comida.

"¿De verdad quieres saber?"

Te ríes y ella también, ambas están riendo como locas. Cuando termina te encuentras mirándola

"Eres linda." dejas escapar el comentario. Tan pronto como lo dices te ruborizas profundamente..

Hace uno de sus gestos cómicos, y empiezas a reír de nuevo.

Comparte sus papas contigo y ambas comen en silencio. Robas miradas hacia ella, preguntándote cómo diablos es posible que exista esta mujer perfecta.

Termina su comida y acaricia su vientre, sonriendo perezosamente.

"Estoy tan llena." Arrastra la palabra, satisfecha.

Estás a punto de hablar, pero te interrumpe un fuerte eructo.

"Ewww, Cara!"

"¿Qué?" Ella pregunta bromeando, en tono ofendido: "Si no sale como un eructo, sale como un–"

"¡Bien, bien, lo entiendo!"  Dices, riendo. En serio, ¿hay alguna vez que no estés riendo cuando estas con ella?

Se levanta y te preguntas a dónde va.  Regresa con otra pajilla. Se sienta y quita la tapa de tu vaso. Deja caer la pajilla en tu bebida y toma un sorbo.

Levantas una ceja y en tono burlón le dices, "Grosera."

Te saca su lengua.

El silencio entre ustedes es cómodo. Tienes sueño y ella también parece cansada.

Te inclinas hacia abajo para echarte un último sorbo de tu bebida cuando ella se inclina también hacia abajo, y hace que sus frentes choquen.

Ambas hacen un sonido de dolor, acariciando sus frentes como si eso hiciera que el dolor desaparezca.

Muerde su labio suavemente cuando ya estás tranquila de nuevo y tú mantienes la mirada entre sus ojos y sus labios.

"Es el último sorbo, puedes tenerlo." Dice.

"Tonterías, es tuyo. No tengo sed."

"Yo tampoco" Mira hacia arriba pensativa y luego suspira dramáticamente "Ambas podemos tomarlo al mismo tiempo y de esa manera estaremos en paz."

"Excepto que." arrastras la palabra, sin convicción. "Intentamos eso y casi nos rompemos los cráneos."

"Tu ve hacia la derecha y yo iré a la izquierda." Ella dice y te sonrojas, de repente recuerdas tu primer beso.

Haces lo que ella dijo, y ella hace lo mismo en sentido contrario. Sus narices chocan entre sí y cometes el error de mirar en esos ojos de color verde claro. Estás sorprendida por su intensidad y te terminas ahogando con la bebida.

Se echa a reír como una loca mientras toses torpemente, las lágrimas escapando de tus ojos. Ella sigue riendo como una loca y sientes tus mejillas arder. Quieres estar enojada con ella, pero no puedes. Sabes que no puedes. En su lugar le lanzas una patata a su angelical rostro.

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