Bellamort One shots

Pasión

• Esta es una continuación de mi anterior  historia "Miedo" •

° Bellatrix cerró la puerta dejando entrar a Voldemort a su habitación, este la había seguido para explicarle que había leído su nota...
Ella lo miró impaciente, tratando de adivinar que pasaba por su cabeza.
Voldemort metió la mano en su bolsillo y le mostró a la bruja la hoja arrugada escrita en tinta negra, Bellatrix reconoció al instante su letra en la carta que había escrito horas antes y comenzó a temblar de miedo, ella trató de hablar pero las palabras morían en su boca. El horror paralizó su imagen, estaba esperando el fogonazo verde que terminaría con todo pero en vez de eso, Voldemort avanzó hacia ella con paso decidido y tomó su rostro en sus manos para después atraerla hacia el y besarla con fuerza.

Bella estaba petrificada, ésta vez de incomprensión, sentía un hormigueo en el estómago que le recoría todo el cuerpo, cerró los ojos y cortó su propia respiración lleva por la euforia, Voldemort separó sus labios de los suyos y la miró fijamente a los ojos.
Bellatrix sonrió tontamente, muy colorada, tratando de encontrar una explicación, Voldemort volvió a guardar el papel y sonrió a la bruja.

V: No esperaba que sintieras eso, de haberlo sabido te lo hubiera confesado hace mucho.

B: ¿Confesarme qué?

V: ¿Lo dudas? Bellatrix estoy loco por tí, yo también te amo y también tenía.... Tenía miedo.
Tenía miedo de que cayera en ello la imagen del señor tenebroso pero si me lo sigo guardando voy a explotar. Bellatrix, eres para mí una diosa.

B: No me puedo creer que esto sea verdad mi señor. Yo siempre...

V: Bella, Bella... Escucha, yo ya no soy para tí en señor oscuro. ¿Vale? Ahora llámame sólo Voldemort, nosotros somos.... Somos.... Lo cierto es que no te lo he preguntado aún.
¿Quieres que seamos pareja?

B: ¡Claro! Cómo no voy a querer, llevó imaginando esto tanto tiempo... Te quiero mucho Voldemort

V: Si supieras lo que yo te quiero a tí....

Bellatrix no dejó na Voldemort terminar la frase , saltó sobre él, envolviendo su espalda con sus piernas y éste se dejó caer con ella sobre la cama, Voldemort pasó de sus labios rojizos a su cuello, mordiendo levemente sus clavículas provocándole un suspiro, mientras le soltaba el corsé, liberando el cuerpo y el pecho de la bruja, de la presión de la pieza de cuero.
Bella cerró los ojos mientras él le desabrochaba su camisa negra y se la quitaba sin levantar sus labios de su piel.
Con una mano le sostenía el pelo negro enredándolo en sus dedos y con la otra agarraba la cara de ella que comenzaba a estar sudada por el calor del ambiente.

Bellatrix, entre gemido y gemido, utilizaba una mano para tirar de su túnica hacia ella y con su mano libre se desabrochaba la falda y la dejaba caer a los pies de la cama. Finalmente dejó al descubierto su figura perfectamente idealizada y delgada.

Voldemort se quedó maravillado mirándola, tenía la piel blanquísima pero llena de cicatrices y heridas mal curadas que cubrían su espalda y tórax.
Bellatrix le guiñó un ojo y este se despojó de su túnica dejándola caer a los pies de la cama, junto con el vestido de ella.

V: Eres preciosa...

Voldemort subió de nuevo a la cama con ella, y besó su pecho, una de sus manos estaba de nuevo enredada en su cabello negro y la otra acariciaba suavemente la parte interna de sus muslos empapados de sus propios jugos. Chupó suavemente uno de sus pezones y ella encorvó la espalda al momento, gimiendo con fuerza mientras arañaba la espalda de su amante. Voldemort se excitaba cada vez más sintiendo los jadeos y gemidos cada vez más profundos de ella en su oído.
El rastro de besos de Voldemort pasó de sus pechos a su estómago bajando cada vez más. Bellatrix sentía el orgasmo formarse en su estómago y agarró con las manos las sábanas negras de su cama.
Abrió los ojos un momento y miró a su amante que bajaba dejando una línea de besos hasta su coño. Allí él le abrió las piernas y se las pasó por encima de los hombros. Bellatrix aguantó la respiración esperando que Voldemort comenzara a lamela.
Éste paso un instante sus largos y fríos dedos por sus labios menores antes de acercar su boca a su clítoris y succionar.