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Despiertas desorientada. Hay un peso encima de ti y ligeros ronquidos. Rápidamente te das cuenta que te quedaste dormida en la playa con Cara encima de ti.
"Babe," Matilda te habla en voz baja. La miras con ojos soñolientos, "Vamos de regreso al hotel."
"¿Qué hora es?"
"Casi las 8" se ríe cuando ve tu rostro de sorpresa.
"Adelántense. Esperare a que Cara se despierte."
Asiente y te dice que te vera después.
Acaricias la suave espalda de Cara. Suspiras cuando te das cuenta que probablemente no se despertara nada pronto. Miras alrededor para encontrarte con la playa prácticamente vacía a esta hora del día, o mejor dicho, ¿tarde?
"Cara," dices y la mueves con cuidado.
Aprieta más su brazo alrededor te di. Luego hace estos adorables sonidos. Gime y sigues acariciando su espalda.
"¿Me quede dormida?" pregunta, su voz ronca.
"Amabas lo hicimos." Te ríes. "Deberíamos irnos. Son casi las 8. Todos ya se fueron."
"Pero estoy tan cómoda." Lloriquea adorablemente.
"¿No tienes hambre?"
"Haces un punto valido."
Se baja de ti, mucho a tu disgusto. Se arrodilla entre tus piernas mientras pasa sus dedos entre su cabello. Te sientas. Besa tu frente muy suavemente y sus labios permanecen un poco. Luego se levanta y empieza a vestirse.
En cuestión de minutos están caminando hacia el hotel. Te quejas cuando te dice que debe ir a arreglarse para la cena. Pero se va prometiéndote que pasara por ti en una hora y media.
Te apresuras hacia tu habitación en el hotel y te bañas. Te alistas en lo que parece una eternidad. Luego llamas a Matilda y le pides su opinión.
"Te ves hermosa, babe." Te pide que des una vuelta y te ríes. "Pero creo que Cara te prefiere con nada."
Tuerces los ojos y sonríe.
"Debes terminar con las indirectas sexuales, M"
"No son indirectas cuando soy tan jodidamente explicita."
Tu teléfono sonando interrumpe tu respuesta.
"Está aquí." Te entra el pánico.
Matilda se hace cargo de sacarte de tu propio cuarto. Desciendes hacia el nivel del piso. Estas tan nerviosa y ni siquiera entiendes porque. No es como si fuera una cito o algo así. Es solo una cena entre amigas que están locamente enamoradas la una de la otra.
Mierda. Es una cita.
Estas caminando en piloto automático hasta que la ves. Te da la espalda a distancia mientras habla por teléfono. Pero dios, que si se ve hermosa. Su cabello está ondulado y está usando un tipo traje que solo ella podría usar. Voltea. Sus labios marcados con lápiz labial rojo, sus ojos ligeramente ahumados. Los cruza contigo y sus labios se separan como los tuyos. Sonríe con suavidad y cuelga, encontrándote a medio camino.
Te envuelve en un cuidadoso abrazo.
"Te ves impresionante." Susurra en tu oído.
"Tú también."
Te abraza con más fuerza. Se aleja, su rostro a centímetros del tuyo. Planta un suave beso en tu mejilla y luego entrelaza tus manos con las de ella sacándote del hotel.
Un carro negro te espera. Te preguntas en voz alta a donde irán.
"El bote donde tendré mi fiesta." Sonríe con vanidad.
"Que elegante de ti."
El bote termina siendo un enorme yate azul. Te lleva adentro y si pensabas haber visto lujo antes, estás muy equivocada. Todo es blanco, negro o dorado. Todo parece valer un millón de libras.
"Encantador, ¿no es así?"
"¿Es tuyo?"
Bufa.
"No soy tan elegante."
"Definitivamente no lo eres." Bromeas.
Se da la vuelta y te echa una mirada juguetona. Te jala de la mano y te lleva a la parte superior del yate.
"Le pedí al camarero que pusiera la mesa aquí." Comienza y luego hace un puchero, "Pero luego pensé mejor. Esas chicas que nos vieron hoy probablemente subirán las fotos online y esos malditos paparazzi seguro nos encontraran y pueden fácilmente tomarnos fotos así en la intemperie."
Asientes lentamente. Incluso si deseas poder haber cenado y ver el atardecer y las primeras estrellas en el cielo, sabes que habrá otras oportunidades para eso.
"Está bien." Aprietas su mano y sonríes suavemente.
"Podemos estar aquí un rato mientras la comida está lista."
Ambas se sientan en un sillón blanco de piel con una fantástica vista hacia el horizonte. Mientras observas a las gaviotas y el barco empieza a flotar, ella trae bebidas.
"¿Qué haremos después?" preguntas con curiosidad.
Se ríe.
"¿Por qué? ¿Ansiosa por deshacerte de mí?"
Tuerces los ojos. Supones que está bromeando pero en lo profundo puedes sentir su inseguridad.
"Nótese que hablaba en plural."
"Me gusta planear cosas en corto plazo." Se sonroja un poco, "No lo sé. Podemos salir o quedarnos. Lo que quieras hacer yo estaré feliz de hacerlo."
Le sonríes con timidez. Hace un año prácticamente perfecta, pero se ve mucho más suave actualmente.
"¿Crees que podamos ir después a la playa?"
Frunce sus cejas ligeramente ante tu pregunta extraña.
