Capítulo 43: La carta que nunca leí.

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Al paso de algunos meses, el tiempo de pruebas de período pasó a convertirse en el período de exámenes finales, donde ya todos estaban nerviosos por quién aprobaba y quién no, quién tenía que hacer extraordinario y quién tendría que luchar hasta e...

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Al paso de algunos meses, el tiempo de pruebas de período pasó a convertirse en el período de exámenes finales, donde ya todos estaban nerviosos por quién aprobaba y quién no, quién tenía que hacer extraordinario y quién tendría que luchar hasta el último momento para pasar de año.

Yo, obviamente, bastante estrés acumulaba con tener que repasar a Rosalía, para que al final de cuentas, Rosalía no se aprendiera nada.

—Psss. Laleee... —me susurró mi amiga desde atrás, a la que no le hice caso—. Psss, Lale. Sé que me estás escuchando, no te hagas la sorda.

La miré con el rabillo del ojo, mientras me señalaba con sus grandes uñas postizas la pregunta número 2.

—Dime la respuesta —volvió a susurrar.

—Cállate —susurré de vuelta—. Yo te repasé, tu problema si no te la aprendiste.

—Ay Lale no seas mala. Dale dímelaaa. Sabes que no me podré ir de vacaciones si no apruebo esta.

—SHHH —dijo la maestra—  silencio. Cuando coja al que está hablando, le quito la prueba y va a tener que ir a ver a la directora.

—Ya la oíste —le dije a Rosalía y me volví a voltear.

—Ayyy Lale, no seas mala —lloriqueó, pero esta vez no la volteé a ver.

—Psss —sentí otro sonido de emergencia, uno que si iba a volver a ser Rosalía la iba a matar.

Observé de dónde venía y me sorprendí un poco, viendo a Mateo mirándome fijamente.

—Lale... —susurró él esta vez señalando la pregunta 2, justo la misma que Rosalía.

De repente empecé a sentir una fuerte mirada en mi espalda. Ignoremos eso y pensemos que solamente era imaginación mía y no una amiga asesina planeando mi muerte.

—¿Necesitas ayuda? —le susurré y sentí una leve tocada en mi hombro.

Ahora sí estaba muerta.

Minutos después, a la salida del examen, salió una Rosalía enfadada y yo justo detrás de ella.

—Rosalía, por favor. No te pongas así.

—¿Que no me ponga como? ¡Yo estoy tranquila!, ¡yo estoy de lo mejor! —me miró con cara de culo—. ¿No ves la gran sonrisa que tengo ahora mismo? ¡Estoy muerta de la felicidad! ¿No me ves?

Se quedó mirándome y sentí como si mi cuerpo estuviera quemándose en vida.

Qué mala vibra.

—Tranquila, no me importó para nada que le dieras la respuesta de la pregunta que yo te pregunté a Mateo. Fíjate si no estoy para nada molesta que no me voy a acercar a ti para matarte —dijo mientras se acercaba lentamente hacia mí.

Peligro.

Se activó una alarma en cabeza.

<<Dale corre, pero corre como perra, como si nunca hubieses corrido en tu vida>>. Ordenó mi subconsciente pero mis pies al parecer no querían obedecer, solo se echaban para atrás, y para atrás, y para atrás, y como si nada pudiera empeorarlo más, mi espalda se chocó contra el pecho de alguien.

Solo Mi Corazón Lo Sabe (SMCLS #1) ✔Where stories live. Discover now