𝐀𝐂𝐀𝐃𝐄𝐌𝐈𝐀 𝐋𝐀𝐍𝐂𝐀𝐒𝐓𝐄𝐑 ✔️

33

MÚSICA
Bored - Billie Eilish

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Capítulo 33
Jumpers

Xenia no la soltaba, las enfermeras no la habían dejado entrar hasta el día siguiente para que Margo descansara, cosa que tampoco hizo.

Andrew por otro lado se las había ingeniado para meterse, la enfermería era su lugar favorito en la academia porque habían más medicamentos de los que podía encontrarse en su cuarto y si bien usaban sus habilidades para curar, siempre habían respaldos por sí acaso, respaldos que al chico le gustaba robar.

Y en cuanto Xenia volvió aquella tarde, Grace le cedió el paso sabiendo que Margo ya estaba muchísimo mejor de salud.

Xenia corrió hacia su camilla, deslizó la cortina y envuelta en lágrimas la rodeó con ambos brazos.

Margo le devolvió el abrazo mientras oír sus sollozos le rompían el corazón, sabía lo sensible que su mejor amiga era y mucho más cuando se trataba de vida o muerte. Sus lágrimas ahora empapaban su hombro pero eso a Margo no le importaba, sabía que le debía ese espacio.

—Está bien Xen... —murmuró sobre su espalda mientras la acariciaba con cariño—... estoy sana y salva.

—Tú... —Xenia quebrada en su llanto no podía siquiera hablar con claridad—... tú Margo... vas a arruinar mi vida cuando te mueras...

Margo sintió aquellas palabras como una puñalada en el corazón. Que incluso no fue capaz de decirle absolutamente nada.

Xenia escondió su rostro sobre su hombro y cabello, estaba descontrolada en la angustia que todavía sentía y Margo no podía contradecirla.

—No voy a morir Xen, te lo juro —Margo acarició su cabello.

—¡No me jures nada! —Xenia se separó de ella de golpe y la miró con aquellos ojos verdes cristalizados—. ¡Cuando me dejaste de verdad creí que no volvería a verte! ¡No vuelvas a hacerme eso! ¡NUNCA!

—¡De acuerdo! —Margo muy pocas veces la había visto así de alterada.

—¡Ya no es un juego Margo! —exclamó todavía fuera de sí—. ¡No son personas lo que enfrentamos ahora! Esas cosas de verdad podrían matarnos...

Margo asintió y llevó sus manos hacia sus mejillas para limpiar los restos de sus lagrimas.

—Si, lo sé —respondió ella—. Se que corro ese riesgo, pero ahora se que si voy a morir... va a ser matando a esos demonios.

—¡Margo! —Xenia la miró horrorizada.

—¿Quieres que te mienta y te diga que no lo voy a volver a hacer? —la miró con seriedad—. Porque no tengo intenciones de evitarlo, ahora que conozco lo que son y se como matarlos, no pienso quedarme de brazos cruzados.

—Margo, por favor... —Xen controlando sus sollozos negó con la cabeza—... no quiero quedarme aquí a ver cómo te suicidas.

—¿Tú qué vas a hacer? —le preguntó Margo sacándola de sus pensamientos—. ¿Vas a quedarte aquí ignorando el hecho de que esas cosas seguramente estén matando personas inocentes? ¿Vas a ignorar el hecho de que puedes hacer algo al respecto? ¿Que puedes usar tus habilidades para hacer algo bueno? Tú que eres tan bondadosa...

—No me pongas en esa posición —negó ella.

—Xen... tenemos la posibilidad de hacer algo... no solo de defendernos, sino de terminar con esas malditos demonios —Margo tomó sus manos—. ¿Por qué no lo ves?