No voy a hablar más de poesía, no voy a volver a ser tan superficial. A veces me disfrazo de una profundidad dentro de un poema enamorado, pero cuando eso que tanto pasaba por mi mente llega a pasar en la vida real, nada es igual.
En mi mente esta escena se vería tan inmadura: yo nerviosa, loca por estar cerca de los labios de Mateo y que me bese hasta el amanecer. Sí, drama y más drama que me gusta y me pone la vida de arcoiris.
Pero ahora... Nada que ver.
Pregúntenle a mis amigas si vieron una pizca de ganas de que fueramos molestados. Mi mente se adaptó a la circunstancias: Mateo estaba mal, esa no era motivo de juego.
Mateo es un ser humano igual que yo, y por más que siempre lo quise ver como un dios del Olimpo, no es más que un simple humano.
-Dime, qué sucedió, sabes que puedes contar conmigo -le dije sincera.
Mateo no formaba tantos dramas como yo, él era más directo.
-Valeria es una descarada -zanjó y me impresioné por el desprecio en su voz. Sin embargo asentí para que continuara.
Yo no lo iba a juzgar.
-Me dijo a la cara que ya no me quería porque Carlos estaba mejor que yo y que era un buen partido. ¿Puedes creerlo? -rió irónico-. Carlos, el del aula. Él mismo.
Me llevé una mano para tapar mi recientemente abierta boca.
-No me digas...
-Pues si Lale. Parece que en esta vida no hay amigos ni personas que valgan la pena -zanjó con molestia.
-Hey, hey, hey. Pero no digas eso, sí hay personas que sí valen la pena, pero tal vez no las has encontrado.
-Tienes razón, nunca he encontrado a nadie así en mi vida. ¿Tal vez es porque no lo merezco, no? -espetó, unió sus cejas en molestia y su voz se iba alzando cada vez más.
Dejé salir aire entre mis dientes y tomé su mano, algo que hizo que aflojara un poco su ceño fruncido y me mirara.
-No, no te lo mereces. No sé si te lo han dicho pero tú no eres mala persona. No hemos estado mucho tiempo juntos, pero las pocas palabras que he intercambiado contigo... no han sido malas.
A veces tenía que tomar pausas. La lengua me tentaba a decir más cosas de lo debido y las cuales podrían perjudicarme.
-Gracias, Lale -asintió y me apretó la mano, haciendo que una corriente recorriera mi espina dorsal-. Gracias de verdad, has mejorado mi ánimo.
Sonreí tierna y lo miré con tanto cariño... Que lo sentí extraño.
-No tienes que agradecer, me alegra que estés feliz.
¿Me alegra que estés feliz? Lale, ¡¿qué es eso?! ¡Estás demostrando de más, no te pases!
-Me alegra que hayas venido a hablar conmigo -me dijo sorprendiendome.
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Solo Mi Corazón Lo Sabe (SMCLS #1) ✔
Teen FictionLale, una chica que anhela encontrar el amor verdadero y dejar de ver telenovelas para vivir su propia historia. En su primer día en una nueva escuela, Lale se reencuentra con su mejor amiga Anelía y conoce a nuevas amigas, pero lo que realmente la...