Cara Delevingne ~Woman Woman

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Has estado revisando tu teléfono entre descansos. Ni siquiera puedes enfocarte apropiadamente y crees que Charlie lo noto pero aun no ha dicho nada. Deberías terminar por hoy. Pero preferirías tener algún tipo de distracción aquí en lugar de ir a casa y hace absolutamente nada.

Estas empezando a cantar todas las palabras sin equivocarte cuando Charlie detiene la música abruptamente.

"Tu teléfono está sonando."

Corre fuera de la cabina de grabación y contestas sin siquiera revisar quien es.

"Hola, bebe." Escuchas su ronca, aun débil voz y un peso se cae de ti.

"Oh, Dios..." susurras entre un suspiro y ojos cerrados, "Cara, estaba muy preocupada."

"Iba a llamarte temprano pero estaba ocupada con ensayos y luego mi teléfono murió." Se disculpa en voz baja.

"Está bien, bebe." Te encuentras diciendo, "¿Te estas sintiendo algo mejor?"

Su respuesta sale después de un ataque de tos.

"No," logra decir finalmente, "tome una píldora para mi dolor de cabeza pero sigo sintiendo como si hubiera corrido un maratón."

Suspiras y pasas una mano por tu cabello.

"¿Vendrás a casa mañana?"

"Si."

"¿Puede venir directo a mi apartamento?" preguntas con un pequeño miedo al rechazo.

"No quiero que te enfermes, amor."

"Cara, no me interesa."

"Está bien, bebe. No puedo esperar a verte."

-

Al día siguiente, dejas el estudio más temprano para conseguir todo lo que necesitas para cuidar a Cara.

Arreglaste tu ya ordenado apartamento y limpiaste el polvo y todo. Básicamente te deshiciste de cualquier germen asqueroso.

Y como sabes que Matilda es una buena cocinera, le pediste que te hiciera su deliciosa sopa de pollo. Curiosamente, ni siquiera pregunto para qué era. Supones que debe estar molesta con Charlie. No le preguntaste sobre él. No quieres presionarla. Te dirá cuando este lista.

En la tarde, Cara te llama para informarte que está en camino del aeropuerto.

Suena incluso peor que antes.

Calculas el tiempo que le tomara llegar a tu apartamento y cuando piensas que está cerca, sales a esperarla. Está lloviendo y obviamente no quieres que se empape con el terrible resfriado que ya tiene.

Efectivamente, ni siquiera cinco minutos de esperarla, un coche negro con vidrios polarizados se detiene frente a tu edificio. Una de las puertas se abre, y tan pronto como ves una pierna delgada salir, corres hacia ella con tu sombrilla ya abierta.

La llovizna se convirtió en lluvia implacable hace unos minutos.

Cuando la visualizas, ella te ve instantáneamente, agitando su mano levemente. Se ve muy derrotada, bolsas debajo de sus cansados ojos y la piel más pálida que nunca.

Finalmente la alcanzas, sosteniendo la sobrilla sobre su cabeza. La lluvia está golpeando en tu espalda pero solo te preocupa que ella esté protegida por completo. La abrazas lo mejor que puedes con solo un brazo mientras el conductor sale del coche para sacar su maleta de la cajuela.

La tiras de su rostro para besarla suavemente en la frente pero casi te alejas de ella cuando su piel ardiente entra en contacto con tus labios.

"¡Estas ardiendo!" exclamas mientras llevas una mano a su frente para confirmarlo.