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MÚSICA
all the good girls go to hell - Billie Eilish

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Capítulo 38
El verdadero lider

Deylen en cuanto entró en la habitación de Margo se encontró con el pequeño método de escape que habían empleado por la ventana.

—¿En serio? —con sus lentes nuevamente cubriendo sus ojos, volteó a ver a Margo sobre la altura de la ventana y le señaló la misma.

Margo siguió el recorrido de lo que su mano sana señalaba y entonces comprendió a lo que se refería.

—Fue idea de Andrew... —lo mandó al frente.

—No lo dudo —Deylen se arrimó hacia el marco y comenzó a jalar de las sábanas para volver a entrarlas en la habitación.

—No todos podemos saltar hasta el otro lado del mundo, algunos tenemos que ingeniároslas —Margo se dejó caer sobre el colchón sin sabanas de su cama—. Por cierto, ¿hasta dónde puedes saltar?

Deylen recuperó todas las sabanas y las dejó sobre la cama desecha de Xenia para comenzar a desajustar sus nudos.

—¿Hablas de distancia? —preguntó él dándole la espalda.

—Si... —asintió ella.

—No hay un radio de kilómetros límite —le confesó.

—Entonces... —Margo emocionada se volteó a verlo con una amplia sonrisa—... si te pido que me lleves a París, ¿puedes hacerlo?

—No voy a llevarte a París, Margaret —le negó él desajustando la segunda sabana.

—Pero es posible, ¿no es cierto?

—Técnicamente, puedo saltar a cualquier lugar que pueda visualizar —Deylen dejó la segunda sabana sobre el colchón—. Así que sí... si es posible.

—¿Y qué mierda haces aquí si puedes estar en una playa paradisíaca bebiendo... no lo sé... malditas piñas coladas? —Margo confundida se sentó en aquel colchón.

Deylen quien terminaba de desanudar todas las sabanas, se volteó a verla a través de esos lentes negros.

—¿Qué no me habías dicho que conocías la historia de los Jumpers? —frunció el ceño desentendido.

—Pero ya no los cazan... —alzó sus manos con obviedad.

—Tengo cosas que hacer aquí Margo, no puedo irme y dejar todo lo demás... —Deylen se detuvo y prefirió cerrar su boca.

—¿Dejar qué? —preguntó ella tratando de entender.

—Es complicado —Deylen separó las sabanas por color—. ¿Cuál es la tuya?

Margo le señaló la izquierda, entonces él dejó las otras y se dirigió hacia su cama.

La muchacha lo observó acercarse, Deylen la obligó a pararse para luego comenzar a acomodar su cama. Margo no podía creer que él de verdad estaba arreglando la cama por ella que incluso se dejó caer sobre el suelo rendida ante su admiración.

—¿Tiene que ver con ese hombre? —le preguntó de golpe.

Deylen se detuvo por unos segundos. Sus manos sobre el colchón de Margo lo sostuvieron antes de que pudiese siquiera caer de cara sobre este.

—Tu padre... —continuó ella temiendo que él fuese a molestarse como cada vez que ella trataba de averiguar algo más—... solo trato de entenderte Deylen...

𝐀𝐂𝐀𝐃𝐄𝐌𝐈𝐀 𝐋𝐀𝐍𝐂𝐀𝐒𝐓𝐄𝐑 ✔️Where stories live. Discover now