Capítulo 13: Rosa venenosa

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Anastasia

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Anastasia

Lucidez, ese es el estado que me aborda justo en el momento en que el beta entra avisando un enfrentamiento que deja heridos en los cantores. Con mi mente a mil, con el corazón desbocado y con un cuerpo débil que empieza a recuperarse rápidamente, caigo de rodillas en un intento de poner orden la cantidad de sensaciones y pensamientos que me estremecen. Un torbellino de recuerdos e imágenes borrosas y los murmullos de aquellas voces que rompieron mis barreras mentales me aturde. Trago grueso dándole un hilo de sentido a todo, mientras, al mismo tiempo, intento establecer un orden de prioridades que me hace levantar la vista hacia el alfa a esperas de encontrar más información.

Lo veo y lo siento. A mi llegan todos los recuerdos de lo que pasaba hace un momento. La ansiedad se suma recordándome las ganas que tengo de encontrar a aquel ser, pero no es el momento. No cuando siento sobre mis labios aun el recuerdo de esa borrosa sensación cálida que los embriago hace un momento, junto con el hormigueo de mí. Es demasiado, mi instinto me lo me lo hace saber devolviéndome con fervor el deseo de matar sangre, formando una mezcla peligrosa que se arremolina en mi interior reuniendo energía que empieza vibrar peligrosamente mientras a lo lejos escucho voces y siento como me mueven tenuemente haciéndome reaccionar, y no es hasta que siento una vibración de alerta que llega como un mensaje tardío a mi cuerpo, que entiendo que ni el beso, ni aquellos seres aterradores que lograron entrar en mi mente son mi problema inmediato.

— La hirieron — murmuro haciéndome consciente de mi alrededor, fijándome en la ex reina, en el beta, en las sirvientas y en el imponente rey alfa quien está a mi altura tomándome con fuerza de los brazos. — Hirieron a la reina de los cantores.

— ¿Cómo? — el beta se acerca unos pasos mientras sus ojos me ven fijamente con clara confusión. — ¿Cómo sabes eso?

— Lo siento. — murmuro bajo mientras veo que mis vellos se erizan ante aquel mensaje que se expande con rapidez por mi cuerpo informándome brevemente sobre lo que debo saber de forma inmediata. — Es grave. Por lo general, la sanación de ellos es más rápida que incluso la de ustedes y, por algún motivo, su herida no está sanando. — mis pensamientos son dichos por mi boca sin permiso alguno, haciendo que los presentes me vean más confundidos, analizando cada palabra y cada leve acción de mi cuerpo.

— Eso lo analizaremos después de verificar que estas bien mi niña — las palabras suaves de la ex reinan callan al alfa quien quería dejar fluir su curiosidad.

— Estoy bien, en unos diez minutos estaré como nueva, no tiene que preocuparse por mi gran ex reina — murmuro viéndola con suavidad, analizando su cara tensionada y sus ojos alterados.

— No digas eso, Anastasia, no hace nada que estabas casi al borde de la muerte. ¿Sabes lo frustrante que fue para todos verte en ese estado? — la voz del alfa sale ruda, mientras su ceño parece acusarme de algo y ahí caigo en cuenta.

— Lo siento, rompí una regla. — Hago alusión sobre mí salida en horas de la madrugada y sin permiso. — Recibiré el castigo que merezca, solo quiero aclarar que fue una necesidad salir a meditar, aunque ahora entiendo que fui, de cierto modo, atraída a una trampa.

El harén del AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora