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Wanda M.

- ¿Está noche también? – Pregunta Darcy una vez que los niños han subido al auto.

Hoy he venido sola a recogerlos, el rodaje de Carol se alargó y Nat parece haberse quedado sin batería o algo como eso pues no responde, tal vez solo esté tomando una siesta, trabajar con artistas puede ser muy cansado.

- Cada viernes, si, ¿te unes?

- Me encanto lo de la semana pasada.

- A mí también – digo – me gusta tener compañía... Antes Thor y Loki venían todo el tiempo, pero ya sabes, viven ocupados.

- Puedo ser tu nueva compañera si lo deseas. He estado pensando en que podríamos armar pequeños cursos, o noches temáticas para los más pequeños... Hablarles sobre la mitología griega o nórdica de una manera más amable.

- Quieres decir que... La increíble maestra Darcy planea ofrecer una de sus magníficas clases.

- Bueno, eso, varios de ellos hacen preguntas y se que, pues, no asisten al colegio hasta que son más grandes. ¿Les agradara la idea?

El viernes pasado Darcy me acompañó al albergue y comedor comunitario al que siempre asisto, estoy ahí cada viernes, o al menos lo intento. Pepper pasa ahí más días que yo, no mucha gente lo sabe, creo es que es mejor así.

Me encargo de una parte de la matrícula de varios jóvenes del lugar, y las cenas siempre corren por mi cuenta, Tony hace lo mismo por varios albergues de la zona, Carol y Jane también han apadrinado a muchísimos chicos y personas adultas.

Darcy me descubrió en la puerta del sitio un día que iba saliendo del metro, y ahí fue cuando le conté todo. La pasamos bien, le presenté a todos los chicos, y ellos la adoraron enseguida.

El día de hoy es noche de alitas y películas de terror. Llegar ahí con noticias nuevas, y una buena actitud es a veces todo lo que esos chicos necesitan para sentirse motivados.

Me recuerdan a mi yo más joven, es lindo poder ayudarlos de alguna manera.

- Seguro que si, ¿paso por ti?

Darcy se despide con un abrazo y una sonrisa.

Hace bastante tiempo le aclare que lo de nosotras no podía ir más allá, lo tomo bien, con entendimiento y respeto, se que la lastime y no puedo evitar sentirme horrible al respecto, quizá lo nuestro pudo haber ido para largo, no niego que comenzaba a sentir cosas por ella... Es una mujer increíble, en todos los aspectos, pero la verdad es que no concibo la idea de hacerle daño de manera consciente hasta que arregle mi cabeza, sería egoísta, preferí dar todo por terminado y permanecer como amigas, existe un límite entre ambas y nos llevamos muy bien así, como al inicio.

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Natalia Romanoff.

- ¿Vives sola?

Ana termina de romper mis bragas, entre jadeos las veo caer por las escaleras, sus labios se pierden por mi cuello, siento su agarre apretarse en mi cintura.

- Claro que vivo sola, puedo follarte en cualquier parte que desees, ¿gustos particulares?

Ella intenta llevarme hasta el balcón, pero niego entre jadeos sintiendo aun sus besos sobre mí. En el balcón podrían vernos miles de personas, ¿no es obvio?

Quiero decir "en el dormitorio" claro, pero seguro eso sonara tonto.

- ¿En el suelo?

Ella sonríe de manera pícara.

- ¿En el suelo? Te gusta lo salvaje, ya veo...

Permanezco de pie en el barandal de las escaleras, ella separa mis piernas con rudeza y sin preguntar acerca su rostro hasta mi sexo, siento sus labios besar y jugar con mis pliegues... Por instinto sujeto su cabello y me dejo llevar.

"Postales de amor." - Wandanat (g!p)Where stories live. Discover now