"Me encanta estar ahí por la noche." Explicas, sonrojándote con timidez.
Su rostro se suaviza.
"Como dije, lo que tú quieras, amor."
Te ruborizas de nuevo y silenciosamente maldices tu pálida piel. Sonríe alegremente y luego mira hacia el Mediterráneo.
"¿Sigues yendo a la escuela?" se pregunta.
Sacudes la cabeza.
"No. Para ser honesta, nunca fue mi sueño seguir una carrera de negocios." Confiesas. "Así que, supongo que lo que está sucediendo ahora parece algo sacado de una película de Hollywood muy poco realista. Siento que estoy a punto de despertarme en cualquier momento."
"No digas eso." Voltea su cabeza hacia ti, "Puede parecer irreal pero trabaste muy duro por ello."
"No siento que lo hice." Suspiras, "Esa es la cosa. Siento que si no fuera por ti seguiría la nariz enterrada en esos libros aburridos... no lo sé." Muerdes tu labio en frustración cuando parece que no puedes explicar tu punto.
"¿Te molesta que tuviste que conocerme para ser quien eres hoy en día?"
"No." Dices con rapidez, con miedo a que lo malentienda. "Me molesta que si no le hubieras dicho a Charlie sobre mí, no sería nada."
"Lo entiendo." Suspira. Cruza sus ojos ahora- verdes con los tuyos por un momento. Luego mira abajo hacia su regazo y juega con un hilo que sale de la tela, "Lo odio, sabes, eso sobre el modelaje. Es irónico por qué no sería nada sin ello. Pero no soy yo. No quiero estar en la portada de todas esas revistas de moda. Quiero estar en la portada de Rolling Stones como el músico del año o en el poster de alguna película ganadora de un premio." Su voz se quiebra.
Tu corazón se rompe por ella. Entiendes por completo su dolor.
"Eso es por eso que quería desesperadamente que tuvieras éxito." Sigue mirando hacia abajo. Desearías que te mirara a los ojos, "No quería que estuvieras atrapada como yo lo estoy."
"Oh, Cara..." rápidamente te acercas a ella. La envuelves en un gentil abrazo. Sus brazos se cierran detrás de tu espalda. Cierras los ojos con fuerza, dejando que la esencia de su cabello y piel llenen tus pulmones.
"Soy tan patética." Esnifa y se ríe con tristeza contra ti.
Te alejas para que puedas mirarla adecuadamente. Sostienes su perfecto rostro en tus manos. Una lagrima rueda por su mejilla así que la limpias con tu pulgar.
"No llores." Susurras, haciendo un puchero inconscientemente.
Sus tristes ojos azules se encuentran con los tuyos.
Te inclinas y presionas tus labios en los de ella sin pensar mucho. Suspira contra ti. Sus manos caen a tus costados, sosteniéndote con suavidad. Te alejas, unos pocos segundos después. Descansas tu frente en la de ella. Frota su nariz contra la tuya, te da un pequeño beso en la esquina de tus labios y luego te abraza de nuevo.
Alguien aclara su garganta.
"Señorita Delevingne." Un hombre llama en voz baja, "La cena está lista para servir."
Se alejan la una de la otra. Te ruborizas un poco. Ella nunca pierde la compostura. Te encanta que sus paredes están de pie con todos excepto contigo. Ella confía en ti, así que aprenderás a confiar en ella de nuevo.
-
"Estoy tan llena." Murmura luego de darle un sorbo a su bebida.
"En serio sigo sin entender cómo puedes estar tan delgada." Le dices, con algo de envidia. "Todo lo que haces es comer."
"También hago otras cosas" hace un puchero.
Te ríes.
"Aun que, sigo teniendo espacio para el postre."
Tragas. No estás segura a que se refiere con eso. Empieza a sonrojase, dando se cuenta de la indirecta detrás de sus palabras. Empieza rascarse su tatuaje con nervios.
Atraviesas la mesa y tomas su mano.
"No hagas eso." Le pides en voz baja. Acaricias gentilmente su dedo índice con tu pulgar.
"Asqueroso habito." Murmura.
Después de todo el transcurso de tu comida, decide aceptar tu oferta y dar un largo paseo por la playa.
Sostienes tus zapatos en una mano y en la otra su mano mientras el agua golpea tus pies de una manera relajante.
"Recuérdame agradecerle al chef por la comida. Estuvo absolutamente deliciosa." Comenta en aprobación.
Asientes y dices, "Gracias por la cena."
"De nada." Se detiene por un instante. Luego agrega, "Había olvidado cómo se sentía pasar tiempo de calidad contigo."
Asientes una vez más, no sabiendo cómo responder a su confesión.
"extraño nuestras pequeñas discusiones." Se ríe mientras continua.
Se te sale una carcajada mientras recuerdas cuando se ponía celosa por nada.
"¿Recuerdas a John?"
Aprieta el agarre de tu mano.
"Si, lo hago." Murmura, "Aunque, no es gracioso. Ese idiota pensaba que era suficiente hombre para ti."
"¿Tu eres suficiente hombre para mi, Cara?" coqueteas juguetonamente.
Camina frente a ti. Su voz desciende considerablemente mientras responde, "Me gustaría pensar que si, Señorita."
Bufas y empiezas a reírte de sus modales. Suelta tu mano cuando te dice que necesita sentarse o sus piernas no podrán más. Te sientas cerca a su lado. Envuelve un brazo alrededor de tus hombros mientras pasa una fría brisa.
