Lale, una chica que anhela encontrar el amor verdadero y dejar de ver telenovelas para vivir su propia historia.
En su primer día en una nueva escuela, Lale se reencuentra con su mejor amiga Anelía y conoce a nuevas amigas, pero lo que realmente la...
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Querido Diario:
Diario, quisiera empezar contándote lo mejor de lo mejor que te tengo para contar, las cosas de mi vida que me han dejado con la boca abierta y el corazón latiendo aún más fuerte, pero no. Sucede que estoy gravemente molesta.
Ahora recostada sobre mi cama y a punto de irme a dormir, no dejo de dar vueltas y de mover las almohadas. No me puedo sacar de la cabeza esa actitud de Daniel, no sabía lo que era la homofobia hasta hoy ni tampoco me había puesto tan molesta con alguien por algo que ni siquiera es mi problema. Pero no pude, he desarrollado un cariño por Gabriel, una amistad repentina que no puedo admitir que lo traten así.
Pero es que lo que más me duele es Daniel, o sea, ¿por qué? A él también le tengo cariño, y una admiración que no sé de dónde ni cuándo nació, pero existe, y por eso me duele.
Ya, está bueno ya de ese tema. Ya me desahogué y solté toda mi rabia, él se va a tener que disculpar el lunes en la escuela y no me rendiré hasta que lo haga. Tiene que aprender a ser una mejor persona.
Volviendo al tema...
Estaba tan enojada que mandé al olvido una de las experiencias más impactantes de mi vida. ¿Qué hacía Mateo tan interesado en saber quién me gustaba? Tantas preguntas, tantos deseos de saber sobre mí, sin razón, sin motivo. Solo quería saber y me hizo preguntas tan profundas que tenía ganas de besar sus labios y decirle que era él, que siempre ha sido él. Que no tiene por qué pensar en Daniel y menos en Gabriel. Además no sé qué motivo le he dado para que piense algo sobre Daniel.
Mi corazón es de él. Este que está latiendo en el momento que cierro los ojos y recuerdo cómo me tomó de la mano y me acompañó hacia mi casa, bajo la lluvia, hablando tan cerca de mí, sintiendo su perfume, su cercanía, conociéndolo más a fondo.
Mateo, cuánto tiempo había pasado lejos de ti, tan lejos y tan cerca a la vez, daría lo que sea para que nuestras manos pudieran juntarse de nuevo, como ayer que tu presencia me acompañaba en las húmeda noche, robándome el miedo de la soledad, sin pensar en tu bien y amparando el mío.
Haz salir a ese chico bueno que tienes en tu interior, no te dejes guiar por la belleza exterior, busca una persona que se enamoró de tu hermoso corazón de oro.
El exterior es una de las cosas más insignificantes por la que alguien se debe enamorar, aunque se puede, pero eso no es amar, pues el amor es ciego. No se ve ni se oye, se siente, por eso no hay que decirlo, solo hay que demostrarlo.
Adiós, Diario, espero que algún día se dé cuenta de lo que siento por él.
