Es Londres 1918
Azotada por la gripe española
Y a finales de Primera Guerra Mundial
Se a desatado una plaga en corazón de Inglaterra de , una plaga que trasforma a la personas en bestias de la noche
La ICCA una organización que separa el mundo hu...
Negar la imprudencia es negar a la inteligencia Negar a la vida es negar a la muerte Negar al orden es negar al caos Negar a la paz es negar a la guerra Negar a la naturaleza es negar la existencia
No puedes negar lo que eres, lo que eras y lo que serás
Siento los ojos cansados al igual que una respiración intranquila mientras siento como mi ropa baila conjunto al viento con fragancia a sal. Enfoque mejor mi vista mirando cómo la arena se pega un poco a mi piel mientras gotas de sudor caen a la arena, apoyándome de mis rodillas me levanto mirando el mar rojo otra vez, el cielo como un espejo refleja todo, pero en mi mirada se cruza una estructura de barro o ladrillo apenas visibles los cimientos. El mar parece agitado esta vez, hay olas chocando contra la playa y los pilares de aquella estructura con fuerza e insistencia.
Otra vez aquí Que sorpresa...
Miro mis manos un poco notando manchas rojas en la punta de los dedos, mi ropa tampoco es excepción, el rojo con la arena negra dan una vista rara pero interesante. En medio una ráfaga de viento veo algo en medio que deslumbra por el viento algo verde. Con la mano derecha quita un poco de arena de esa cosa verde hasta que un abrir cerrar de ojos una planta se abre paso entre la muerta arena, con él roció del mar en sus hojas, con un capullo de una flor, pétalos blancos como lana de oveja y suaves como la misma ceda. Por unos segundos las toque apenas sintiendo como él roció desciende de mis dedos, pero en eso el capullo de la flor se abre con lentitud pero con fuerza.
Es solo una flor...
Los pétalos se abren totalmente en la base, un color amarillo, mientras que los pétalos aún se mantienen blancos, pero en centro de flor hay un ojo con la pupila distorsionada, de la base del ojo sangre brota manchando los pétalos. El ojo de la flor de un segundo a otro me mira, la pupila se agranda y las venas se ponen más rojas, mientras sangre brota de la base de pétalos hasta crear un charco de sangre, emprendía un olor podrido como arenoso y pesado.
De un segundo a otro algo sale del mar disparado como bala en entre los cielos chocando con el gran espejo y aterrizando cerca de la flor a unos pocos centímetros, entre los granos hay un capullo de color esmeralda y escarlata que poco a poco se abre liberado una polilla blanca como la misma nieve. Ella vuela con gracia y dificulta danzando en aire hasta llegar a los pétalos de la flor, la pupila del ojo achica desvayendo toda su atención a la polilla, pero en eso la polilla solamente abre su boca dejando salir su gran lengua y penetrando la cámara del ojo y atravesando el iris, como si de una pasa tratarse el ojo se hace pequeño mientras sus finos pétalos se marchitan y el tallo se rompen.
¿Qué es esto?
La polilla se alza en vuelo otra vez hacia mí, pero agite mis brazos un poco entrecerrando los ojos por un momento hasta que los abrí sin notar algún rastro de la polilla, suspire un poco hasta sentir detrás de la oreja algo espinoso, molesto y suave al mismo tiempo. Con una mano y sin hacer tanta preocupación intento de quitar esa molestia de mi oreja hasta que escucho algo, una especie de respiración agobiada.
—¿Una molestia para ti? Después de varios momentos eso soy... qué descortés...
Mire alrededor con miedo, solo encontrando arena y mar sin ningún rastro de vida, solo la arene levantándose un poco a la par del viento.
¿Por qué siempre tiene que ser confuso?
—Por fortuna o desgracia así siempre será para ti... —Era la voz de un hombre, algo mayor, tal vez viejo sonaba algo áspera y lenta.
—¿QUIEN ERES? —Alce la voz con fuerza y temor mirando a cada lado mío, sintiendo como esa voz literalmente estuviese en frente mío.
¿Me estoy volviendo loca?
—Tal vez esa sea la mejor opción ¿Tú qué dices?
—¿Q-Quien e-eres? —Mi voz se quiebra poco a poco, mientras que la otra aumenta solamente un poco.
—Soy todos y soy ninguno... como un grano de harina en pan carcomido por hongos, un pez en mercado mientras las moscas ponen sus huevos bajos mis aletas, una bala perdida en medio de la guerra...
—E-Explícat-te...
—Ya lo hice... siempre he estado contigo y lo estaré...
Esto sonará estúpido
—¿E-Eres Dios o algo así?
—Si lo sería estaría jugando como yo quiera... no somos Dioses ni hombres... no somos alegría o ira... no somos blanco o negro...
¿Somos?
—N-No te entiendo...
—Y no necesitas hacerlo... no siempre es claro como el agua, a veces es rojo como la sangre o negro como la noche...
Sigo sin entender
—Aunque busques las respuestas, tal vez sean para alguien más...
—¿Entonces q-que es l-lo que quieres?
—Eres un poco desconfiada... no te culpo... has vivido mucho antes y ahora, no me sorprende que cuides bien lo que dices a veces...
—N-No has contestado...
—Nada... ¿De qué me serviría una pobre chica sin hogar, sin familia, sin amigos, con una niña muerta de hambre entre sus manos y sin nada entre las manos... solo sus penas existencias...
Cierto...
—Ya me tendré que ir... se acaba mi tiempo... espero que no nos volvamos a encontrar... Ruby
Un pequeño aleteo se produce detrás de mi oreja y entre el viento cálido la misma polilla de antes se asienta cerca de mi pecho para luego volver a volar y en un abrir cerrar de ojos esa misma polilla se asienta cerca de ojo hasta rasgarlo en sus pequeñas patas, intente quitármelo con las manos, pero esa cosa se había colado en mi ojo en el músculo recto medial dejando salir sangre y nublado la vista de ojo, siento como esa cosa atraviesa la carne mientras un ardor horrible se siente bajo la piel, antes que me diera cuenta larvas de polillas casi orugas traviesas mi piel carcomiendo carne y hueso alrededor de todo mi cuerpo, estas mismas suben por mi garganta hasta llegar a mi boca y salir por mis oídos, salen por la boca, oídos, ojos, nariz y genitales hasta caer en la arena, mis gritos de agonía no faltan, pero aun así siguen saliendo arrastrándose por la carne y la arena.
