51

923 149 54
                                    


Natalia R.

- ¿Recuerdas estas calles? – Steve detiene el auto, coloca las manos sobre el volante, y descarga su cabeza sobre él, me mira con una sonrisa que me asusta, solo un poco.

Frente nuestro descansa el viejo, pero no gastado edificio que algún día fue mi fantástico colegio.

- Obviamente, es una calle principal. ¿Qué hacemos aquí, y por qué me miras tan raro?

Endereza su postura, rompe nuestras miradas y observa al frente, permanecemos unos segundos en silencio hasta que baja del auto, me cuestiono si debo salir también, o solo robar el auto y dejarlo tirado en el centro de Moscú, pero antes de que mis pensamientos lleguen a una resolución, él se ha aproximado hasta mi puerta, la abre y me tiende la mano, sin embargo, no aceptó el acto de amabilidad.

- Puedo sola – digo, desciendo del vehículo cuidando no rozar con él, pero acaba siendo inútil.

Cierra la portezuela del auto y me acorrala entre sus piernas, es bastante más alto que yo, también más grande, sus brazos rodean todo mi torso, con sus manos acaricia mis caderas... sonríe, y me mira, su mirada va perdiendo la maldad característica poco a poco.

De repente no se si estoy tratando con el Steve que conocí a mis 17 o con el psicópata que ha dormido bajo el mismo techo que yo por los últimos 5 años.

- Siento que cada día nos alejamos más.

Lo miro con molestia, retiro mi saco y lo colocó sobre sus hombros, me observa atento, levantó el brazo y le enseño el color rojizo que envuelve mi piel.

- Tiene menos de 3 horas, ¿sabes quién fue el causante?

- Nat...

- Era zorra sucia, ¿no?

- ¡Puedes llegar a ser irritante!

- ¡Tú lo eres sin intentarlo!

Me besa con agresividad, intentó alejarlo, pero opone demasiada fuerza como para dejarme conseguirlo.

- Se que no soy el mejor todo el tiempo, cometo errores, pero tu también los cometes, nunca estás en casa, nunca quieres ir a ningún sitio conmigo, no te intereso, ya ni siquiera cuestionas a donde me marcho o lo que hago, no me celas con nadie. ¿Realmente soy el malo en esta historia?

- ¡Lo eres, Steve, no solo eres el malo, eres el hijo de puta más grande que he conocido! ¿Ahora repentinamente te importo? – le enseño mi dedo anular, él baja la mirada.

- No es el que te d-

- No, no es, me daría vergüenza andar con eso por la calle, no lo uso desde hace tanto tiempo que ni siquiera puedo recordar, y si no te enseño, no te enteras.

- Me amas, Natalia, me amas, y yo te amo. Somos esto... - coloca su mano sobre mi pecho, y luego la mía sobre el suyo – mira... - apunta hacia el colegio y ríe, ríe tan fuerte que sus ojos se cierran un poco por el gesto, observó su piel arrugarse, me parece una sensación nueva pero no la es en realidad, hemos estado en esta sensación antes, pista, no salio nada bueno de ello – aquí es donde te vi por primera vez... Me tomó un segundo darme cuenta que no eras como el resto de tus amigas, eras alguien diferente. Lo eres, no hay otra mujer como tú, la vida cruzó nuestros caminos, hagamos que valga la pena...Soy tu esposo, no quiero hacer más que cuidarte, y protegerte, sé que no acostumbras a eso, sé que ningún hombre en tu vida antes te ha mirado con interés, ni siquiera Alexei decide verte por quien eres, pero yo te elegí, y tú me elegiste a mí, en una iglesia, juraste amor eterno bajo la mayor autoridad espiritual que existe, no actúes como si eso no significara nada, porque se que significa algo, sobre todo para ti... en la tierra todos somos pecadores, podemos mentir, y engañar, pero al único al que jamás podríamos hacerle eso es al de arriba. Tu y yo lo sabemos, somos fieles a esa idea, la de permanecer juntos.

"Postales de amor." - Wandanat (g!p)Where stories live. Discover now