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Wanda M.

- Dios... Te sientes muy bien, te sientes estúpidamente bien... ¡Ah...!

Tomó la cintura de Nat entre mis manos, y pegó su cuerpo que está de espaldas al mío mientras me dejó venir dentro suyo.

Al mismo tiempo sus piernas comienzan a temblar, y ella se sujeta de las llaves de la regadera para no caer.

Continuó besando sus hombros y desciendo mis besos por todo cuerpo mientras ella se gira hasta quedar frente de mí.

Me coloco de rodillas y la observó, y ella a mi... Antes de separar sus piernas, pienso que así se sentiría pedirle matrimonio... Con la ropa puesta, obviamente, pero igual... Mirarla desde abajo es un deleite.

Rozó su centro con mi nariz, y cuando la escuchó jadear pegó mi lengua a su punto sensible.

No toma mucho tiempo hasta que Nat explota por cuarta vez en la mañana.

Ella coloca una mano alrededor de mi cuello, y la otra comienza a querer jugar con mi miembro, quien parece muy interesado en seguir jugando con ella pero sé que debemos detenernos o perderemos el día entero haciendo el amor.

- ¡Bien, Nat...! Debemos bañarnos o me iré a la otra ducha.

Ella soltó mi cuerpo de manera molesta para después abrir la regadera dejando caer el agua por nuestros cuerpos.

- Aburrida

- Tienes problemas sexuales

- Si pudieras verte a ti misma desearías poder tirar contigo las 24 horas...

Mi rostro se enrojece, pero decido ignorar sus palabras mientras tomo el shampoo del estante.

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— Debemos llegar a la 27, solo sé que es 27, lo demás está en ruso.

— Nunca había estado en este condado antes... Es mucho más lindo que Moscow.

— Lo es, sí.

— ¿Qué buscamos en la 27?

— Lo sabrás cuando lleguemos a la 27.

Natalia gruñe y continúa caminando sobre las calles repletas de nieve delante mío.

Después de unos minutos a pie, puedo ver a lo lejos el letrero colorido que me indica que es el sitio.

— Es aquí.

Natalia me miró confundida, y luego al letrero en la entrada, y de nueva cuenta a mí.

— ¿Qué se supone que es?

Observó las letras que se supone deben formar palabras.

- ¿No dice algo como plantas?

-Si, dice algo como plantas, cariño.

-Entonces es aquí.

Abro la puerta de vidrio frente nuestro e invitó a Nat a entrar, ella lo hace con una sonrisa, pero continúa mirándome confundida.

Una amable mujer nos entrega folletos a cada una e intercambia un par de palabras con Natalia.

Seguimos el camino por el largo corredor llegando hasta lo que parece una explanada gigante con varias tiendas cubiertas con toldos protectores. Todo está repleto de nieve, pero al mismo tiempo todo el lugar parece también repleto de árboles, o plantas... o como sea que la gente inteligente llame a las cosas de hojas verdes debajo de una nevada.

Natalia juega con el cierre de su chamarra y comienza a mover sus piecitos nerviosa.

-Eres la más linda -suelto de la nada.

"Postales de amor." - Wandanat (g!p)Where stories live. Discover now