Cap 17 : RESENTIMIENTO

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Con la tierra entre los zapatos, el sabor de muerto en la boca, la piel húmeda y mi ropa envuelta entre sangre, me acerco a Lucy, jorobándome a cada paso, la respiración es rápida y cortante con el sudor de esfuerzo en la frente con el toque especial de supuesta paz. Extendí mi mano con los dedos temblando hacia Lucy mientras ella recargada en la pared se da media vuelta acelerando el paso cojeando un poco en proceso por el pánico. Sus movimientos eran rápidos, pero poco a poco solo es más lenta.

De un segundo a otro parpadeo y todo lo que estaba a mi alrededor, el frío callejón de malo muerte cambia a la costa de un mar rojo sin ningún, sin ninguna especie de brisa, con la arena metiéndose en los zapatos y bajo las uñas, cuerpos levitando sobre la arena mientras que otros cuerpos flotan en mar. Miro al cielo iluminado, sin nubes y sin sol, nada más admirando una especie de espejo masivo en el cielo reflejando cada gramo de arena, pero no mi cuerpo a la vez de una especie de ladrillos de granito a la orilla del mar.

Esto es más confuso de lo que esperaba...

A unos cuantos metros veo algo singular, un hombre joven sentado a la orilla del mar, dejando que este último apenas toque sus pies, vistiendo una camisa ligera y pantalones de trabajo, una mujer también joven usando un deslumbrante vestido verde con hilos formando flores en la tela ayudando a caminar a un niño pequeño sosteniendo sus brazos, otro cabello apartados de los tres últimos parado mirando el otro lado del mar apuntado su atención a la tierra vistiendo una bata blanca, pero este se ve algo confundido.

Por favor que alguien me explique qué mierda está pasando...

Con sutileza, delicadeza y arrastrando la arena con los pies me acerco al hombre joven de antes, pero aun así él sigue viendo el mar rojo eterno.

¿No te parece hermoso? —Dice él con un tono calmado, sereno, como si no tuviera alguna especie de preocupación por el medio.

Al escuchar eso detengo mi paso mirando con atención al caballero cada pelo, moviendo o expresión.

¿A qué te refieres?...

El paisaje... no hay mejor inspiración que lo que nos rodea... —Al terminar estas palabras la dama y el niño, el agua solo se me quedan mirando con una ligera y apenas latente sonrisa, silenciando cada risa o el revolotear del agua.

Bueno... depende mucho del tipo de inspiración que se busque.

Supongo...

¿A dónde quieres llegar?

¿Qué? No te entiendo del todo... ¿Acaso ni me recuerdas? ¿No recuerdas este rostro?...

¿De qué estás hablado?

Que insensible incluso para ti...— En ese mismo momento él se pone de pie enfocando su mirada aún horizonte, yo di unos pasos hacia atrás impulsada por los nervios cargados y un poco de inconformidad.

Déjame refrescarte de memoria —De un segundo a otro, él pone los dedos de ambas manos en su boca, una apoyada en los dientes superiores y otra en la mandíbula. Poco a poco la carne de sus mejillas se corta solo separando los músculos entre la cabeza y la mandíbula, dejando que los hilos musculares que corten poco a poco hasta que finalmente sale la mandíbula completa dejándola caer en la arena.

Sin dudar ni pensar me doy media vuelta, pero al hacerlo choco con una pared de madera se pone por en medio golpeándome por el accidente la frente, me giro nuevamente notando un largo pasillo casi a oscuras con puertas de madera tanto en el suelo como el techo, las puertas eran de diferente tamaño desde unas del tamaño de una mano hasta la altura de dos personas, el pasillo estaba distorsionado hasta cierto punto parecía que giraba.

DISFUNCIONAL : 1918Donde viven las historias. Descúbrelo ahora