Cap 16 : PESADILLA

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Abrí los ojos poco a poco sintiendo la brisa ligera del viento en mi cara, acariciando mi piel y cabello con delicadeza, mis labios resecos y agrietados, los ojos cansados entre los nudos de mi cabello, tengo algo de frío la ropa está húmeda solo puedo escuchar el chasqueo de mis dientes y la respiración errática, pero aun así el fuego de antes solo se reduce de cenizas y sin vista de aquella niña.

¿No hice nada malo otra vez?
¿Verdad?

Me levanté del suelo sacudiendo un poco del polvo y la mugre de mi ropa sin sentir la punta de mis dedos y la respiración algo cortada, pero en eso cuando me estaba sacudiendo noto que reloj de mi bolsillo no está. Busque en otro bolsillo, pero sin rastro alguno enfoque mi atención al lugar donde me había sentado, pero nada.

Esto debe ser un chiste de mal gusto...
En ningún moment-...
Vete a mierda pequeña

Sí... me jodí
Otra vez...
Que sorpresa...

Suspire algo frustrada, cansada, con un peso en mi espalda jorobada, un dolor incómodo en el cuello, con la cara de medio muerta y la mirada serena.

Que idiota estoy...

En medio de mi existencia, un olor queda impregnado en el aire, un olor dulce, pero agrio, como una especie de dulce agrio. Guiándome por ese olor tan sutil como impactante camino por poco por estas bellas calles bajo la luz de algunas farolas, el adoquín de los suelos y la tierra cruzando los brazos, al igual que dando pequeños pasos siguiendo este aroma.

No haré nada malo
Solo quiero mi reloj
Es lo único que tengo...

Entre calle y calle no hay nada destacable, solo la oscuridad y la poca luz latente, suspiré algo enfadada con el toque magia de la desilusión similar a decepción. Antes que pasara algo más un olor extraño o exótico se siente en el ambiente un olor salado similar a agua, mar, un olor pesado, extravagante pero con cierta afinidad.

Tengo un mal presentimiento ...

Calle por calle, ni un rastro de alguna alma, solamente ese olor ya castrante en cada suspiro del viento gélido. Cada paso se siente más pesado que el anterior, sintiendo el peso de mis zapatos y los ojos cansados hasta que en un callejón escucho algo diferente, una respiración rápida, repetitiva y agitada.

Algo me da mala espina aquí...

Mirando más a detalle entre la oscuridad del callejón, veo una silueta relativamente humana, dándome la espalda sin camisa, pero con la piel pálida, con ciertos salpullidos masivos en lo largo y ancho de su espalda, con pedazos de carne cayéndose al igual que alguna que otra herida infectada por en medio, con pelo encarnado entre la carne, estaba delgado hasta cierto ángulo se puede ver los huesos contra la piel con espasmo alrededor del torso y la cadera.

Sí... mejor me largo de aquí... y pensarlo bien como que ya no dan ganas de buscar el reloj

Sin hacer nada ruido y con calma me aparto del aquel callejón con el sudor asentado en mis ojeras, sintiendo como la tierra y polvo se mete bajo mis zapatos, con la humedad en aire, las manos algo sudorosas y mi respiración hasta cierto grado calmada reflejándose como un suspiro en invierno. Antes que me largara de ahí escucho algo inquietante desde el callejón, escucho perfectamente un pequeño y sutil gemido.

Ese solo sonido me paraliza, siento las manos más fría y una cadena en cuello que solo se aprieta cada vez más. Por accidente hice un pequeño ruido arrastrando los pies y en ese mismo momento esa cosa se da la vuelta revelando sus rasgos con la dentadura corroída, un gruñido, tenas, ojos carcomidos entre los gusanos y moscas.

DISFUNCIONAL : 1918Donde viven las historias. Descúbrelo ahora