PRÓLOGO

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—¡Hola, bienvenidos a mi mundo! A ese en donde viviremos cada experiencia juntos y llenaremos cada latido de nuestros corazones con mi historia que, a estas alturas, no sé si es de amor o de algo parecido, pero sí que fue una experiencia muy especial de mi vida donde fui feliz, lloré, me lastimé y viví momentos inolvidables.

Mi nombre es Lale, tengo 14 años y estoy terminando la secundaria para luego ir a la preparatoria. Me han caracterizado por ser una chica tímida y reservada, pero divertida solo ante ojos conocidos. Los que llegan a conocer el verdadero lado de mi corazón me dicen que son afortunados de tenerme como amiga, ya que mi lado noble, amigable y carismático no lo conoce cualquiera.

—Oye, Lale. ¿Cuándo me presentarás? —preguntó el chico que estaba a mi lado.

—Tú te esperas, vas de último.

—¿Pero por...?

Le cubrí la boca para evitar estresarme y pasé a mirar a unas chicas sentadas frente a mí.

—Sigamos, Anelía y Rosalía son mis amigas, sí, esas mismas. Que me aconsejan ante todo mal que pueda cometer y me ayudan en los momentos más difíciles, pero eso sí, tienen una extrema dosis de paciencia que agradezco mucho.

—Un placer conocerlos a todos —saludó Anelía—, y no soy típica, soy muy diferente.

—No somos típicas, aclaro también. ¿Cómo vas a decir eso con lo buenas amigas que somos? –Rosalía me miró con una ceja enarcada.

—Perdón, perdón a las dos. –Miré hacia mi otro lado riendo y señalé a tres chicas más—. Ellas son Vanesa, Jessy y Melany.

—¡Hola! —exclamaron las tres.

—Digamos que son personajes más que secundarios; pero claro que tendrán su papel, chicas.

—¡Yahoo!

Gritaron todas, y la verdad es que el corito les quedó bien.

—Continuemos... —Señalé a la chica maquillada que tenía a mi otro lado—. Ella... es mi amiga falsa, la traicionera.

—Sí, hola. Y falsa eres tú —contestó Cloe, odiosamente.

—Es mejor ignorarla.

—¿Y yo? —preguntó el chico popular—. ¿Por qué me dejaste de último?

—Mateo no es mal chico, es súper popular en la escuela y se caracteriza por tener montones de chicas a sus pies.

—¿Sólo eso? –volvió a inquirir Mateo.

—También digamos que es el idiota del que... —Me cubrió la boca con la palma de su mano.

—Calla, calla, calla. No querrás revelar la trama, ¿verdad?

—Gracias, idiota, al menos sirves para algo... No les puedo contar mucho porque ustedes mismos lo averiguarán, además de que es una historia que Sólo Mi Corazón Lo Sabe.

Solo Mi Corazón Lo Sabe (SMCLS #1) ✔Where stories live. Discover now