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Jimin no logró dormir esa noche, lo intentó, pero fue inútil. 

Su mente se encargó de divagar por sí sola en los múltiples escenarios respecto a la situación actual, no sabría cómo actuar si se llegara a encontrar a alguno de ellos en la oficina, necesitaba ir por sus cosas después de todo. 

Sin embargo, él no perdió el tiempo, había ocupado parte de su noche para redactar la carta de renuncia de manera formal, esperaba solo poder dejarla en la oficina de Ira y salir de allí sin conversaciones de por medio. 

Para cuando la mañana se hizo presente, Jimin no se inmutó, no hubo alarma que lo despertara, tampoco debía apresurarse en llegar temprano a la oficina, nada de eso por un tiempo esperaba, esperaba poder conseguir empleo para el final del mes. 

No le sorprendió cuando luego de vestirse de forma más casual se encontró con el portero en la entrada, este le había mencionado que alrededor de cuatro personas habían aparecido en su búsqueda, pero que siguió sus órdenes de no comunicarle al respecto. 

— Gracias James — dijo Jimin hacia el hombre. 

— No ha sido nada señor Park, es un placer ayudar, tenga buen día. 

Esperaba tenerlo realmente, no había tenido uno de esos en mucho tiempo. 

El trayecto en el auto lo relajó un poco, esperó pacientemente en el tráfico, era mejor de esa forma, sus emociones estaban a flor de piel y era confuso no ser capaz de tomar una buena decisión en esos momentos. 

— Mierda — murmuró para sí mismo al estacionarse cerca del edificio donde trabajaba.

Logró ver el auto de Jungkook ingresar al estacionamiento, era justo lo que menos necesitaba. 

Se quedó cerca de su propio automóvil observando la entrada del edificio, sus manos ocultas en los bolsillos de la chaqueta que estaba usando, los transeúntes a su alrededor no lo distrajeron. Su mente parecía estar en otro lugar. 

Sacudiendo la cabeza avanzó a través de la calle hasta ingresar al edificio, no interesaba si debía tomar valor para enfrentarse a ellos luego del malentendido el día anterior, él necesitaba avanzar y para ello debía abandonar totalmente su trabajo en la firma de Arquitectos de Ira.

No pudo evitar sentir nervios al ingresar al elevador, sus manos moviéndose inquietas luego de sacarlas de los bolsillos de la chaqueta, su vista se centró al frente cuando las puertas metálicas se abrieron brindándole paso. 

— Maldita sea — murmuró sorprendido al ingresar al piso donde quedaba su oficina y ver los puestos vacíos de los que fueron sus compañeros de trabajo. 

Jimin recordó que había una reunión del personal programada para la mañana, una que Ira no podría posponer porque habrían personas importantes presentes, una curva en sus labios de alivio al poder dirigirse con calma hacia su oficina. 

Sin embargo, su felicidad solo duró un par de segundos mientras su mente lo arrastraba de nuevo a su realidad, él ya no tenía trabajo estable, ese espacio que estaban observando sus ojos no lo volvería a ver en el futuro. 

Todo lo que alguna vez significó tener su propia oficina ya no importaba ahora. 

Lo que alguna vez pudo haber logrado trabajando en este lugar ya no sucedería. 

Recogió sus cosas, una a una verificando no dejar nada de su propiedad atrás, su mente le recordó todo lo que alguna vez sucedió en la oficina, nuevamente se sentía abrumado por todo. Su mente seguía sin realmente procesar el hecho de que sus amigos le habían abandonado creyendo en aquella mujer. 

0.1 I Just Need You °Kookmin°Saga [I Just] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora