Capítulo 10: Tentasiones

660 46 8
                                    

Suspiro cansada

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Suspiro cansada. Sobrevivir en un Harén no parece una tarea fácil, y menos cuando la mayoría te tiene como objeto de su odio a causa de los últimos acontecimientos. Renata tuvo el mismo castigo que Bolgoña, así que sus amigas favoritas no me han dejado en paz ni por sospecha. Me han acosado, me han desaparecidos mis pertenencias y han tratado de inculparme en cosas estúpidas. Estoy segura que, aunque se mantiene recluida en su habitación por orden de su hijo, la reina está detrás de todo esto. Los sirvientes, las concubinas, todos parecen estar de lado de ellas, por lo que estar casi pegada a Argus no me ha parecido tan mal, al fin de cuentas, mientras estoy junto a él nadie se atreve a insultarme, desafiarme, o a agredirme, como lo intentaron en los baños de forma estúpida, porque lo único que consiguieron fue que mi magia se desbordara al punto de agredirlos sin dejar rastro, mi especialidad. Lo han intentado casi todo, es más, puedo jurar que el sospechoso postre que apareció en mi mesa de noche ayer, tenía algo más que simples ingredientes de pastelería, o de lo contrario, el pobre perro al que se lo di no habría amanecido casi muerto en vida. Sentí lastima por él, gracias a la naturaleza no tuve problema para curarlo. Y no es que sienta miedo de lo que me pueda pasar, pero simplemente me aburre y molesta. Estoy acostumbrada a guerras directas donde sabes que esperar de tu oponente, y me es difícil tomar en serio esta ridiculez que intentan, porque mientras a mí me muestra un rostro, frente a Argus muestran otro completamente distinto.

La gran ex reina me ha dicho que esto solo es el comienzo y que puedo contar con ella para todo. Cuando me lo dijo, parecía como si me estuviera advirtiendo, lo que ella no sabe es que me da igual cuantas otras tetras tengan bajo la manga. Saldré ilesa de todo. Además, hasta donde entiendo, el poder de todas ellas depende directamente de Argus, de su atención, de sus momentos en su habitación, pero como estoy obligada a estar pegada a él hasta el punto de tener que pasar la noche a su lado, no han tenido oportunidad para colarse en su cama, aunque lo han intentado. Tanto favoritas como concubinas, todas han llegado aquí sin ser llamadas, vestidas con pequeños y trasparentes vestidos tratando de provocarlo, pero sospechosamente él las ha ignorado, aunque corre el rumor de pasillo en pasillo que, cuando me despacha algunas veces de su lado, es para verse con alguna favorita en su despacho. No lo sé a ciencia cierta, pero si no lo hace, debería hacerlo. Tener en abstinencia a esos cuervos va a provocar que terminen sacándome los ojos a mí, y no es que tenga los ojos más lindos del mundo, pero aun así los estimo mucho y quiero conservarlos.

Con cuidado sobo mis manos apreciando los últimos rayos del sol que se filtran casi por accidente en el firmamento. Sonrío al recibir el suave viento que lucha contra la oleada de calor que se hace presente en este momento. Me encuentro en los aposentos de rey alfa, como todas las anteriores noches, como ven no pode encontrar argumentos para que desistiera de la idea de que fuese su guardaespaldas, como dice él. Al principio me molestó, porque pensé que llamaría mucho la atención, pero ingenuamente no me había da cuenta de que ya no podía llamar más la atención, así que deje de quejarme y de poner escusas. Ahora paso mis días viéndolo trabajar, comiendo con él y molestando a Shein, cosa que he de admitir que me agrada mucho. Dejo ir un suspiro y sin girar hablo sintiendo su mirada quemar mi cuerpo aun fundido en aquel camisón que me ponen todas las tardes alegando que es el jodido protocolo de mierda. Que insufribles son los lobos con los "protocolos"

El harén del AlfaWhere stories live. Discover now