20

8.9K 187 35
                                    

Ni siquiera una semana más tarde, estas de fiesta en un club con tus amigos cuando sientes tu teléfono vibrar en el bolsillo de tus jeans. Lo sacas y para tu sorpresa, esa foto que tomaste de Cara sin que supiera aparece en el identificador de llamadas.
El profundo zumbido del bajo tiene lleva el ritmo de tu corazón. Palpita contra tu caja torácica más fuerte de lo que debería.
Te excusas de tus amigos y encuentras un lugar apartado en el corredor que dirige hacia los baños.
Presionas el botón verde y llevas el dispositivo hacia tu oído con manos temblorosas.
"¿Hola?"
"Hey." Saluda con entusiasmo. Presionas el teléfono con más fuerza hacia tu oreja y te cubres el otro con la otra mano. "Estaba a punto de colgar."
"Perdón," murmuras, "Estaba buscando un lugar tranquilo."
"¿Dónde estás?"
"En un club con algunos amigos." Casi gritas cuando la canción de fondo cambia a una más fuerte. "¿Tu donde estas?"
"Apenas aterrice."
Y solo con eso, podrías estallar de alegría. Prometió que te llamaría tan pronto como pusiera un pie en tierra y lo cumplió.
"Ven a verme!" Gritas en el altavoz. El par de tragos que tuviste antes definitivamente te han soltado.
Pero no esperabas que ella tomara tu oferta.
Así que, ahora estas sola en una cabina. Tus amigos están bailando por ahí y tu estas esperando a Cara ansiosamente.
De pronto te llega un nuevo mensaje y sabes que está aquí.
¿Dónde estás?
Le explicas que estas arriba en una cabina y esperas que te encuentre o será una situación muy incómoda.
Deja de mensajearte y sabes que su búsqueda empezó.
No pasan ni dos minutos y finalmente la encuentras caminando hacia ti. No puedes ver su atuendo – está demasiado oscuro para eso. Pero definitivamente puedes ver la enorme sonrisa que trae.
Te levantas y te encuentras con ella a medio camino. Cuando están a pocos metros, sus pasos se alargan y luego te está envolviendo en uno de los abrazos más fuertes.
"Hola." Susurra en tu oído.
Te alejas y presionas un suave beso en su mejilla al mismo tiempo que ella presiona uno en tu mejilla. Regresas a dónde estabas sentada y ella se desploma en el sofá, suspirando profundamente.
"¿Cómo estás?" preguntas por encima de la música.
"Cansada!" casi grita y cierra sus ojos por unos segundos. Y de pronto te sientes mal por haberle pedido que viniera cuando está claramente exhausta.
Frunces el ceño.
"¿Quieres irte?" preguntas, evidente decepción en tu voz. "No me molesta si te quieres ir. Probablemente me iré en un rato."
Hace una sonrisa cansada, niega con la cabeza cortando tu comentario divágate, y luego mira a su alrededor checando el lugar.
"Nunca había estado aquí antes." Comenta, "¿Está bueno?"
Encojes los hombros y tomas un sorbo de tu bebida. Todos los clubs son iguales.
Le preguntas si quiere algo de beber y sacude su cabeza bostezando. Realmente no debiste convencerla de venir a verte. Pero la verdad, es que disfrutas ver su bonito rostro.
Algunos de tus amigos regresan. Algunos se tropiezan con el escalón y piensas que definitivamente están ebrios. Ni siquiera notan a Cara.
Matilda lo hace. Es la única sobria, torciendo los ojos hacia las chicas riéndose. Se sienta, preguntándote algo que no entiendes. Tus ojos caen en Cara y la vez cabeceando.
La culpa te consume.
"¿Cuándo llego?" Tu mejor amiga grita sobre la música.
"Hace minutos, literalmente." Contestas en voz alta. La garganta te duele de gritar. La tomas del cuello y le hablas en el oído, "Babe, creo que ya me voy."
Se aleja y asiente con la cabeza. Sus ojos te dicen que tengas cuidado y sabes a lo que se refiere.
Te levantas y caminas hacia donde Cara está sentada. Tocas su brazo suavemente con la mano. Salta, aturdida. Prácticamente se estaba quedando dormida y no puede evitar encontrarla adorable.
"Vamos, dormilona." La ayudas a levantarse. "Te llevare a casa."
Te dice que tiene un coche esperándola en la parte de atrás del club. Caminan silenciosamente en un corredor desierto. Entonces, cuando el guardia abre la puerta, flashes te ciegan inesperadamente. Esto no te había pasado antes. No tienes mucho tiempo para pensar. Escuchas a los paparazzi llamándola por su nombre y cuando se dan cuenta de quién eres empiezan a llamar el tuyo. Pero olvidas todo por un momento cuando su mano se entrelaza con la tuya y te está jalando a través de la multitud de fotógrafos. Alguien toma tu brazo, y te das cuenta que es un voluminoso guardaespaldas halándote a ti y a Cara en dirección al coche.
Todo sucede en cuestión de segundos pero se sienten como algunas agonizantes horas.
El carro donde estas rápidamente acelera y sigues sorprendida.
"¿Qué fue eso?" preguntas estupefacta.
"Eso fue tu primera turba de paparazzi." Se ríe.
Cuando el shock se disipa, te das cuenta que sigue sosteniendo tu mano. Finges que no te das cuenta y te deleitas con la sensación de tener los dedos de Cara entrelazados con los tuyos, al fin.
"Perdón," aclara su garganta con incomodidad mientras su mano se aleja de la tuya.
Casi te quejas.
Se acerca al conductor y le dice donde se encuentra tu edificio. No está lejos del de ella, el comenta. Nunca te habías dado cuenta de eso.
"No tenias que irte por mí." Recarga su espalda contra la puerta para mirarte apropiadamente.
"Estaba aburrida de todos modos." Mientes.
Sonríe suavemente. Bosteza y bostezas con ella. Ambas se ríen. Se sienta bien de nuevo. Hablan vagamente, preguntándole sobre Nueva York. Te enseña sus nueva tinta y solo puedes pensar en lo sexy que esos tatuajes en su piel la hacen ver.
Cuando caes en silencio, observas como su cuerpo empieza a desplomarse contra el tuyo. Su cabeza cae en tu hombro y sabes que está dormida.
El coche disminuye de velocidad y se detiene.
Intentas moverte sin despertarla. Murmura algo cuando te las arreglas para empujar su cuerpo suavemente contra la puerta. Miras su figura dormida por un par de segundos y luego presionas un suave beso en su sien. Le das las gracias al conductor y sales del coche para entrar al edificio.
La noche no pudo haber terminado de una mejor manera.
-
Despiertas a la una de la tarde con tu teléfono sonando muy fuerte. Sientes ganas de aventarlo contra la pared pero en lugar de eso contestas con un soñoliento hola.
Es tu agente.
"Buena movida." Dice con entusiasmo y tú frunces las cejas, confundida.
"¿Qué?"
"Esas fotos de anoche son brillantes." Se ríe y luego agrega, "¿Quien los llamo? ¿Tú o Cara? Creo que fuiste tú, porque he escuchado que ella no es muy fan de ellos."
Así que es sobre esto.
"¿Te volviste loco?" preguntas furiosa, "¿Por qué haría eso?"
"Como sea, niña. Enserio podrías usar la fama de tu amiga. Quiero decir, ¿Cómo no sabía que eras amiga de Cara Delevingne?"Se ríe de nuevo y murmura algo que no alcanzas a escuchar.
Tuerces los ojos. ¿Realmente cree que la quieres solo por eso? Entonces está muy equivocado.
"Escucha, Matt," suspiras en el altavoz, "Tengo que-"
"Si, si. Ya te dejo ir."Dice y lo puedes escuchar sonreír. "No olvides que mañana tienes una entrevista para-"
"Lo sé." Arrastras la palabra tratando de despedirlo rápidamente. "Ahí estaré."
Cuelgas después de una despedida rápida.
Descansas tu cabeza de nuevo en la almohada y sientes el sueño tratando de ganarte una vez más. Estas empezando a dormirte cuando tu teléfono suena de nuevo.
Contestas con un hola enojada sin siquiera revisar quien es.
"Perdón, ¿te desperté?"La voz rasposa de Cara te despierta de inmediato. Es puro éctasis.
"No." Mientes. "Estaba... ehh..."
"¿Durmiendo?" Se ríe y te sonrojas. "Te llamo después."
"No!" gritas, "Ya estoy despierta, de todos modos."
"Así que, estabas durmiendo." Puedes escuchar la sonrisa en sus labios y te hace sonreír tontamente.
"Como sea." Murmuras. "Solo dime qué quieres."
De pronto se queda en silencio y tienes que comprobar que sigue ahí.
"¿Cara?"
"Si, perdón. Eh... quería saber si tal vez querías comer conmigo hoy?"
Algo te dice que digas no. Estas cayendo más profundo de lo que querrías. Te lastimo antes. ¿Ya se te olvido?
"Está bien."
"¿Está bien?" pregunta claramente asombrada. Definitivamente estaba esperando tu rechazo.
"Está bien." Te ríes. "Pero tienes que darme tiempo para arreglarme. Me veo fatal."
"Eso apuesto." Bufa al otro lado de la línea.
"Eres cruel."
"Como sea, como sea."
Suspiras de alegría cuando cuelgas. La habías extrañado mucho, es una locura.
Te apresuras hacia las escaleras a la planta baja minutos después de que te manda un mensaje diciéndote que está afuera. Tu corazón late con fuerza por correr pero se las arregla para acelerarse cuando la ves.
"Wow." Murmuras, mientras la miras de arriba para abajo. Está usando esa blusa amarilla fluorescente que te encanta con un pantalón negro. Se ve hermosa.
Sonríe con inquietud.
"¿Qué?"
"Llegas muy rápido." Mientes. Ella te enseño a mentir como una experta.
"Corrí hacia aquí."
Bufas.
"Lo juro!" contesta, bromeando y defendiendo su obvia fachada. "Como sea, bien, no me creas. Me muero de hambre."
"Yo también." Te das cuenta. "¿A dónde me vas a llevar?"
Te das cuenta que esto se ve demasiado como una cita. Una cita en la que no quieres estar. Mentiras. SI, si quieres. La dejaras acercarse a ti lentamente, pero no la dejaras de regreso de inmediato. Suena como un buen mal.
"Estaba pensando en que tal vez podrías cocinarme algo?" te mira con ojitos de cachorro.
"¿Hablas en serio?"
Asiente como lo haría un niño.
"Tu comida es la mejor!" Gimotea y tuerces los ojos.
"Cara, yo no sé cocinar!"
Hace un puchero.
"Si, si sabes."
"No."
"¿Por favorcito?"
Te convenció.
"Bueno, entonces te tendrán que gustar los sándwiches de queso a la parrilla."
Boquea para un efecto dramático.
"Mi favorito!"
-
Está de pie a lado de ti en su cocina. Están observando dos sándwiches de queso a la parrilla y un millón de rebanadas de tocino.
"Cuchillo, por favor."
Te pasa el cuchillo rápidamente y los cortas en triángulos. Hace un silbido de aprobación cuando el queso derretido gotea en el plato.
"Tengo que decir, babe." Ambas se sonrojan ante su pequeño descuido pero continua, "Eso se ve mejor que McDonald's."
Tu cabeza voltea rápidamente hacia ella. Alzas una ceja con incredulidad.
"Bueno, tal vez no mejor que McDonald's... pero sabes a que me refiero."
Te quedas boquiabierta y te pones una mano sobre el pecho fingiendo que te lastimo. Ella se ríe.
"No seas mala." Le adviertes. "Tengo un cuchillo en mi poder."
Alza sus manos y dice, "No hay necesidad de ser agresiva."
Comen en silencio, comentando vagamente sobre cosas sin importancia alguna.
Después, decides limpiar el desastre que hiciste en su cocina.
Caminas hacia el fregadero para poder lavar el cuchillo que está sobre la barra. Viene detrás de ti para poner algunos platos sucios. Su parte delantera se une con tu espalda y se te olvida que estás haciendo hasta que un agudo dolor cruza a través de tu dedo. Siseas y el agua corre de color rojo.
"Dios." Grita cuando ve la sangre saliendo de una pequeña cortada en la punta de tu dedo. "Lo siento mucho," Susurra mientras agarra tu mano ensangrentada. Sacudes la cabeza e intentas decirle que no duele, pero ella está haciendo esto como si acabaras de cortarte la muñeca. Te toma de un brazo y te dice que te subas a la barra.
De repente recuerdas cuando eras niña y te raspabas las rodillas.
Pero Cara te está cuidando, así que no te quejas.
Haces lo que te pide, abre un cajón y saca una caja de curitas.
Se instala entre tus piernas colgando y toma tu mano entre sus suaves manos. Limpia tu herida con un paño húmedo y te murmura innumerable disculpas cuando presiona con más fuerza de lo que debería. Cuando la sangre deja de correr, te quedas con el más pequeño de los cortes en la piel. Coloca un curita en el con mucho cuidado y pasa un dedo sobre él para asegurarse que no se caiga.
Te muerdes el labio y ocultas tu sonrisa mientras la observas  concentrada en ti.
"Listo," Cara susurra. Su cabeza de pronto se alza y no tenías idea que estaría tan cerca de tu rostro. No ha soltado tu mano. Cruzas miradas con ella y sabes lo que está a punto de ocurrir. Su rostro se acerca a centímetros del tuyo y automáticamente te mueves para encontrarla a medio camino.
Tu nariz choca contra la suya. La observas cerrando los ojos y cierras los tuyos.
Su otra mano descansa sobre tu muslo. Titubea a milímetros de tus labios. Supones que quiere tu permiso. Cierras la brecha entre las dos tímidamente. La mano en tu muslo aprieta tu piel y casi gimes al sentir sus labios en los tuyos por fin después de meses de nada.
Pero de repente la puerta delantera se abre y su compañera de habitación entra sin avisar. Literalmente las atrapa en el acto. Cara salta lejos de ti y estás un poco sorprendida como para hacer algo más que sonrojarte y mirar.
"Hola." Georgia sonríe pero puede ver un leve rubor en su pálida piel.
Incomodo.
La conociste hace un tiempo cuando tú y Cara seguían saliendo y esto no es una manera apropiada de verla una segunda vez.
"Hey." Cara dice. "Ya se conocieron antes ¿no?" está hablado muy rápido apenas puedes entenderle una palabra. Su compañera asiente, divertida, y pone las bolsas que sostenía en la mesa. "Bien. No hay necesidad de introducciones incomodas."
"Un poco tarde para eso." Georgia murmura  y te ríes ante su ingenioso comentario como si no te hubieras sorprendido hasta el punto de quedarte sin habla.
Miras entre Cara y ella. No está diciendo mucho y Cara de pronto decide que el espacio en medio de la cocina parecía interesante mientras contesta distraídamente a su amiga. Luego voltea hacia el fregadero y empieza a lavar los platos.
"Te ayudo." Murmuras y saltas de la barra. Te pones a lado de ella, sintiendo su tibio brazo contra el tuyo. Seseas en vos baja cuando el agua alcanza tu cortada incluso con el curita protegiéndolo.
Cara te mira sorprendida. Cierra el grifo y te dice que ella lo hará. Cuando protestas te lanza una mirada tan severa que no puedes evitar cumplir. Golpea sus caderas para alejarte y te ríes. Luego cruzas miradas con Georgia. Sonríe y te sonrojas.
"Me voy a mi habitación" Anuncia. Y sientes que puedes respirar de nuevo. Te lanza un guiño, "Compórtense señoritas."
Cara deja caer un plato cuando lo dice y te encoges. Maldice en silencio y luego apaga el agua. Seca sus manos en un paño seco y voltea. Sus mejillas están rojas. Frunce los labios y deja su cuerpo desplomarse en la barra.
"¿Qué quieres hacer?" Le preguntas.
Sorpresa destella en sus ojos. Supones que no creía que te quedarías después del beso.
"¿Quieres ver una película o algo?"
Te lleva a su habitación y sorprende está ordenado, a excepción de su maleta un poco de ropa en la cama.
"¿Quién eres y que le has hecho a mi-" Novia. Te detuviste a tiempo. Fiu. "-la desordenada Cara."
Se da la vuelta y te tuerce sus bonitos ojos. Toma la ropa y las arroja a una silla cerca.
"Está justo aquí."
"Eso acabo de ver." Te ríes y te avienta una pieza de ropa.
Nostalgia.
Lo tomas y lo avientas en la misma silla sin siquiera saber que es. La última vez te aventó ropa interior. Sería extraño si volviera a suceder.
Te sientas en su cama, tus piernas cruzadas y tu espalda contra la cabecera. La observas pelear con millones de cables.
"Eso no pasaría los mantuvieras organizados."
"Shush." Te calla y reprimes una carcajada por que los acaba de enredar más.
Minutos después sigue batallando. Es tan terca ni siquiera te deja ayudarla.
Luego se queja en voz alta. Te lanza los cables enredados y lo atrapas justo antes que te golpe el rostro. No crees que se dio cuenta de que estaba tan cerca de desenredarlos. Pasas un cable blanco sobre uno negro y listo.
"Que-pero como- ¿Cómo mierda hiciste eso?" Pregunta, obviamente sorprendida.
Te encoges de hombros presumida.
"Mis manos son mágicas."
"Eso diría." Murmura mientras agarra su laptop.
Te das cuenta de la insinuación sexual detrás de lo que dijiste y lo que ella contesta. Una descarga pasa a través de tu cuerpo y aprietas las piernas involuntariamente.
Es como cuando alguien te dice que no pienses en elefantes. ¿Qué haces? Piensas en elefantes. Y ahora no puedes dejar de pensar en sexo con Cara.
Estas condenada.
-
 
Su laptop está conectada a la pantalla de plasma mientras miran una película de la cual ya perdiste interés tan pronto como su pierna toco la tuya.
Esta boca abajo a lado de ti. Tienes la vista perfecta de sus piernas y su trasero y estas demasiado distraída ni siquiera te das cuenta de ella pausando la película. Se voltea e inmediatamente finges estar mirando tus propias piernas.
"¿Escuchaste lo que dije?" pregunta con un ligero tono de molestia en su voz.
"Perdón," murmuras, "estaba distraída."
"Esta película está aburrida." Repite. "Podemos salir o algo, no sé. Podríamos ir al parque o incluso a Joe's. Siento que es un bonito día afuera y lo estamos desperdiciando aquí."
"Lo que digas." Le dices ignorando el hecho de que fue su idea de quedarse adentro en primero lugar.
-
Caminan lado a lado sin destino alguno. No te importa. Te gustan las caminatas largas.
"¿Qué somos?" te pregunta de manera abrupta y no entiendes a lo que se refiere. Entonces algo se prende en tu mente.
"Te dije que necesito tiempo."
Sus hombros caen ligeramente. Asiente y se calla. Luego separa los labios y duda.
"Pero dejaste que te besara."
Su argumento es válido.
"Lo hice."
"¿No significo nada para ti? ¿Fue un error?"
"No, Cara. No fue un error."
Asiente una vez más.
"¿Dejarías que te besara otra ves?" pregunta en vos baja.
Te gustaría tener una respuesta en la punta de tu lengua.
Suspiras en lugar de eso.
"No lo sé."
Se ríe ligeramente. No detectas sarcasmo ni rencor.
"Bueno saberlo." Bromea tranquilamente.
Caminan un poco más. El silencio te consume.
"Esperare por ti." Lo rompe. "Esperare el tiempo que quieras. No me importa si es un mes o dos. Esperare."
Estas sin palabras.
"Solo- solo no me des falsas esperanzas." Su voz se quiebra mientras se vuelve en un susurro. "Si ya no me quieres solo dilo y te prometo que no te molestare más."
Te quedas en silencio. Hay confusión dentro de ti.
"¿Entiendes lo que me estás pidiendo?" Le preguntas en voz baja,"¿No recuerdas lo que me hiciste?"
"Me heriste."
"Lo hice." Admites. "También te di lo que me pediste. ¿Cómo crees que me sentí después de dos meses de ti sin decirme una sola palabra y veo una foto de ti con un tipo plasmados en el periódico? Ni siquiera sabía que ya no eras mi novia. Pensé que necesitabas 'espacio'."
Tuerces los ojos y patea un guijarro con más fuerza de la necesaria.
"Salimos como por dos meses."
No duele menos.
Tu estomago se hunde al pensar en él teniéndola cuando se suponía era tuya.
"Quiero ir a casa."
Se detiene y te mira, con culpa plasmada por todo su rostro. Miras hacia otro lado. Observas a las demás personas y los coches pasando. Cualquier cosa para olvidar estos pensamientos inquietantes.
"Te llevo-"
"No." Encuentras una fuerza que no sabías que tenias y la rechazas.
"Pero quiero hablar-"
Te tallas los ojos en frustración. Odias cuando piensa que 'no' es equivalente a 'te voy a convencer'.
Sacudes tu cabeza de nuevo tragándote el enojo. No quieres discutir en medio de la calle. Para ser sinceros, ya no te puedes dar el lujo de discutir en medio de la calle.
Querías caminar lejos de ella, pero tu cuerpo te traiciona. Miras su figura abatida y suspiras.
"No te hare esperar para siempre."
-
Para finales de Julio, principios de Agosto, empiezas a hablar más con ella. El dolor mezclado con ira empieza a desvanecerse y te encuentras extrañando su presencia.
Charlie, Matilda y algunos de tus amigos deciden pasar una semana en España, específicamente en Barcelona. No estás segura si ir con ellos o quedarte. No sabes si podrás soportar los recuerdos.
Una noche, te llega un mensaje de Cara preguntándote si quieres tomar algo en Joe's. Te emocionas. Últimamente, has estado pensando en ella más de lo que deberías.
Eso hasta que le mencionas tú posible viaje a Barcelona.
Su respiración se queda atorada en su garganta.
"¿Iras a Barcelona?" pregunta luego de recuperarse.
"No lo sé." Suspiras, "Probablemente no. La mayoría de los que irán son parejas."
"Oh." Asiente lentamente y juega con el popote en su bebida, "Estaba pensando en hacer mi fiesta de cumpleaños ahí." Confiesa.
Frunces las cejas.
"¿Hablas enserio?"
Asiente y tarareas distraídamente, preguntándote si esto es una extraña coincidencia.
"¿Cuándo iras? Si es que iras."
"Del 9 al 15." Respondes en vos baja.
La verdad es que casi te olvidas de su cumpleaños. Las fechas apestan. Crees que solo recuerdas el tuyo por que no es fácil de olvidar.
Das un sorbo de tu bebida. Ella mira hacia afuera de la ventana y robas miradas hacia ella. Te pones consciente de que tu mano y la de ella están sobre la mesa a poco centímetros de tocarse.
"Te extraño." La sorprendes y te sorprendes ante tu estallido repentino.
Sonríe.
"Yo también te extraño."
Te ruborizas.
Crees que es el tema de Barcelona el que te puso sensible.
"Si vas a Barcelona podrías ir a mi fiesta de cumpleaños." Lo dice tan rápido que apenas le entiendes, "-y tus amigos, claro. No te desharás de tus amigos."
Te recuerda a la noche hace meses cuando discutieron porque quería que te deshicieras de tus amigos por ella. Supones que igual lo recordó.
"No lo sé, Cara. Sera muy incomodo estar con tantas parejas ahí. Soy la única persona soltera ahí-"
"Puedo ir unos días antes." Exclama. "Cuando estén haciendo cosas de parejas puedes llamarme y de esa manera no serás la única soltera ahí."
Lo meditas por unos segundos.
"Bueno."
-
Le dices Matilda lo que Cara te propuso y aun que frunce el ceño al oír su nombre, se puso contenta cuando se dio cuenta que irías con ellos.
"Solo ten cuidado, amor. Ya te lastimo antes."
-
Vuelas a España el 9. En esa noche, todos tus amigos van a cenar. Tú decides lo contrario, sintiéndote melancólica con todos los mimos de los que has estado rodeada.
El 10, el grupo decide separarse después de discutir y todos queriendo hacer algo distinto. Las parejas obviamente se mantienen juntas. Charlie y Matilda te insisten en ir con ellos. Decides qué prefieres ir a la piscina del hotel.
En la noche del 10 para el 11, el día en que Cara llega, no puedes dormir. Estas muy emocionada por verla. Piensas en ella toda la noche. Estas preocupada por tu decisión, pero piensas que finalmente estas lista para darle la segunda y última oportunidad.
Te despiertas cerca del mediodía. Tu teléfono de pronto vibra con un mensaje nuevo.
Acabo de aterrizar
Luego otro de Charlie.
Comida a la 1:30. Nos vemos en el lobby
Le mandas un mensaje a Cara preguntándole si comerá contigo. Su respuesta es inmediata y positiva. Le dices el nombre de tu hotel y te dice que estará ahí en una hora.
Saltas a la bañera y te alistas. Eliges tu ropa con cuidado. Arreglas tu cabello. Te aseguras de oler a flores y rayos de sol.
Te estás viendo en el espejo cuando recibes un mensaje. Es ella. Esta aquí.
Tomas tu bolsa y tu tarjeta de acceso y apresuradamente sales de la habitación del hotel. En el pasillo rebasas a  Matilda y Charlie que están saliendo de su habitación.
Ella te pregunta a dónde vas con tanta prisa y cuando no contestas voltea hacia Charlie y comenta, "Cara debe estar aquí."
Caminas aterrada en el elevador. Ves los niveles bajar muy lentamente. Tu corazón se acelera. Cuando la puerta se abre, caminas en el lobby siempre-lleno. Tu cuello voltea en todas direcciones, buscándola.
La vez, por fin. No sabes como la pasaste por alto. Tiene la espalda contra el mostrador del lobby. Está casualmente viendo a la gente pasar. Te acercas a ella rápidamente y ella debió percibirte, porque inmediatamente te mira. Se encuentran a medio camino.
Sin que ella lo esperara, la envuelves en un fuerte abrazo. La escuchas jadear y luego envuelve sus brazos alrededor de ti también.
La sientes besando tu cabello y suspiras en su oído, "Te extrañe."
Alguien aclara su garganta detrás de ti. Se separan con sonrisas tímidas antes de voltear a ver el rostro de incomodidad de Charlie y el de piedra de Matilda.
"Hey, chicos." Cara murmura con una sonrisa reservada en sus labios. "¿Todo bien?"
"Perfectamente." Matilda contesta rápidamente por ella y su novio.
Le echas una mirada y tuerce los ojos.
"¿Dónde están los demás?" Les preguntas, "Muero de hambre." Gimoteas."¿Tienes hambre?" Le preguntas a Cara.
"Muero de hambre por tus sándwiches de queso a la parrilla." Bromea y tuerces los ojos.
Finalmente, las otras dos parejas aparecen. Presentas a Cara y ves sus rostros de sorpresa. No esperaban almorzar con Cara Delevingne hoy.
Tú y Cara caminan detrás de ellos mientras van a través de las ocupadas calles en Barcelona.
Te estás llevando a la perfección con ella. Siempre has tenido las más increíbles conversaciones con ella pero te habías olvidado de eso.
Tu mano choca con la de ella un par de veces. Te muerdes el labio, dudosamente, y luego audazmente tomas su mano. Deja de hablar y te mira. Ambas sonríen mutuamente con rubor en sus mejillas luego entrelaza sus dedos entre los tuyos.
"¿Crees que podamos cenar juntas está noche?" pregunta y te hace bufar.
"Ni siquiera hemos almorzado, Cara."
"Lo sé, lo sé." Se lleva una mano al cuello y muerde su labio de una manera que encuentras increíblemente sexy, "Solo quería preguntarte antes de que hicieras planes."
"¿Cena, hoy, solas?" preguntas en voz alta procesando sus palabras.
"Quiero decir, no tenemos que estar solas pero... Si." Dice con nervios y de hecho sientes su mano empezando a sudar contra la tuya.
"Está bien." Sonríes alegremente hacia ella y juras que puedes ver la sorpresa en sus ojos, incluso detrás de sus lentes de sol.
"Increíble." Su mano aprieta la tuya y la acaricias con tu pulgar.
-
Están en una mesa en un restaurante con una increíble vista hacia la playa. Y justo enfrente de ti está Cara, leyendo el menú. Su lengua se asoma en la esquina de su boca mientras se concentra en lo que hace.
Un codazo en el brazo te despierta de tu sueño.
"Estas mirando." Matilda susurra en tu oído.
Te ruborizas y te encojes de hombros intentando mantener tu fachada.
"¿Están de nuevo juntas?" te pregunta en voz baja y simplemente sacudes la cabeza. "Qué bueno." Sonríe mientras entierras tus uñas en su muslo desnudo y la miras con advertencia. Sisea y alza sus manos rindiéndose. "Solo estoy bromeando."
"Me rindo." Escuchas a Cara murmurar mientras avienta el menú a la mesa. La miras, divertida. "No entiendo nada."
"Creo que vas a morir de hambre entonces." Bromeas.
Hace un puchero.
"Pediré lo que sea que pidas."
"Pediré una ensalada." Dices sin expresión.
Frunce su rostro en disgusto. Rápidamente niega con la cabeza. Te ríes.
"Necesito más que una ensalada para funcionar."
La camarera, una hermosa mujer de piel bronceada con increíbles ojos marrones, regresa y pregunta si están listos para ordenar. Todos alrededor de las mesas hacen su orden.
Luego sus ojos caen en Cara.
Cara mira a la mujer y muerde su labio.
"No entiendo." Dice y la mujer hace una suave sonrisa.
"Te puedo ayudar."  Ofrece en un fuerte acento. Va detrás de Cara con un menú en sus manos.  Señala algo y primero lo lee en el idioma y luego lo traduce en español. Cara tararea en entendimiento y la mujer se ríe.
Todo en lo que puedes pensar es que está muy cerca de Cara para tu gusto. Pero a Cara no parece importarle. De hecho, ella parece lo parece estar disfrutando muchísimo. La mujer sigue leyendo palabras en el idioma en voz alta y Cara las repite, intentándolo.
Toma una decisión, por fin.
Luego la mujer endereza su espalda y dudosamente le pregunta si se puede tomar una foto con ella.
"¡Por supuesto!" Cara grita como si la respuesta fuera obvia y la pregunta innecesaria.
La mujer va detrás de ella de nuevo, su barbilla descansa en el hombro de Cara y los labios de Cara se mueven a su mejilla y presiona el beso más ligero mientras toma la foto.
Vez rojo.
Escuchas a Matilda suspirar y con el rabillo del ojo miras como sacude la cabeza ligeramente. Tiene razón. Deberías estar igual. No lo harás por qué no quieres mostrar tu desaprobación obviamente.
Cara ha estado coqueteando descaradamente con esta mujer justo enfrente de ti. Ni siquiera puedes describir lo que estas sintiendo en este momento. Todo lo que sabes es que va de dolor a ira.
La mujer se va, peor va a regresar.
Apartas la vista a la mesa cuando Cara te mira.
Afortunadamente, Charlie empieza a hablar contigo sobre algunas canciones que has querido grabar y con eso te las arreglas para evitar hablar con Cara. Y cuando la conversación sigue en curso, Matilda decide que quiere ir al baño y te pide que la acompañes. Una de las chicas, en realidad no recuerdas su nombre (una amiga de Charlie) pero vagamente recuerdas que comienza con una S, va con ustedes.
Al salir del baño, la chica sale primero y Matilda te jala de regreso.
"Por favor, dime que no estás pensando en volver con ella."
"¿Qué te hace pensar eso?" Te entra el pánico ligeramente.
"Las vi tomadas de la mano, babe. Y el abrazo sin fin en el hotel." Tuerce los ojos. "Estaba coqueteando con esa chica  y tú estabas ahí! No tiene decencia. ¿Quiere ser tu novia o tu amiga?"
Miras en otra dirección y aprietas los labios.
"Ya lo sé, M" apenas susurras y abres la puerta y la dejas detrás. Rápidamente te alcanza pero no fuerza la conversación más.
Cara está en el teléfono cuando llegas a la mesa. Te destella una de sus más deslumbrantes sonrisas cuando te ve y tú finges una.
La mujer regresa con la comida. Cara sonríe con suavidad y le da las gracias, pero es muy cortante que tienes que frunces las cejas. Te hace dudar si te imaginabas el coqueteo. Pero Matilda también lo vio. Sacudes tu cabeza y empiezas a comer.
Estas llena al final de la comida. Disfrutas de tu agua, participando levemente en la conversación. Cuando empiezan a hablar de futbol te desconectas por completo.
Y luego sientes un par de pies tocando los tuyos. Lo ignoras al principio pero cuando los golpecitos aumentan tus ojos se deslizan a los de Cara.
Está sonriendo.
Alzas una ceja y ella alza una, desafiándote. Tu rostro se suaviza y todo lo que quieres hacer es pasara a través de la mesa y tomarla de la mano.
"Iré a fumar." Les dices a todos mientras te levantas. Tomas el cigarro de tu bolsa y el encendedor.
"Voy contigo." Cara anuncia mientras se levanta también.
De pronto se te pone encima y la miras.
"El área de fumadores está de este lado, tontita." Señala detrás de ti y te ruborizas.
Te das la vuelta y caminas con ella a tu lado.
Te inclinas contra el barandal en un hermoso balcón mientras tomas un muy-necesitado inhalo de tu cigarro. Cara solo está de pie ahí, mirando el mar.
"¿Quieres uno?" le sostienes la cajetilla mientras voltea hacia ti.
Sacude su cabeza.
"Estoy intentando dejarlo."
Tomas un profundo inhalo del cigarro luego te acerca a su rostro. Y diabólicamente soplas en humo en su rostro. Cierra sus ojos y te encuentras deseando poder besarla ahí y ahora.
"No seas cruel." Susurra mientras da un paso hacia atrás.
No estás segura si habla sobre el humo o el hecho de que su rostros estaban tan cerca sus labios casi se tocaban.
Cruzas tus brazos y aprietas los labios mientras dejas caer la cenizas en la calle debajo.
"¿Hice algo mal?" pregunta en voz baja.
"No." Respondes con rapidez. "¿Por qué lo preguntas?"
"Apenas me has dicho una palabra."
"Solo estoy cansada." Mientes.
Se acerca más hacia ti y luego, en una seductora vos, pregunta, "¿Estabas celosa de la camarera?"
"¿Qué?" frunces las cejas fingiendo confusión. Tu rubor te delata." ¿Qué te hace pensar que me importa con quien coqueteas o no?"
Sonríe y sabes que perdiste.
-
Tienes una pequeña pelea con Cara cuando se niega a irse hasta que la dejes pagar por ambas. Suspiras, exasperada, y la dejas ganar una vez más.
Regresas al hotel para ponerte tu ropa de playa. Cara viene contigo. Se sienta en la cama, cambiando los canales de televisión.
"¿No iras a la playa con nosotros?" preguntas desde el baño.
"Si." Grita.
Sales en tu pequeño bikini de dos piezas, decidiendo torturarla. Escondes tu sonrisa cuando la vez mirándote de arriba abajo, sus labios abiertos ligeramente.
Te arrodillas antes de tu maleta, buscando algún short y una blusa suelta. Literalmente puedes sentir sus ojos quemándote en la espalda baja.
"¿Ya tienes puesto tu bikini?" preguntas volteando a verla.
Se sonroja, atrapada. Asiente con la cabeza rápidamente y aparta sus ojos hacia los tuyos.
"¿Podrías atar mi top un poco más fuerte? Preguntas maliciosamente.
Asiente con la cabeza de nuevo. Se levanta y tu también. Camina cerca de ti. Te volteas y tomas tu bikini de enfrente. Sus manos tocan tu tibia espalda y nunca las habías sentido más suave. Sientes tu top aflojándose mientras deshace el cordel detrás. Su respiración hace que la piel se te erice y empiezas a preguntarte si la estás torturando a ella o a ti.
"Listo." Susurra pero puedes sentir sus manos flotando por encima de tu piel.
Te mantienes ahí.
Une su parte delantera con tu espalda lentamente. Sostienes la respiración. Sus manos descansan en tu cintura. Planta besos suaves como pluma en la piel donde tu cuello y hombro se encuentran. Tu cabeza cae en la curva de su cuello y sus labios te presionan con más fuerza.
Luego un fuerte golpe en la puerta te regresa a la realidad.
Te alejas de ella. Inmediatamente sientes el frio golpeando tú una vez protegida espalda. Ella suspira y se acuesta en la cama.
"Un minuto!" gritas mientras te pones una blusa.
"Apúrate, amor!" Escuchas la voz de Matilda del otro lado.
Te tropiezas contra la puerta mientras te pones los shorts. Abres la puerta con más fuerza de la necesaria.
"Whoa." Matilda salta un paso hacia atrás. "¿Por qué tan seria?"
"¿Porque la prisa?" contestas.
Te ignora y camina hacia tu habitación. Cierras la puerta y volteas justo a tiempo para ver su rostro cuando ve a Cara en tu cama.
"Oh, ahora entiendo." Matilda murmura. Le asiente un frio hola a Cara.
Te preguntas cuando terminara esto.
"¿Están listas para irse?"
Tarareas un si mientras recoges la ropa esparcida en el baño y las doblas.
"Dios," Cara murmura, "Eres tan organizada."
"A diferencia de ti."
Se encoje de hombros y se levanta.
"No te molesta."
Bufas.
"Eso es lo que crees. Apenas puedo caminar en tu habitación sin sentir ganas de limpiar todo."
"Puedes hacerlo cuando quieras." Toma una blusa que tenias en la cama y te golpea el trasero con ella un par de veces.
Te ríes mientras loa avienta a tu maleta. Cuando volteas recuerdas que Matilda sigue en la habitación. Se ve algo incomoda como si estuviera interrumpiendo algo.
"Ya podemos irnos, M."
Suspira, asiente y camina hacia la puerta. Nunca la habías visto tan callada. Supones que Cara tal vez tenga algo que ver con ello.
-
Sientes la mano de Cara pidiéndote permiso para sostener la tuya mientras caminan por una calle muy transitada. Charlie está a tu lado, preguntándote algo que no entiendes. Entrelazas tus dedos con los de ella y suspiras en su lugar. Es probablemente tu cosa favorita de hacer, tomarte de las manos con Cara. Solo los enamorados lo hacen de esta manera. Tal vez por eso siempre te sientes tan cerca de ella cuando lo haces.
"¿Perdón?"
"Olvídalo." Se ríe.
Te encojes de hombros. Te detienes en una de las tiendas porque una de las chicas insistió en comprar revistas para pasar el rato mientras se broncean.
Cara te está sosteniendo de la mano, aun, mientras miras el edificio interesante y ella contesta una llamada.
Luego alguien te toca el hombro. Volteas lentamente.
Un grupo de chicas mirándote, sonriendo con timidez. Les sonríes, frunciendo las cejas con algo de confusión.
"Nos preguntábamos si podíamos tomarnos una foto contigo." Una de ellas pregunta.
Tus ojos se abren considerablemente. Tus labios se separan. Te preguntas si no se abran confundido con alguien más. Cuando dicen que son tus mayores fans casi te desmayas.
"Claro." Tartamudeas y sueltas la mano de Cara. Voltea para ver porque la soltaste.
Entonces escuchas exclamaciones. Las chicas murmuran el nombre de Cara y preguntan si pueden tomarse una foto con ambas. Cara cuelgo con la promesa de llamar de volver a llamar. Te encanta verla interactuar con sus fans y los tuyos, aparentemente. Les dan las gracias con risas y luego se van. Estás sorprendida hasta el punto los miras marcharse.
Cara de jala en un inesperado abrazo y besa tu mejilla, toda risueña. Busca tu mano y la toma de nuevo con cuidado.
Caminan hacia la playa de la mano, platicando vagamente. Luego empieza a hablar de su cumpleaños.
"Te estás volviendo vieja." Dices bromeando y agregas, "Ya puedo ver tu piel arrugándose."
Boquea y luego hace un adorable puchero.
"Voy a cumplir 22. ¿Que dirás cuando cumpla 50?"
Tu corazón late con fuerza. Has pensando en envejecer con ella muchas veces antes. Te sigue llegando, todas las veces.
"Te diré exactamente lo mismo."
Sonríe con suavidad. Su mano aprieta la tuya.
Cuando llegan a la playa, esparcen las toallas y se quitan la ropa. Sientes literalmente las gotas de sudor formándose en tu frente. Hace demasiado calor para tu gusto. Miras el mar, te está invitando.
Movimiento a lado toma tu atención. Cara se está quitando la ropa. La observas quitarse la blusa con lentitud y luego los shorts. Su tonificado abdomen siempre hará que tu corazón se acelere. Ahora sientes más calor que antes.
"Dios." murmuras. Te mira y abaniqueas incomoda. "Hace demasiado calor afuera."
Sonríe.
"¿Quieres entrar al agua?"
Asientes.
"Más te vale no ser una bebe."
Muerdes tu labio.
"No puedo prometerlo." Haces un puchero. "Estoy demasiado caliente para esa agua."
"Lo eres." Sonríe una vez más.
Te sonrojas.
Les dices a todos que vas a nadar. Te despiden, sintiéndose soñolientos después del almuerzo. Por dentro estás haciendo una especie de baile feliz. Estas feliz de tener un tiempo a solas con Cara.
La dejas avanzar un par de metros enfrente de ti de esa manera puedes admirar sus curvas. Caliente. Tiene que ser la mujer más sexy en la que hayas puesto tus ojos. Y no estás diciendo esto porque estas completamente enamorada de ella.
Llegas a la costa donde el agua se encuentra con la arena. Dejas que las pequeñas olas mojen tus pies. Inmediatamente seseas y sabes que no entraras al agua hoy.
"Dios mío." Dice, "Había olvidado lo caliente que está esta agua."
"Estas bromeando." Tiemblas. "Está helada."
Tuerce los ojos y pone una mano en su cintura, mirándote con incredulidad.
"Babe," Empieza. Escondes una sonrisa. "Por favor, no me hagas aventarte al agua."
Alzas las cejas y das unos pasos hacia atrás. Sabes que lo hará. Te mira con amenaza y te arrepientes de haber dicho algo.
"No te atrevas," dices y la señalas con un dedo, esperando que sea suficiente para intimidarla.
Por desgracia para ti, no está para nada intimidada.
Tus pasos se vuelven más largos mientras te persigue como si fuera el león y tú la presa. Cuando está cerca de ti sabes que necesitaras un milagro para escapar, tus piernas se las arreglan para voltearse junto con tu cuerpo. Pero es demasiado tarde. Ella es más rápida que tu. Sus manos se envuelven alrededor de tu cintura, acercándote a ella. Y ya que es considerablemente más alta que tu, estas atrapada en el aire, así que no puedes escapar de su agarre.
"¡Suéltame!" Gritas. Se ríe y empieza a caminar hacia el agua. "¡Por favor!"
No estás segura de lo que sucede después, lo único que sabes que es ambas tú y ella caen salpicando en el agua sin gracia. El agua fría no se siente tan mal alrededor de tu cuerpo pero realmente desearías no haberte mojado el cabello. Tus pies encuentran la arena y lentamente te levantas. De verdad quieres estar enojada con ella, pero cuando te encuentras con su mirada se echa a reír como un niño y sabes que es prácticamente imposible.
-
Nada alrededor de ti y vagamente recuerdas a esos animales acortejándose antes de aparearse. Dejas escapar una carcajada antes que puedas detenerlo.
"¿Qué es tan gracioso?" nada tan cerca de ti que puedes ver las gotas de agua descendiendo en su perfecto rostro.
Tu risa inmediatamente se apaga. La besarías no hubiera tanta gente alrededor. Aun que a ella no parece importarle. Entrelaza sus dedos con los tuyos debajo del agua y jala tu cuerpo sin peso hacia el de ella.
