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MÚSICA
Rush B piano - Sheet Music Boss

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Capítulo 51
El rescate de Theo II

—¿Por qué esta todo tan silencioso? —se preocupó Cassia—. Lo más probable es que supieran que vendríamos, ¿ya habrán dejado este lugar?

Ralph no estaba seguro, pero Cassia tenía razón en una cosa. La casa estaba muy silenciosa, demasiado...

Fue entonces cuando aquel estruendo los tomó a los tres desprevenidos. Las paredes de las habitaciones se rompieron, la madera vieja estalló y las astillas se clavaron mayor parte en el cuerpo de Ralph quien iba al frente.

Cassia cayó del otro extremo del pasillo y su cabeza se golpeó contra uno de los muebles. Le había provocado una contusión que le nubló casi por completo la vista.

Xenia por otro lado no había recibido lo peor, pero aún así había caído y golpeado contra uno de los marcos de fotografías de personas que ni siquiera conocía. El marco cayó al suelo junto a ella y tuvo suerte de que los vidrios no se clavaran en su piel.

Un demonio había atravesado las paredes y ahora miraba al único que se encontraba de pie, sangrando, pero firme. Ralph miraba los ojos negros del demonio y la ira creció dentro de él en el momento en que vio como la lengua caía por su mandíbula al dibujar una satisfactoria sonrisa con esos horrible dientes afilados que ahora le enseñaba.

Ralph se arrancó las astillas de los brazos y alzó los puños. Como se hubiese imaginado, habían demonios en aquella casa, y él se encargaría del primero, si que es los demás no se habían encontrado con más.

—Vamos... ven por mi —lo desafió apretando sus dientes con furia. Sin embargo, aquel demonio parecía usar el cerebro que Ralph creyó que no tenía porque en vez de enfrentarlo, volteó lentamente y mostrándole sus verdaderas intenciones, se dirigió hacia Cassia que todavía descompuesta en el suelo, trataba de limpiar la sangre de su cabeza—. No... ¡NO!

Ralph corrió por el pasillo hacia el demonio que como él, también corría hacia ella.

En el estado confuso de Cassia, hasta un demonio de tercer grado sería capaz de devorársela. Y ahora Ralph temía como nunca por su compañera, ahora más que nunca deseaba tener la rapidez de Milo porque sabía que no lo alcanzaría.

Entonces, supo lo que tenía que hacer.

Ralph apretó los puños y el arma de hierro que todavía llevaba en ellos. Alzó los brazos y tomando impulso, juntó toda la fuerza que su cuerpo le fue capaz de otorgar. Entre un grito aterrador, Ralph golpeó el suelo de madera quebrándola y provocando un efecto en cadena que se llevó consigo a aquel demonio.

El suelo bajo aquellas piernas se quebró y en cuanto el demonio lo pisó con fuerza, su peso le jugó en contra y cayó hacia el fondo sin poder siquiera llegar a sujetar a Cassia para arrastrarla con él.

El demonio al sentir las maderas afiladas por sus cortes clavarse en su cuerpo que ahora se hundía en el suelo astillado bajo él, comenzó a aullar del dolor. Ralph sonrió al verlo adolorido, si había algo que lo aliviara, era que cosas demoníacas como esa sintieran dolor.

Caminó hacia el ser oscuro tomando precaución por donde pisaba, no vaya a ser que él cayera también en su propia trampa. Y una vez que lo tuvo bajo él, sujetó su cabeza con fuerza y de un fuerte tirón, logró arrancársela de su cuello manchando no solo su ropa, sino que gran parte del pasillo con su sangre que ahora humeante comenzaba a consumirse.

𝐀𝐂𝐀𝐃𝐄𝐌𝐈𝐀 𝐋𝐀𝐍𝐂𝐀𝐒𝐓𝐄𝐑 ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora