Capítulo 32: Error

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No lo vi con mis propios ojos, pero hay murmullos que nunca abandonan del todo las paredes de este castillo

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No lo vi con mis propios ojos, pero hay murmullos que nunca abandonan del todo las paredes de este castillo. Nunca he escuchado palabras directas por respeto o reproche, pero aun así he logrado escuchar vestigios de lo que fue. Antes de que yo naciera, e incluso antes de que mi madre pisara este castillo, mi padre se enamoró de una pequeña jovencita que desde pequeña había seguido sus pasos de cerca. Dicen, que su amor fue de esos que atrapan hasta aquellos que los rodean. Fue de esos que rara vez vemos, pues su entrega, su amor, su comprensión y sacrificio hablaron de lo mucho que querían estar juntos. No hubo obstáculos. No hubo quejas. Solo una lucha incesante de los dos en pro de su amor.

Cuentan que ella era hermosa, pero no lo suficiente para eclipsar a las mujeres que hacían parte del harén de mi padre, pero aun así, nunca dejo que ellas la opacaran. Dentro de su corazón sabía que el de mi padre le pertenecía, y lo atesoro con el mayor cariño y sin recelo. Aquellas noches en que mi padre debía cumplir su deber y satisfacer a alguna de las mujeres que se esforzaban dentro del harén en favor suyo y del reino, ella se quedaba en su habitación silenciosa y triste, pero a la mañana siguiente volvía a resplandecer como ella sola podia hacerlo. Siempre lo apoyo. Siempre estuvo con él sin importar las muchas críticas. Un castillo es un lugar peligroso y más para aquellas personas que no pertenecían desde un principio a la nobleza, pero mi padre no se dejó manipular por nadie, desde muy temprano anuncio que su amada y próxima madre de sus únicos hijos sería ella. Pero mi madre apareció, y de apoco fue escalando hasta que logro pasar una única noche con mi padre, y de aquella noche nací yo. El reino quedo consternado, incluso la amada de mi padre. Había pocas cosas que él le había podido jurar y entre ellas era que nunca tendría un hijo con alguna otra mujer. Dicen, que aquella quien ya había dado a luz a dos príncipes y a una princesa, en esa ocasión por primera vez alzo la voz, por primera vez reclamo. No sé muy bien cómo logró mi madre engendrarme aquella noche, pero lo que si se es que marco un altibajo en la relación que la mayoría admiraba, pero como dije antes, eran seres que pelearon por su amor hasta el último momento.

Es una gran historia. Me honra saber que mi padre antes de su muerte tuvo un amor tan grande que de seguro lo hizo muy feliz. Cuando era niño y me alejaba de la avaricia de mi madre y del estrés de ser el heredero de este reino, me gustaba sentarme a imaginar a aquella mujer que me robaría el corazón. Solía imaginarla como aquella dócil y fiel mujer que amo tanto a mi padre, pero mi harén pronto se formó y mi deber me fue alejando de aquel sueño. Nunca vi o sentí una verdadera conexión con ninguna de las mujeres que pasaron por mi cama. Nombre favoritas solo por sus destrezas sociales y por favores a mi madre. Me entregue a este reino en alma, cuerpo y corazón, pero ahora, mi corazón ya no está solo con el reino. Una bruja poderosa, nada dócil y muy guerrera amenaza con llevárselo fuera de mis tierras y no lo voy a permitir.

Quizás yo pueda darle aquí, en mi reino, todo lo que no le han dado en los aquelarres. Será una excelente reina porque a simple vista se ve que es una líder innata, nació para tener una corona sobre su cabeza. Sé que las brujas son muy diferentes a los lobos en su estilo de vida, en sus valores y en sus virtudes, pero si luchamos juntos como mi padre lucho con su amada, lograremos forjarnos un futuro donde estemos los dos juntos, donde no tengamos que ser reyes por separado, por el contrario, donde seamos uno solo.

El harén del AlfaWhere stories live. Discover now