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Wanda M

Mónica y Darcy se han ofrecido a acompañarnos a mí y a Nat a la estación del tren, es por eso que Mónica inspecciona que la casa esté intacta para devolver mientras que Darcy mira Netflix a mi lado en el dormitorio.

El viaje hasta el aeropuerto es largo, y me entusiasma un poco esa parte, los viajes en tren son románticos. Pero, si pensamos con inteligencia, la vida está llena de romance, solo hay que saber forjarlo.

- Están tocando el timbre, Wands – avisa Mónica.

- ¿No has visto quién es? – Pregunto.

- Ni la menor idea.

- Quizá sea Nat – dice Darcy - ¿No la estás esperando?

Miro mi reloj... Mientras más pronto, mejor.

Detengo el capítulo de supercampeones y Darcy se queja, escucho que lo continúa apenas me alejo, traidora.

El camino por el corredor es algo largo, no que el corredor sea muy extenso, me refiero a que se siente de esa manera, mi estómago se ha llenado de cosquillas extrañas, al abrir la puerta, en efecto, me encuentro con Nat, pero la sensación no mejora al unir sus ojos con los míos. Quizá es solo el día.

La primera cosa extraña que pienso es que no ha abierto por sí sola, tiene sus propias llaves, ¿Por qué no usarlas?

Bien, las pudo perder.

Wanda, no pienses en las llaves.

Observó su postura erguida y pienso que algo anda mal, igualmente decido no desanimarme antes de escucharla hablar.

- ¡Hey, linda! Es más temprano, pero me alegro de que estés aquí.

Cierra la puerta tras suyo, me empuja hasta golpearme con la pared, su boca se abalanza contra la mía, no lo disfruto, y no es que me moleste, pero, por primera vez, nuestras bocas no se entienden.

Mis labios se esfuerzan en recibir los suyos con cariño y tranquilidad, pero ella busca un contacto fugaz y rudo.

El beso se siente como algo más en su lista de tareas.

No le deseo a nadie que se sienta como un pendiente mas en una lista. Es penoso.

- Te amo – dice, sus palabras salen borrosas, su tono de voz es el de alguien que ha estado tragando su llanto por bastante tiempo.

- ¿Estás bien, cariño... qué pasa? – mis manos acarician su rostro, por unos segundos descansa su cabeza en ellas, entonces rescata su postura inicial.

Se aleja unos segundos de mí como meditando algo, entonces se acerca de nuevo y toma mi mano izquierda.

-Necesito pedirte un favor.

No suelta mi mano, la sostiene entre las suyas, la recorre completa con su pulgar.

- El que desees.

Besa uno a uno mis nudillos... de una manera suave y delicada, lenta, la brutalidad de segundos atrás ha desaparecido... sus labios se mueven en cámara lenta, parece querer alargar los besos como nunca antes.

- Vete.

- ¿A dónde?

- Wanda... por dios, ve a casa, a tu hogar.

- Si ese es el plan, ir, juntas, ¿lo recuerdas? – esperanzada permanezco atenta a su respuesta, ella no dice nada - ¿te sientes bien, linda?

Intento acercarme, no lo permite.

"Postales de amor." - Wandanat (g!p)Where stories live. Discover now