"¿Qué estás haciendo?" Tu voz se quiebra.
"Déjame besarte."
"¿No tienes miedo? Hay mucha gente..."
"¿Eso es todo lo que te preocupa?" pregunta y agrega rápidamente, "Estas diciendo que ¿si estuviéramos solas me dejarías besarte?"
"Yo-"Tu voz se quiebra de nuevo y cierras tus labios con fuerza. Miras hacia otro lado y luego, en un momento de audacia, cruzas miradas con ella una vez más, "Creo que lo haría."
Sus labios forman una amplia sonrisa. Te jala en un apasionado, y delicado abrazo. Tu rostro descansa en su hombro y el de ella en el tuyo. Tus manos están en su espalda. Las amplias, tratando de tocar tanta piel como sea posible. Dejan que las pequeñas olas mecen hacia atrás y adelante mientras se sostienen la una a la otra.
-
"Planeábamos ir a ese club, está noche— "Matilda empieza.
"No me cuentes." La interrumpes mientras observas a Cara platicando y riéndose con el resto del grupo. "Voy a cenar con—"
"¿Cara?" Tose. "Haz lo que quieras, querida."
"Por el amor de Dios, M. Tienes que parar con este comportamiento infantil."
"Como sea." Murmura. "Solo no vengas a llorar en mi hombro cuando termine contigo de nuevo."
Boqueas como si un cuchillo te hubiera apuñalado
"No quise decir eso." Se disculpa rápidamente, tratando de retraer sus palabras. "Es solo que no quiero que salgas lastimada de nuevo."
Solo la miras.
"Lo siento." Aprieta sus labios.
Decides ignorar su estallido.
"Tal vez después de la cena puedo verte ahí." Contestas.
"Ay, Por favor." Tuerce los ojos y sonríe, "Vas a estar muy ocupada teniendo sexo."
Te quedas boquiabierta y sonrojada. Le das una palmada en el muslo y ella se queja dramáticamente.
"¡Santurrona!" Grita.
Le sacas tu lengua y ella te imita. Empieza a hacer sonidos de besos y gime el nombre de Cara. Le pegas en el brazo con fuerza y empeora. Tu rostro debe estar rojo como un jitomate.
"¿Qué están haciendo?" Charlie dice entre risas.
El, Cara y los demás chicos están te miran con rostros entretenidos. Tu rubor se profundiza y golpeas a Matilda una vez más.
"Jodete, M" murmuras y tuerces los ojos.
"Yo también te quiero" te da un besito en la mejilla.
Cara se deja caer en la toalla a lado de ti. Se acuesta boca arriba y volteas hacia ella. tu brazo se dobla, tu codo apoyado en la arena y tu cabeza apoyada en tu mano.
Levanta un poco su cuerpo, apoyándolo en sus codos. Mira a la gente a su alrededor y tu la observas. Luego te mira. Sonríe suavemente. Se ve tan hermosa. Su rubio, húmedo cabello está todo hacia un lado, dejando su largo cuello expuesto a ti. Su linda naricita ligeramente roja por el sol. Sus ojos relucientes. Sus labios se separan y no puedes evitar pensar que son perfectos.
Es perfecta.
Sientes picazón en el cuerpo por la sal, te despierta del lo aturdida que ella te tiene. Te sientas y rotas tu piel con rapidez, esperando a que la picazón se vaya.
"Vamos al agua." Matilda dice mientras vez a los otros correr como locos hacia el mar. "¿Vienen?"
"Me quedare aquí." Dices mientras te recuestas de nuevo.
"Yo voy." Cara anuncia. Se levanta y no puedes evitar estar algo decepcionada que prefirió ir con ellos en lugar de quedarse contigo. Como si hubiera escuchado tus pensamientos, voltea hacia y ti y agrega, "Seré rápida."
-
Sientes el sol quemar tu parte frontal cuando de repente una sombra lo cubre. Abres los ojos para ver que está sucediendo.
Cara está sobre ti, sonriendo.
"¿Te importa?" bromeas, fingiendo un tono de picara. "Estoy intentando broncearme."
Bufa.
"Eres un caso perdido."
La ignoras, cerrando tus ojos una vez más, y esperando que se mueva.
Algo frio toca tus pantorrillas, luego tus muslos. Abres los ojos justo a tiempo para ver y sentir su cuerpo mojado, y frio cuerpo recostarse encima de ti. Seseas e inmediatamente intentas alejarla, ignorando las furiosas mariposas que estremecen por todo tu cuerpo.
Se las arregla para meter sus manos debajo de tu espalda y gritas su nombre. Se ríe diabólicamente. Luchas inútilmente. Te rindes cuando el frio ya no se siente tan frio. Su cabeza descansa en la curva de tu cuello. Presiona un ligero beso en tu garganta. Audazmente descansas tu mano en su espalda y la otra en su cabello húmedo, acariciándolo.
"Podría estar así para siempre." Murmura.
Tarareas en aceptación, sintiéndote increíblemente cómoda con ella encima de ti. Extrañabas estar así de cerca de ella.
"Te extrañaba." Susurra, "no estaba feliz hasta que empezaste a hablarme de nuevo hace unos meses." Aprieta su mandíbula. "Siento que hayamos terminado."
"Tal vez necesitábamos un descanso" te encuentras confesando. "No sé si te habías dado cuenta pero todo lo que hacíamos era discutir. Siempre terminábamos lastimándonos la una a la otra."
Se mantiene en silencio.
"¿Te diste cuenta que si jamás le hubiera hablado a Charlie sobre ti, probablemente nunca hubiéramos terminado?"
Algo un tu mente hace clic y te das cuenta que es cierto.
"Pero también no te hubieras reconocido hoy."  Continua, "Y Matilda nunca hubiera conocido a Charlie."
"Pero, te perdí." Susurras.
"No creo que eso sea verdad." Uno de sus brazos se aleja de ti, lo acerca a tu oreja y juega con tu lóbulo. "Sigo aquí."
"Es distinto, ahora."
"¿Ya no me amas?"
Ignotas su pregunta idiota.
"Rompiste mi corazón, Cara. ¿Sabes lo difícil que me es olvidar eso?" Hablas con tranquilidad. "no soy una persona que suele perdonar."
"Lo sé." Susurra. "Pero yo no repito mis errores."

-


Cara Delevingne ~Woman WomanWhere stories live. Discover now