Cap 14 : LA NIÑA

299 178 123
                                    

Miraba cómo la luz del cálido y tierno fuego se refleja en el cristal que sostenía esa niña, al igual que como gotas de oro rojo recorren su mano hasta llegar a los codos para caer al suelo, dejando en el aire el olor de basura quemada.

¿Por qué no puedo tener un capítulo mínimamente tranquilo?

Q-Que es lo-lo quier-quieres? —Dice la jovencita con las pupilas de los ojos atentos a mí y su cara cubierta por un cubrebocas de cartón.

Un baño caliente y una almohada si es posible claro

Nada solo... tengo f-frío...

En su fina mirada solamente encuentro algo de temor sazonado con la desconfianza y con una pizca de la salada desesperación, pero aun así ella no deja de sostener el cristal que apunta hacia mí.

No sé si acercarme
Tal vez solo irme y cortar por lo sano
Pero... el fuego

Mientras estos pensamientos pasaban por la cabeza miraba de reojo el fuego que encandila la mirada atenta, apenas sintiendo el calor sobre mi piel fría, un calor glorioso, tan delicado como hermoso, las gotas de lluvia no dan al igual que el viento gélido.

Nada más... por favor... —Mencione poniendo una sonrisa nerviosa e improvisada.

Por unos segundos esto se queda en nada hasta que la jovencita asiente la cabeza en ese momento con delicadeza y sin hacer movimientos rápidos, me siento en el suelo húmedo, recargando mi espalda con la madera suave, acercando mis manos al fuego para sentir ese tierno calor.

Juro que por todos los santos que esta es la mejor sensación que he tenido en noches...

En esos momentos cargados de vigor, emoción y alegría, aún noto que la niña sostiene el cristal al igual que se aparta un poco del fuego.

No confía en mi
No te preocupes lo entiendo
Yo ni confío en mi

El silencio era más que incómodo, como si algo malo va a pasar es una sensación de lo más curioso o raro, es como si me faltara el aire, aunque no sé cómo pensarlo más exactamente.

Tal vez ¿Romper el hielo?
¿Qué tal tu día?

... Mejor no

Oye... tie-tienes comid-da? —Levante la mirada un poco, enfocando mi atención en las palabras y la cara de la jovencita que bajaba el cristal de su mano poco a poco.

No lo siento... —Mirando con más detalles, no sé muy bien, está pálida, demasiado creo, su cabello solo consistía en nudos y pedazos de basura, su cara envueltas en polvo y el lodo seco, en sus manos solo veo viejas cicatrices con la tierra y la mugre entre los dedos o uñas.

¿Qué te paso?

¿Y tus padres?

La niña levanta la mirada únicamente para bajarla pocos segundos después con el silencio hasta los huesos.

Entiendo...

En medio de esto el brillo del fuego empieza a apagarse poco a poco con cada suspiro del viento, esto no durará mucho. Admiro el cristal manchado de la sangre, solamente llegando una conclusión esa herida se infectará lo más seguro.

No sé si ayudar sea de mucha ayuda
¿Qué podía perder ya?

¿Oye... puedo ver? —Mencione mirando la herida y el cristal en la mano de la jovencita, la cual nada más retrae su mano.

DISFUNCIONAL : 1918Donde viven las historias. Descúbrelo ahora