"Esto es algo perfecto." Te preguntas en voz alta sin intención de hacerlo.
Tarare en voz baja.
"Tú eres perfecta."
Sonríes.
"Eres cursi." Contestas mientras descansas tu cabeza en su hombro.
"Culpable." Besa tu cabello y luego deja caer su cabeza contra la tuya.
Los minutos pasan donde no hablan. Su presencia es suficiente para ti y la tuya parece ser lo suficientemente satisfecha para ella.
"El no significaba nada. "Susurra. No entiendes. "Salí con él para olvidarme de ti."
"¿Te refieres al chico con el que estabas justo después de terminar conmigo?" preguntas con amargura.
"Solo quería superarte." Confiera en un susurro, "Eso es claramente imposible." Se ríe.
Tomas su mano libre y juegas con sus dedos.
"Desearía que no lo hubieras hecho." Aprietas los labios. "Dolió horrible."
"Tu dormiste con Charlie." Razona.
"¿Cómo supiste?"
"Prácticamente anunciaste que ibas a cogerlo cuando lo arrastraste hacia el baño."
Frunces el rostro con disgusto.
"Estaba ebria. Y confundida."
"Claramente."
Se ríe ligeramente y golpeas su mano con suavidad.
"Por cierto, ¿Qué estabas haciendo ahí esa noche?" preguntas con curiosidad cayendo de tus palabras.
"Quería verte."
"¿Para qué?"
"Solo necesitaba verte de nuevo." Te toma con más fuerza, "Pensé que tal vez si te veía todo volvería mágicamente a su lugar. Estaba bastante tonta entonces. No, no tonta. Desesperada."
"Conozco ese sentimiento."
"Enserio nunca había caído así de duro por alguien."
Tu corazón brinca furioso.
"No lo creo."
"Lo juro. Había un chico hace unos años. Pensé que lo amaba pero te juro que no sentía por él ni la mitad de lo que siento por ti."
Sientes como si fuera a morir ahora, morirías por ser la persona más feliz del mundo.
"Estoy algo jodidamente enamorada de ti." Termina perfectamente.
Las mariposas en tu estomago vuelan sin control. Tus manos tiemblan con tanta felicidad y no puedes quitar la idiota sonrisa en tus labios de tu rostro.
"Estoy algo jodidamente enamorada de ti, también" admites en voz baja.
Su agarre alrededor de ti se afloja mientras voltea tu cuerpo hacia ella. Sin ninguna advertencia, presiona sus labios contra los tuyos en un suave y desesperado beso. Habías olvidado lo maravilloso que eran los besos de Cara. Eso es lo que te pasa por tomarlos por sentado. Sus dientes raspan tu labio inferior de una manera que te hace sentir sin poder. Se aleja mucho para tu decepción. Te da unos besitos un par de veces entre risas.
"Dios, Cara." Confiesas al último, "Te había extrañado tanto."
"No tanto como yo te extrañe." Murmura contra tus labios.
"Probablemente no." Tu sonrisa muere cuando te muerde tu labio en una juguetona señal de desaprobación.
Te da un besito, malvadamente moviéndose lejos de ti cuando quieres que tus labios se mantengan en los de ella.
"Eres muy mala conmigo." Haces un puchero y suspiras dramáticamente.
"No lo soy." Susurra. Apunta hacia tus labios, pero volteas tu rostro a propósito. Termina plantando un beso húmedo en tu mejilla. Se queja y lloriquea.
"Deja que te bese." Lloriquea como una niñita. "¿Por favor?" luego te echa esos ojitos de cachorro y no puedes decirle que no.
"Solo un besito."
Asiente varias veces. Muerdes tu mejilla para no sonreír como una idiota cuando cierra sus ojos y frunce sus labios. Besas la punta de su naricita y te alejas. Hace un puchero tan grande como la has visto hacer antes.
Abre sus ojos y susurra, "Eso no es lo que esperaba."
"Pediste un besito. No fuiste especifica en que parte, amor."
"Mis labios." Dice con rapidez.
Frunces el ceño en disgusto juguetón. Hace un puchero adorable una vez más.
"Solo uno."
Frunce los labios y cierra los ojos de nuevo. Te inclinas lentamente y rozas su nariz suavemente con la tuya. Hace este pequeño quejido que hace que tu estomago se alborote. Cuentas hasta tres en un susurro y lentamente unes tus labios a los de ella por un par de segundos. Cuando te mueves para alejarte, envuelve sus brazos alrededor de ti y mantiene tus labios donde están y donde siembre deberían estar.
-
Están caminando a través de una calle muy transitada. La mano de Cara te jala a través de la interminable multitud. Ambas aceptaron encontrarse con tus amigos en ese club que aparentemente ella conoce. Tan pronto como el voluminoso guardia te ve, deja lo que está haciendo y habla en una especie de walkie-talkie. Las deja entrar. Otro guardia aparece y definitivamente crees que Cara tiene algo que ver con esto. Las guía hacia unas escaleras y en una pequeña cabina con un sofá redondo y un balcón que les permite ver a los cuerpos frenéticos debajo bailar.
"¿Quieres llamar a tus amigos?" Te abraza por atrás y susurra en tu oído.
Te dejas caer contra su parte frontal y olvidas que te había preguntado algo unos segundos antes. Tomas tu teléfono de tu bolsa y marca el número de Matilda. Le dices donde están mientras Cara le informa al hombre en la puerta que los deje entrar.
Minutos después la cabina se llena con tu grupo de amigos. Sabes que tenías que hacerlo, pero desearías haber pasado más tiempo a solas con Cara.
"¿Estás bien?" Matilda te pregunta mientras te abraza con suavidad.
"Perfectamente." Sonríes.
Sonríe. Tu sonrisa se desvanece y tuerces los ojos. Su mente es demasiado sucia para tu gusto.
Le das un sorbo a la bebida que Cara te trajo quien sabe de dónde y la observas embriagarse con tus amigos. Definitivamente sabe como pasar un buen rato pero tal vez está exagerando con las bebidas un poco. Como si te hubiera escuchado, sus ojos se encuentran con los tuyos. Sonríe y te saluda como una tontuela. La saludas de regreso y le haces señas para que se acerque.
Se tropieza hacia ti y se arroja a tus brazos tan pronto como puede. Besa tu oído ruidosamente y piensas que definitivamente tuvo unas copas más de lo que probablemente debería.
"Creo que estas ebria." Gritas en su oído cuando la música se pone muy fuerte.
"¿Tú crees?" bufa y tira su cabeza hacia atrás riéndose histéricamente como si fuera tan graciosa. Luego se detiene casi abruptamente y te mira a los ojos. "Estas muy hermosa y tus ojos están como brillando y bonitos y casi tengo 22!"
Ahora tú eres la que se está riendo. Recargas tu frente en su barbilla mientras te ríes. Sientes su puchero contra tu piel así que te alejas.
"Aw." Sosiegas y pellizcas sus cachetes, "No estés triste. ¡Es casi tu cumpleaños!"
Su sonrisa se convierte en una enorme sonrisa. Asiente como un niño contento lo haría. Luego mira a su reloj.
"¡Tres minutos más!" boquea. Pierde el equilibrio por un momento y la sostienes con firmeza hasta que está estable. Se ríe adorablemente, "¡Puto suelo no para de moverse!"
Alzas una ceja y sonríes.
Empieza a cantar una canción que jamás había escuchado y el DJ la acaba de poner. Muerdes tu labio y observas divirtiéndose.
Se detiene de repente. Te sostiene y te mira con intensamente en los ojos.
"Es medianoche." Dice en una vos inolvidable, "Quiero mi beso de cumpleaños."
Maldición.
Intensa, autoritaria Cara te prende inesperadamente. Muerdes tu labio mientras empuja tu cabello detrás de tu oreja. La jalas por la parte posterior de su cabeza y presionas tus labios en los suyos aterciopelados. Sientes el ligero sabor de alcohol teñido en su lengua cuando los besos se vuelven apasionados.
Te alejas por aire unos segundos después. Sus besos se mueven a tu mandíbula y sus manos encuentran la parte baja de tu espalda, acercándote más hacia ella. Luego, encierra los brazos detrás de ti. Te abraza apasionadamente. Es como si no quisiera soltarte nunca. Piensas que estas bien con eso.
"Te amo." Susurra en tu oído, de repente sobria. "Eres el mejor regalo de cumpleaños."
Te derrites en sus brazos. Presionas un ligero beso en su cuello mientras te balancea de lado a lado. La escuchas suspirar en tu oído. Te alejas y esculpes un camino de besos desde su oreja hacia sus labios. Los besas ligeramente un par de veces.
"Te adoro totalmente, Cara." Murmuras contra ellos.
Sonríe y encaja sus labios en los tuyos apropiadamente.
"Quiero dormir contigo, está noche." Cara susurra luego de que te alejas. Recarga su frente en la tuya y entrelaza sus manos con las tuyas luego de quebrar el abrazo. "He tenido insomnio desde que no separamos."
"Puedes dormir conmigo para siembre, baby."
"Cursi." Se ríe, rozando su nariz con la tuya.
Inesperada inseguridad cae con fuerza en tus hombros mientras una voz en tu mente te advierte que seas cuidadosa a su alrededor.
Tu estomago se revuelve en un horrible paso. Tu corazón late con fuerza. Perlas frías de sudor se forman en tu frente cuando piensas en la posibilidad de tener que vivir lo de año pasado de nuevo.
"¿Qué sucede?" Pregunta con una mirada preocupada mientras se aleja. "¿Estás bien?"
Asientes con lentitud extrema. Estás mareada pero ella te sostiene.
"Necesito sentarme." Susurras.
Está completamente sobria ahora, mientras te lleva a uno de los sofás en la cabina. Cierras los ojos y dejas tu cuerpo recargarse en tus codos apoyados en tus rodillas.
Cara se pone en cuclillas al lado de ti, acariciando tu espalda con afecto.
"¿Qué pasa?" Alguien pregunta. Supones que es Matilda.
"No estoy segura." Cara responde. Escuchas la preocupación en sus palabras.
"¿Qué le hiciste?" la voz se vuelve cada vez más hostil. Ahora sabes que es tu mejor amiga por seguro.
"¡Nada! ¿Cómo puedes creer haría algo para lastimarla intencionalmente?" Cara grita en exasperación.
"Como si no la hubieras lastimado antes."
Escuchas a Cara boquear, un golpe de culpa pegándole.
"Creo que deberías preocuparte de tus propios asuntos." Cara murmura.
"Es mi puto asunto desde el momento que la vi rompiéndose en pedazos por tu culo arrogante." Matilda explota de tal manera que hace que todos se detengan a mirar.
Dirías que Cara ya había abandonado el lugar si no fuera por la mano en tu espalda. La escuchas respirar titubeante. Se mueve en frete de ti.
"Creo que me voy." Susurra.
Tu cabeza voltea hacia ella casi de inmediato.
Presiona un ligero beso en tu frente. Con una sonrisa fingida, se levanta. Pero no dejaras que se vaya. No de nuevo. La tomas de la muñeca.
"Voy contigo."
Le rogarías que se quedara pero no la obligaras estar cerca de Matilda.
Te atreves a cruzar miradas con Matilda. Está apretando su mandíbula pero las mira a ambas con ojos de entendimiento. Te entiende. Sabes que lo hace. Le pides silenciosamente aprobación. Sus ojos se suavizan y te dicen que tengas cuidado.
Te levantas y entrelazas tus dedos con los de Cara. Te mira con ojos gentiles, agradeciéndote silenciosamente por dejarla irse sola.
Toman un taxi de regreso al hotel. Te sostiene durante todo el viaje, pero sientes como si tu deberías estarla sosteniendo a ella.
"Oh, no." Susurra. La sientes peleando con algo. No necesitas preguntarle le pasa. Miras hacia delante y te das cuenta que debe a haber por lo menos una docena de paparazzi, aparentemente esperándote a ti y a ella en la entrada del hotel.
"Como es que-"
"No tengo una puta idea." Murmura.
Cuando el taxi baja la velocidad, le da un billete al conductor y le dice que se quede con el cambio. Los hombres afuera del hotel rápidamente deducen quien saldrá del auto. Ellos literalmente corren hacia él, haciéndolo más difícil para ella abrir la puerta.
Cara la abre pero no lo suficiente para poder pasar. Empuja con una fuerza que nunca habías visto antes. Se las arregla para salir de coche. La sigues por detrás muy cerca. Hacen un tipo de barrera alrededor de ustedes haciéndolo más difícil de mover. Los flashes te ciegan mientras sientes su mano tomando tu mano y jalándote junto con ella.
"¡Aléjense!" la escuchas gritar en exasperación. Te rompe el corazón.
Realmente se ríen en su rostro y en el tuyo, por eso.
Pero, al fin, llegan al lobby. Aun sientes los flashes detrás de ti pero te sientes más segura ahora. Ella no se detiene hasta que están seguras por completo en la comodidad del elevador.
Suelta tu mano y recarga su espalda en el espejo, cerrando sus ojos y murmurando groserías.
"Estoy cansada de esto." Suspira. Tu corazón se sigue rompiendo. "Quisiera que se olvidara que existo."
Te mantienes en silencio. No tienes nada más que agregar. Es solo la segunda o tercera vez que pasas por esta pesadilla. No te gusta, así que no puedes lo difícil que debe ser seguida en todas partes.
Recargas tu espalda a lado de ella. Entrelazas tu mano con la de ella y luego besas su mejilla con suavidad mientras la puerta se abre.
Abres la puerta de tu cuarto. Entra e inmediatamente se avienta a tu cama. Prendes las luces y se queja.
"Apágalas." Lloriquea.
"Tengo que ver lo que hago, Cara." Le explicas en voz baja mientras pones tu bolsa en la mesa.
"¿Te sientes mejor?" Te pregunta, sus ojos siguiendo todos tus movimientos.
"Si." Contestas y luego mientes, "Probablemente fue el alcohol."
"Me espantaste. Pensé que te desmayarías o algo así." Casi puedes escuchar su puchero. "Pero me alegra que estés bien."
Te quitas los zapatos y suspiras antes la sensación de estar descalza sobre la alfombra. Sacas tu vestido sobre tu cabeza sin pensarlo mucho. Lo doblas y te inclinas enfrente de la maleta para ponerlo ahí.
"Me encanta la viste ahora, babe." Murmura a través de un bostezo.
"Pervertida."
Te pones una playera grande y se queja en voz baja. Te das cuenta que cayeron de nuevo en su habitual comodidad con rapidez. Lo que te sorprende más es que ella está definitivamente más gentil contigo. Tenías miedo que iba a estar muy enojada por la sorpresa de esos malditos paparazzi que no te diría ni una palabra. Es lo que paso la última vez y no crees que fueron ni la mitad de agresivos como hoy. Pero lo has dicho antes y lo dirás de nuevo: ella está definitivamente e imposiblemente más gentil contigo.
"Tengo sueño." Bosteza una vez más.
"Hay que dormirnos entonces."
"Tengo que quitarme la ropa." Lloriquea como si fuera un dolor hacerlo.
"Entonces, quítatela, babe."
"Ayúdame."
Sacudes la cabeza, pero tus pies te traicionan y caminan hacia ella. levantas su piernas y le quitas los zapatos.
"Ahora, mi pantalón." Susurra soñolienta.
"¿Tú no harás nada?"
"Es mi cumpleaños."
"Claro." Arrastras la palabra sarcásticamente. "¿Esa es tu excusa?"
Asiente.
"Solo por hoy."
Desabotonas su pantalón en su cintura. Ignoras el hormigueo en tu cuerpo.
"Levanta tu lindo trasero."
Hace lo que le dices. Mientras los deslizas por sus piernas, contesta, "espero que por lindo no te refieras a pequeño. Me refiero a que, seamos sinceras mi trasero es más grande que el de Kim K."
Bufas en voz alta.
"Desearías."
"Estoy ofendida." Finge estar lastimada pero el sueño la traiciona y termina saliendo como un débil reclamo.
"¿Quieres dormir con tu playera?" pones su pantalón en una silla.
"No. Quítamela."
La jalas de las manos hasta que está sentada por completo. Tomas el dobladillo de su playera y la jalas hacia arriba, rozando ligeramente su calurosa piel con los dedos. La pones a lado de sus pantalones.
Apagas las luces y te acuestas a lado de ella.
"La tuya también." Susurra.
"Solo porque es tu cumpleaños" protestas débilmente.
Ignoras las mariposas y la pasas por encima de tu cabeza. Quedaste en roba interior al igual que ella.
"Voltea," susurra, "quiero acurrucarme contigo."
Te volteas en tu costado y la sientes haciendo lo mismo. Tu corazón late con fuerza mientras sientes su brazo envolviéndose alrededor de ti. Su parte frontal se vuelve uno con tu espalda. Mueve tu cabello mientras decide poner su cabeza en tu almohada. La compartes felizmente con ella. Entrelazas los dedos con la mano que tiene en tu pecho.
"¿Babe?" pregunta justo antes de que te quedes dormida.
Tarareas y esperas a que siga.
"¿Estamos juntas de nuevo?"
Tus ojos se abren.
Ten cuidado. Ten cuidado. Ten cuidado.
"Realmente quiero ser tu novia de nuevo..."
Te das cuenta como no elije ser posesiva. Puedo haber dicho que quería que fueras de ella pero en lugar de eso dijo que quiere ser tuya. Cambio para bien, seguro.
"Ya lo eres." Tomas su mano hacia tus labios y la besas.
Besa tu nuca.
"Mi mejor cumpleaños y el día ni siquiera ha empezado."
-
Estas durmiendo profundamente cuando un débil sonido de alguien golpeando la puerta te despierta. Abres un ojo y te das cuenta que el día llego muy pronto. Sientes movimiento a tu lado cuando los golpes persisten.
El brazo alrededor de ti se quita y el calor detrás de ti desaparece. Te quejas.
"Enseguida regreso." Cara susurra en tu oído y besa tu mejilla antes de levantarse.
Escuchas sus pies descalzos dirigirse hacia la puerta. Se detiene por un momento y luego abre la puerta lentamente.
"¿Como sigue?" reconoces la voz de tu mejor amiga.
"Está dormida." Cara la silencia, "Se estaba sintiendo mejor cuando llegamos al hotel, anoche."
"Gracias a dios." Matilda suspira,"Estaba muy preocupada."
Cara se mantiene en silencio.
"Lo siento." Escuchas a Matilda decir unos segundos después.
Supones que Cara le dijo algo después pero no estás segura. Las escuchas decir algo más pero no puedes entenderlo.
La puerta se cierra y la cama se hunde. Sientes una mano recorriendo tu muslo, acariciándolo lentamente. Un par de labios presionados en tu oreja.
"Bebe, ya pasan de la una." Susurra y hace que tu piel se erice.
"Feliz cumpleaños." Susurras con voz ronca a través de una sonrisa perezosa.
"Jodidamente feliz de echo." Sus dientes raspan el lóbulo de tu oreja y su mano aprieta la carne alrededor de tu muslo. Reprimes un gemido y tu mano vuela hacia su cabeza.
Entonces, el frio te golpea mientras su cuerpo se separa del tuyo. Te acuestas boca abajo buscando el calor. Se sube a tus muslos y hace un djembe de tu trasero.
"¡Vamos, levántate!" Grita y te ríes.
"¿Por qué me estás dando nalgadas?" te las arreglas para salir entre risas.
"Porque es mi cumpleaños." Se encoje de hombros y golpea una de tus nalgas con fuerza ganando un grito de ti. "Y también porque te has portado mal." Su voz sensual hace que tu risa desaparezca.
Recarga su parte frontal en tu espalda y presiona sus labios en tu columna. Sus manos recargadas en tus nalgas.
"Esto es mío." Aprieta tu carne en énfasis.
Te quejas. Tu patrón de respiración se altera mientras repite sus acciones.
"Pero solo porque es tu cumpleaños." Susurras coquetamente entre tomas nítidas de aire.
"Ya veremos." Muerde hombro desnudo y luego se baja de encima de ti.
Te acuestas en tu espalda y la observas escribir en su teléfono. Está usando tu playera. Hace que el estomago se te agite.
"Voy a tomar una ducha." Murmuras mientras te levantas.
"Yo quiero ir."
"De ninguna manera. Nunca no iremos si vienes a esa ducha conmigo."
Sonríe. Luego se tambalea mientras un puchero se forma en sus labios.
"Pero es mi cumpleaños."
Tuerces los ojos y cierras la pierda detrás de ti.
-
Estas envolviendo una toalla en tu cuerpo aun húmedo cuando escuchas movimiento afuera de ducha. Deslizas una de las puertas y te asomas afuera. Cara acaba de terminar de lavarse los dientes. Te mira en el espejo y sonríe.
"¿Ya te había dicho que sexy te ves con el cabello húmedo?"
Te ruborizas pero mantienes tu fachada y alzas una ceja.
"Solo estas tratando de entrar en mis pantalones."
Su sonrisa se profundiza.
"No estás usando ningunos."
"Bien." Tuerces los ojos, "Solo estas intentando llegar debajo de mi toalla."
Se voltea y recarga su espalda baja contra el lavabo. Te revisa descaradamente mientras inclinas tu cabeza para secar tu largo cabello apropiadamente. Se muerde el labio y se deshace rápidamente de la playera que lleva puesta.
"¿Estas intentando seducirme?" preguntas torpemente. Intentas ignorar el hecho de que está en calzón y bra, pero la manera en que tus ojos siguen la recorriendo desde sus piernas hasta su torso te delata.
"No estoy haciendo nada de eso." Sonríe.
Caminas cerca de ella y le das un besito suavemente. Luego sales del baño con sus ojos pegados a ti.
-
Se separas de ella después del almuerzo. Ira a al aeropuerto a recoger a un par de amigos y luego tiene que hacer algunas preparaciones de última hora. Está bien. Tendrá la cena contigo antes de comenzar la fiesta.
Las horas pasan con lentitud.
Y tus amigos siguen hablando de la fiesta está noche, emocionados de ver a todas las celebridades. No estás segura de quien creen encontrar en esa fiesta pero desearías que dejaran de hablar de ella. Hace parecer que faltan años.
Te arreglas con las chicas, la emoción creciendo cuando te das cuenta que Cara está por hablr pronto. Tu teléfono suena con una llamada entrante de ella.
Tan pronto como contestas, dice "Bebe, estoy en el auto esperándote afuera del hotel. Los putos paparazzi estas pegados en la entrada esperando que una de las dos salga."
"¿De nuevo?" suspiras en el teléfono.
"Lo siento, amor"
"No es tu culpa."
"Mi guardaespaldas no los dejara hacer nada. Solo llámame cuando estés en el lobby." Promete.
Asientes, olvidando que no puede verte. Un sentimiento de nervios se establece en tu estomago. Cuelgas después de despedidas cortas e informas a tus amigos sobre lo que está punto de suceder y de hecho se emocionan, pensando que es todo arcoíris y mariposas. Llegas al lobby y, por supuesto, hay una multitud de hombres con cámaras esperándote y la cantidad parece haberse duplicado desde anoche.
Llamas a tu novia.
"Cara, tengo miedo." Dices y tus manos tiemblan. "Hay demasiados..."
"Bebe, no pueden hacerte nada más que intimidarte." Te calma su con suave voz.
Suspiras y muerdes tu labio con nervios. Dos voluminosos hombres vestidos de negro caminan en el lobby y sabes que están aquí para ti.
"Estarás conmigo en poco."
Cuelgas por segunda vez hoy. Sus palabras son combustible suficiente para que obtengas el valor de enfrentar el mundo exterior. Los hombres se acercan ti y sonríen sonrisas de labios-apretados. Le dicen a tus amigos que tu saldrás primero. Tu ceras el 'cebo', es decir, los paparazzi caerán sobre ti y tus amigos correrán hacia el otro auto estacionado detrás del que tu iras.
Tan pronto como tus manos se conectan con la puerta giratoria y se dan cuenta que alguien está a punto de salir y ese alguien eres tú, la ola de flashes comienza. El guardaespaldas de Cara te jala a través de la inmensa multitud de fotógrafos que te preguntan por ella y gritan tu nombre. Mantienes la cabeza hacia abajo, mirando tus pies asegurándote que no tropieces con algo.
El guardaespaldas les ordena que se muevan mientras abre la puerta del coche con algo de dificultad. Finalmente pudiste entrar al coche. Tan pronto como la puerta del coche se cierra un par de brazos te envuelven con fuerza.
"Siento mucho que tengas que pasar por todo esto por mí." Cara murmura en tu oído. Luego se separa y finalmente la puedes ver apropiadamente.
"Whoa," susurras en asombro, cuando ves su rostro. Es pesado con maquillaje, vagamente parecido a Cara, la modelo. "Te ves... Wow."
"Deja de enamorarte de nuevo." Acaricia su nariz contra la tuya.
Nostalgia. Te recuerda a la noche cuando le dijiste por primera vez que la amabas.
"No puedo evitarlo."
Entrelaza sus dedos con los tuyos y te dice que sus hermanas te están esperando. Tu boca se abre.
"¿Tus hermanas?"
"Mhmmm." Asiente y recarga su cabeza en tu hombro.
"¿Me estas tomado el pelo?" tu rostro palidece ante la posibilidad inminente de conocer a su familia.
"¿Porque estaría bromeando sobre esto, bebe?"
"Bueno." Sueltas su mano y pasas tus dedos por tu cabello, "Ahora estoy nerviosa."
Hace un puchero y toma tu mano de nuevo.
"No hay necesidad. Te amaran."
"¿Saben que estamos juntas?"
Sacude su cabeza.
"No." Dice, "bueno, tal vez ya lo adivinaron si es que leen esas horribles revistas."
"¿Qué?" volteas hacia ella, sorprendida, "¿Están diciendo que salimos?"
"No. Están diciendo que remplace a Rita contigo." Tuerce los ojos a su estupidez, "Cualquier cosa para vender, ¿huh?"
"Es suficientemente raro que hablen sobre mí en revistas. Bueno, revisas de chismes." Frunces el ceño en disgusto.
"Era algo raro al principio también, especialmente cuando me di cuenta que literalmente hacían historias solo para coincidir con alguna foto que te tomaron anoche." Suspira, "Como sea. Hablemos de otra cosa, amor."
Besas su coronilla.
"¿Por qué no me dijiste que cenaríamos con tus hermanas?"
"¿No quieres conocerlas?"
"¿Dije eso?"
Te ignora, suelta tu mano y ahora ella es la que pasa sus dedos por su cabello.
"Estaba algo preocupada que dirías que no querías conocerlas. O que dirías que estoy apresurando las cosas de nuevo."
Buscas su mano y la tomas entre las tuyas.
"Esa es la cosa más tonta que te he escuchado decir, amor." Tomas su larga y delgada mano hacia tus labios y la besas con suavidad. "Desearía que me hubieras avisado así hubiera preparado algún tipo de discurso con anticipación."
"Babe, conocerás a mi hermanas. No ganando un Oscar."
"Cierto," contestas con sarcasmo, "Perdón, tengo todos mis eventos revueltos."
Sacude su cabeza y te besa la mejilla.
"Boba."
"Nerd."
"Lo dices como si fuera una cosa mala. Los Nerds son sexy." Sonríe con vanidad.
Te ríes y te golpea el muslo.
"¿Por qué eres tan mala conmigo?" haces un puchero y la sueltas de la mano.
Se ríe.
"¡Mira quien lo dice!"
Cruzas lo brazos y juguetonamente le das la espalda.
"¡No, regresa!" lloriquea de una manera que casi hace que te olvides de tu fachada. Toma tu mano y la lleva a sus labios, besándola miles de veces. "Prometo que nunca más me burlare de ti o darte nalgadas." Luego concluye en una voz seductora, "Al menos que tu lo quieras, claro."
Volteas casi de inmediato.
"Eres toda una pervertida."
"Te encanta." Recarga su mano en tu muslo y lentamente sube tu vestido.
Una ráfaga pasa a través de tu cuerpo. Comienzas a sentir ese dolor innegable de deseo por ella. No te habías sentido así desde hace mucho tiempo. Su mano sigue deslizándose hacia arriba, acariciando tus muslos internos lentamente mientras susurra palabras dulces en tu oído.
"Cara..." susurras débilmente, "No quiero conocer a tus hermanas después de un orgasmo."
Se aleja de repente, y casi te quejas.
"Qué asco," frunce el ceño en disgusto, "Nunca le menciones a mis hermanas o cualquier otra personas cuando estemos a punto de tener uno."
Te ríes y ella mantiene un rostro serio. Luego muerdes tu labio y susurras, "Tu mano estaba bien donde estaba antes."
Está vez pone su mano en tu muslo interno y tan cerca de tu centro que está segura que puede sentir el calor radiando de ti.
Acerca tu rostro al de ella y te besa suavemente.
"Me estas torturando." Murmura contra tus labios.
"Tú me estas torturando." Muerdes su labio inferior y lo jalas por un momento.
El auto baja la velocidad y luego se detiene. Suspiras.
"Continuamos con esto más tarde." Aleja su mano y te besa una vez más.
-
No sabías que era posible para tres hermanas ser tan increíblemente perfectas. La hermana mayor, Chloe, ella tiene el cerebro. Parece ser impecable. Y luego Poppy, ella es tan encantadora que te tiene en un sueño. Piensas que ella es la que te intimida más. Pero tienes a Cara. Y gracias a dios por eso. Su mano ha estado acariciando tu muslo de una manera suave durante toda la cena. Cara es Cara. Es tu Cara. Es la personificación de las Delevingne. No podrías estar más feliz de llamarla tuya.
Crees que tu parte favorita de la cena fue cuando tuviste la conversación más intelectual que recuerdas haber tenido. Te hicieron sentir a gusto, incluso si parecía que te estaban entrevistando para un trabajo.
Pero paso y estás feliz que ya termino.
A las 9 de la noche todo está listo para los invitados. Rita llega justo después de que te fuiste al salón. Luego más amigos cercanos de Cara. Crees que ya los has visto antes. Probablemente son modelos por sus aspectos. Y luego, cuando te das cuenta, el yate está lleno de hasta el borde. Música fuerte llena tus oídos.
Cara a estado orgullosamente presentándote como su novia. Tu haría los mismo, probablemente. Te gustaría que todos supieran que eres la chica más afortunada del planeta.
Cuando el pastel sale todos le cantan feliz cumpleaños, cruza miradas contigo mientras sopla las velas.
Esperas que haya deseado estar contigo para siempre.
-
Cuando todos ya se fueron y el sol empieza a salir, sigues despierta. Tu cuerpo desnudo y el de ella están enredados desordenadamente. Juegas perezosamente con su cabello mientras esperan que el sueño las consuma.
"Eres increíble." Murmura soñolienta.
Te ríes con vanidad.
"Ya sé que lo soy."
Tiembla de repente. Te las arreglas para cubrir sus cuerpos con la delgada sábana blanca.
"Prométeme que nunca dejaras de quererme." Susurra luego de que bostezas.
"Lo prometo."
Hace un puchero.
"Dilo apropiadamente."
"Prometo que nunca dejare de quererte."
"Más te vale cumplirlo."
"Lo juro."

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Esta historia no me pertenece. La original esta en ingles en Tumblr.

Autora: Nineteenfucksgiven

Cara Delevingne ~Woman WomanWhere stories live. Discover now