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Has decidido pasar solo el fin de semana con ella. Te vas en un viernes muy de temprano y regresaras el lunes por la mañana. Son sólo tres días, pero es mejor que no verla en absoluto.

No te molesta volar. Te gusta. Más o menos. La cosa es que nunca has volado sola y no estás segura de qué esperar. No tendrás a nadie para tomar de la mano cuando ocurra la turbulencia. No se te había ocurrido hasta hace un par de días que Cara volaría directamente a España. Te va a recoger en el aeropuerto, pero tendrás que volar hasta allá por ti sola.

Tomaste una pastilla para calmarte esta mañana, pero no está segura si esta funcionando. Estás en tu asiento, esperando a despegar, y esta espera es angustiante. Estás tratando de evitar esa pequeña mala costumbre que tienes de pelar pequeños trozos de piel de tus labios. No quieres que tus labios se vean mal cuando Cara te vea. Pero cada vez es más difícil no hacerlo.

Finalmente el avión comienza a moverse, y en cuestión de minutos está despegando. Estás pegada a tu asiento cuando en algún momento en el aire la píldora se activa y te quedas dormida.

Te despiertas cuando están a punto de aterrizar. Los pequeños rayos del sol a través de la pequeña ventana lastiman tus ojos. Una vez que te acostumbras a ella, finalmente eres capaz de ver el azul del cielo, la costa y el mar y no puedes dejar de pensar en que los próximos días van a ser perfecto.

-

Tomas tu  maleta y le envías un mensaje a Cara preguntándole dónde está.

Voltea.

Te pones nerviosa y emocionada cuando te das cuenta de que estás a punto de ver a Cara. Te das la vuelta y, efectivamente, ahí está. Pelo atado, una camiseta ajustada firmemente a su cuerpo, sus brazos tonificados, exhibiendo un poco de su estómago, está usando shorts, sus largas piernas están expuestas y estás segura que hace calor afuera, pero en realidad sientes como si estuvieras en llamas.

Te saluda agitando su mano y empieza a caminar hacia ti rápidamente. Haces lo mismo. Habrías corrido hacia ella, pero te sentiría tonta si lo hicieras.

Se encuentra a medio camino.

La miras y ella te mira. No dices nada. No tienes que hacerlo. Ella te jala y te abraza con fuerza. Envuelves tus brazos alrededor de su torso y las cierras detrás de su espalda, no quieres soltarla nunca. La sientes besando la piel detrás de tu oreja y cierras los ojos.

Después de minutos, la sueltas. Vas a tomar tu maleta pero ella te pega y la toma.

"Soy más fuerte que tú." Se encoge de hombros y se aleja con aire engreída.

Es agradable oír su voz natural de nuevo, ya sabes, sin todo el zumbido y las interferencias que se escuchaba cuando hablabas con ella por teléfono.

La dejas caminar unos pasos por delante de ti. Tus ojos siguen cayendo a sus increíbles piernas. De verdad quieres tocarlas. Se detiene y voltea, te atrapa en el acto. Te sonrojas y muerdes tu labio suavemente.

Te metes al asiento trasero del coche con ella. No te molesta que este a tu lado, pero preferirías que estuviera sentada frente a ti para poder ver su hermoso rostro.

Descansas la espalda contra la puerta para poder hablar con ella y mirarla a los ojos al mismo tiempo. Ella frunce sus perfectas cejas.

"¿Qué estás haciendo? Quiero que veas el paisaje, babe! "

"Prefiero mirarte." Dices, sin darte cuenta que lo dijiste primero.

Sonríe y se sonroja un poco.

"Que cursi eres."

Culpable de los cargos.

Haces un puchero y te sientas derecha de nuevo. Besa tu mejilla suavemente. Tu puchero comienza a desaparecer lentamente. Lo hace una y otra vez y no puedes dejar de sonreír como un idiota. Encuentra tu mano y enlaza sus dedos con los tuyos mientras señala al exterior y se convierte en tu guía temporal.

Cara Delevingne ~Woman WomanWhere stories live. Discover now