Capítulo 2: Nueva vida

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Antonia

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Antonia

La fiesta termino sin contratiempos. El gran rey alfa la despidió eligiendo a una de sus favoritas para pasar una noche de pasión con él, después de ello, nosotras, las simples concubinas volvimos a aquella habitación donde de ahora en adelante dormiré. Durante todo el trayecto hasta aquí sentí la gran decepción de la mayoría de las concubinas, sus rostros lucen decaídos mientras una energía densa las recubre dándoles un toque de tristeza y decepción, por lo visto, todas añoraban ser elegidas para entregarse en una acalorada noche al prepotente rey alfa quien ni siquiera es capaz de valorar el esfuerzo de estas mujeres por tratar de llamar su atención, es más, ni siquiera se dignó en algún momento a verlas directamente a los ojos, simplemente actuó como si no existiesen. Con simpleza movía sus manos pidiendo comida y bebida, haciéndolas correr de un lado para otro complaciéndolo y para que al final solo le prestara atención a sus favoritas que lo único que aportaron fueron sus presencias, nada más.

Con lentitud cada una de ellas se acerca a su respectiva cama para tomar su camisón de dormir, por mi parte, sintiéndome perdida, me mantengo unos segundos parada en la entrada sin saber qué hacer. De pronto, Clara toma mi brazo izquierdo y me lleva a una cama que se encuentra desocupada casi en el medio de la habitación, curiosamente, ella no parece tan afectada por la poca importancia que parece tener el rey alfa para con sus concubinas, de hecho, parece seguir alegre y su aura no expresa algún sentimiento de decadencia o algo por el estilo. Supongo que quizás ella ya se resignó a no ser elegida, lo que podría ser un poco raro, digo, es realmente hermosa, si se lo propusiera creo que podría convertirse en una favorita.

— Puedes ocupar está, hace mucho que ha estado sin ocupar. — me dice sonriente.

— Gracias.

— Toma — de la cama continua saca un camisón simple de color azul claro — mañana seguramente te den uno propio, mientras tanto utiliza uno de los míos.

— No es ne...

— ¿Realmente quieres dormir con el corsé?

La respuesta es simple. No. Realmente el fastidio que siento con esa cosa ajustando mi cuerpo sin compasión es incomprensible, cada segundo que pasa respirar se vuelve un desafío bastante exigente. Ni en mis peores entrenamientos físicos he sentido tanta presión y ardor en mis pobres pulmones. Teniendo clara la respuesta tomo el camisón y le agradezco recibiendo una hermosa sonrisa de su parte, una radiante y pura que parece crear una pequeña luz en su aura que la hace brillar por cuenta propia. Realmente las natura son toda una joya de la naturaleza. Parce mentira que en medio de estos mundos tan crueles existan todavía seres tan delicados y puros, tan hermosos y celestiales. No me explico cómo sobrevivieron a la gran guerra, aunque tengo el presentimiento que ni siquiera hicieron parte de ella. Supongo que se ocultaron lo suficientemente bien para que un buen porcentaje quedara en pie y pudiera seguir con su legado después de que los oscuros huimos a la dimensión oscura.

El harén del AlfaTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon