Pánico

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Eran cerca de las cuatro de la mañana en la mansión de los Malfoy.
Todos dormían tranquilamente en sus habitaciones, a excepción de dos personas.
Voldemort llevaba varios minutos escuchando los gritos de Bellatrix desde su habitación. Supuso que de nuevo estaba discutiendo con Snape a gritos como de costumbre. Siempre discutían a gritos, cada vez que podían.

Ni recordaba la cantidad de veces que había tenido que intervenir inmovilizádolos a ambos para evitar que se matasen. La última vez, Bellatrix había colgado a Snape de una lámpara bajo unos clavos y éste había hecho aparecer detrás de ella una enorme serpiente de fuego que Bellatrix no había notado.

Cada vez que se cruzaban por los pasillos comenzaban a gritarse y a lanzarse maldiciones.
Era irremediable, no se soportaban.
En otra ocasión, habían tenido que asistirles de urgencia unos médicos que habían llegado a la mansión mediante un translador avisados por Narcissa.
Snape tenía un corte profundo en la clavícula y la mano izquierda y parte del brazo chamuscados, a Bellatrix, por su parte, le sangraba la garganta y tenía una brecha abierta en el lado derecho de la cabeza.
Voldemort no se había enterado de esto hasta que no llegó a la mansión y vio a sus mejores seguidores en el salón con cara de pocos amigos y dejándose curar. Bellatrix completamente pálida y semiinconsciente, había perdido mucha sangre y Snape casi pierde la mano por completo.

Voldemort estaba realmente indignado con el comportamiento de sus seguidores, había estado enfadado con ellos durante varias semanas y se había negado a incluirlos en las reuniones.
Esa última situación había sucedido hacía casi 16 años. Ambos eran muy jóvenes y dos años después, ella había ingresado en Azkaban.

Desde entonces no había cambiado mucho la cosa, seguían sintiendo una profunda aversión recíproca.

Voldemort siempre había sospechado que Bellatrix odiaba a Snape porque le parecía un inepto, y un inútil. Además mientras que ella había soportado a los dementores en aquel oscuro y frío agujero, él estaba a salvo .
En cambio, tenía bastante claro que Snape odiaba a Bellatrix porque le ponía mucho la bruja, por su manera de ser y actuar y ella lo detestaba.

Los gritos de Bellatrix se intensificaron y Voldemort fue consciente de que en todo ese tiempo que había estado reflexionando, no había escuchado a Snape ninguna sola vez, de hecho, ni siquiera parecía que Bella estuviera gritándole a alguien.

Voldemort se levantó molesto de su cama y se deslizó por los pasillos en dirección a la habitación de Bella, también se le pasó por la cabeza que estuviera discutiendo con su esposo Rodolphus pero este se había marchado hacía mucho tiempo tras abandonar las filas del señor tenebroso. En circunstancias normales, Voldemort lo habría matado pero le daba exactamente igual, Rodolphus no le importaba en absoluto. Había maltratando psicológicamente y físicamente a Bella durante su matrimonio y no merecía la pena ni gastar fuerzas en buscar a esa rata sarnosa.

Llegó a la habitación de Bellatrix que era la única que se encontraba en el mismo piso que la suya y se quedó escuchando lo que sucedía dentro.
Bellatrix murmuraba a ratos y después volvía a gritar...
Parecían lamentos de terror y entre los ruidos de objetos rotos que venían de dentro y los chillidos de Bellatrix pudo escuchar claramente algo que ella decía.

B: ¡ALÉJATE DE MI! ¡FUERA! ¡FUERAAAA!

Voldemort se quedó pasmado y tiró la puerta abajo, sin ni siquiera pensar en usar el "Alohomora".
En la habitación de encontró a Bellatrix de pie, con el pelo enmarañado y los ojos hinchados, sujetando su daga con ambas manos y apuntando a la ventana con ella mientras gritaba.

Se giró hacia Voldemort y bajó las manos hasta su cintura, pero seguía empuñando el cuchillo con tanta fuerza que tenía las manos rojas. Habló con voz tranquila.

Bellamort One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora